Anatomía del corazón humano

Un día en la vida...
Por Margaret Drabble
Impedimenta. 281 páginas

Los temores y las torpezas de la juventud, las tensiones del matrimonio, la tentación de la soledad, el irremediable paso del tiempo, las oportunidades perdidas y las oportunidades descartadas. Esos son algunos de los temas que comparten los cuentos completos de la inglesa Margaret Drabble (Yorkshire, 1939), reunidos bajo el título de uno de ellos, Un día en la vida de una mujer sonriente, que no necesariamente es el mejor.

Trece relatos publicados entre los años 1966 y 2000, aunque nueve de ellos corresponden al primer decenio de ese período, el tiempo en el que Drabble, cuya temprana vocación fue la actuación, escribió sus primeras novelas, cosechó varios premios y conoció algo parecido a la fama en el medio literario anglosajón, que pronto rotuló sus historias como feministas.

Lo son, sin duda. Pero a juzgar por esta colección, se trata de un feminismo matizado, tibio, que no se parece en nada al de nuestros días, ganado por el fanatismo. Esa sensación de modestia tal vez se deba al paso del tiempo. Los dilemas que enfrentan casi todas las protagonistas de los cuentos de Drabble son hoy conflictos del pasado, hitos que las sociedades occidentales dejaron atrás hace rato en ese proceso apabullante que se dio en llamar "liberación de la mujer".

En estas páginas, por ejemplo, se repiten los amantes con culpa, temerosos del "qué dirán", que en algún caso llegan a tramar un viaje -no muy afortunado- a través de media Europa para escapar de la mirada de los demás ("Cruzar los Alpes"), o las divorciadas o viudas recientes que se apresuran a celebrar la soledad como si fuera una batalla ganada, siempre que la vida o el tiempo no les pase factura ("La viuda alegre").

Hay alguna esposa sufrida, sumisa, que sólo en su hijo encuentra consuelo y una forma de redención ("Los regalos de la guerra"). Y un matrimonio joven, tal vez malcasado, que, como correspondía a la época, apenas están conociéndose en su viaje de bodas al "exótico" Marruecos.

En vez de disfrutar se dedican a criticarse y lo único que encuentran en el otro son defectos, hasta que una suerte de epifanía les cambia la perspectiva ("La torre de Hasán").

Drabble plantea con pericia esas discordias, en especial en los primeros relatos, donde en pocas páginas presenta a los personajes y va sugiriendo sus procesos mentales y la confusa mezcla de sentimientos que despiertan todas las relaciones personales.

En el comienzo el libro es más bien serio, casi dramático. Conforme pasan los años y los cuentos, el tono se hace más liviano y bordea incluso el humor. Esa pérdida de intensidad también se ve reflejada en unos argumentos y una ejecución menos exigentes. Pero la lectura nunca deja de ser agradable.