Palabras de un amor de película

Llámame por tu nombre

Por André Aciman
Alfaguara. 271 páginas

Una historia de amor de iniciación. Esa sería una de las primeras maneras de describir Llámame por tu nombre, la novela escrita por André Aciman, publicada por primera vez en 2007. El texto acaba de ser reeditado al calor de la gran repercusión que obtuvo la película del mismo nombre, ganadora del Oscar como mejor guion adaptado.

Resulta particular lo que sucede con ambos formatos: novela original y película. En cierta forma, el orden podría ser cambiado sin ningún problema. El filme -muy bello en su síntesis cinematográfica- puede funcionar como un aperitivo, una primera impresión a la gran novela en la que está basado. Todo lo que la película sugiere o deja implícito se encuentra detallado con bellísimas palabras en el formato papel.

La historia es la de Elio, un chico de 17 años que descubre el amor en Oliver, de 24, un estudiante universitario que se alberga en la casa donde vive con sus padres en el hermoso norte de Italia. La enorme pasión entre ambos se desencadena poco a poco, con miradas, dudas y recelos, para finalmente irrumpir de una manera avasallante.

Todo el relato está contado desde el punto de vista de Elio. Se trata de una primera persona "rabiosa", plena de idas y vueltas, devaneos y presunciones. En cierto modo, parece que nos sumergimos en la cabeza de este joven. Cuando por primera vez, le aguanta la mirada a Oliver, nos dice que lo hace "no en forma de desafío o con el fin de demostrarle que ya no era tímido, sino para rendirme, para indicarle cómo era yo, cómo era él".

Con un final que excede en muchos años el tiempo cronológico del filme, la novela logra transmitir dolor, ternura y una impresionante emotividad. Finalmente, y por diversas razones, el mote de "historia de amor de iniciación" le queda corto.