El Justicialismo busca con urgencia su difícil unidad

Lo que vendrá. En su larga historia, el partido nunca había tenido una crisis tan profunda en su estructura y, para peor, no tiene un líder natural ni fabricado que pueda hacer fuerza para conseguir unir criterios

El Justicialismo aceleró en los últimos días sus intentos por encontrar una solución definitiva a su atomización. En su larga historia, el partido nunca había tenido una crisis tan profunda en su estructura y, para peor, no tiene un líder natural ni fabricado que pueda hacer fuerza para conseguir unir criterios. Tal vez, la intención de Néstor Kirchner de armar su propio espacio, incluyendo a un importante sector del peronismo, tentativa que se frustró cuando la ortodoxia justicialista le reclamó más protagonismo o lo dejaban solo, sea el precio que el partido pague hoy.

Cristina Fernández nunca fue peronista y, como ella confiesa en sus conversaciones: "A mí nunca me importó el partido", aunque esas declaraciones jamás hayan sido cuestionadas por peronista alguno. Ocurre que los justicialistas hacen cuentas y porcentaje de votos que aún tiene la ex presidente, son vitales para poder competir en la provincia de Buenos Aires. Por eso, el factor "Cristina" impide de momento una solución a la ruptura del partido. Hay un sector del movimiento que busca una renovación sin el kirchnerismo que no puede convencer al otro, que, a pesar de no comulgar con la ex jefa del Estado, no le suelta la mano, buscando una renuncia pública con compromiso de la viuda y la desaparición como símbolo de la Cámpora.

En esa lucha está el presidente del PJ bonaerense, Gustavo Menéndez, que este fin de semana organizó un encuentro en Hurlingham para el que convocó a los Moyano y pidió no discutir nombres (otra vez, el "factor Cristina") y buscar un arco opositor sin fisuras. Unos días antes, este mismo PJ provincial se había trasladado a San Luis y, en esa ocasión, sí estuvieron los kirchneristas con la Cámpora en pleno. A Hurlingham no fueron invitados y eso muestra que, en el fondo, las cosas no están tan claras.

Por su parte, Sergio Massa y Florencio Randazzo se reunieron durante más de cuatro horas y aseguraron que "limamos diferencias" y poco más. En el acto convocado por Menéndez había muchos intendentes que habían abandonado a Randazzo en diciembre pasado para sumarse al cristinismo, como Juan Zabaleta de Hurlingham. Hace pocas horas, el titular del Frente Renovador escribió una carta de adhesión a la cumbre organizada por Menéndez pero haciendo hincapié en "el peronismo joven, con futuro".

Claro está que Massa, que no aceptó la invitación a cerrar la cumbre como orador, busca concretar la adhesión de algunos intendentes bonaerenses y separarse definitivamente del PJ, todavía ligado a personajes que considera nefastos para el peronismo, como Amado Boudou, Axel Kicillof y Gabriel Mariotto, que sí asistieron al acto en San Luis. El tigrense busca fortalecer el Frente Renovador y, poco a poco, convertirse en la opción más fuerte del neo-peronismo o del peronismo sin K.
Ni en San Luis ni en Hurlingham subió al escenario una sola figura con peso electoral y eso muestra claramente la debilidad del partido, a pocos meses de comenzar a pergeñar la campaña para las presidenciales de 2019.
En definitiva, los referentes del PJ hoy apenas insinúan la posibilidad de unas PASO y los kirchneristas piensan si no sería mejor "infiltrarse" sin el traje K para defender su posición dentro un peronismo único, pero para eso deben contar con la orden de su jefa política que, como siempre en los últimos tiempos, se debate en la niebla de sus propias contradicciones: "No soy candidata pero si el pueblo me lo pide".

SE CALIENTA EL SENADO
Este miércoles se constituirá la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado para tratar el pedido de desafuero a Cristina Fernández, que debería estar presente, por ser una de las integrantes de dicha comisión. Cumplidos los tres meses del plazo previsto, Cambiemos impulsará el tratamiento mientras que el interbloque de los gobernadores, Argentina Federal, buscará posponerlo bajo el argumento de que la Comisión está recién formada y sería prudente esperar un tiempo su funcionamiento. Es verdad que el desafuero de Cristina no figura en el temario de sesión y que, además, el senador Miguel Angel Pichetto ya dijo que no lo apoyarán hasta que no recaiga sobre la ex presidente una sentencia firme.

El otro tema que calentará el Senado es revivir el proyecto de ley de Extinción de Dominio que busca recuperar los bienes que provengan de la corrupción, el narcotráfico y el lavado de dinero. Macri pide casi obsesivamente el tratamiento de este proyecto que ya obtuvo media sanción en Diputados en junio de 2016 y que la Cámara Alta la cajoneó durante dos años. Ahora deberán tratar un nuevo proyecto que el Ejecutivo está preparando a toda velocidad para intentar convertirlo en ley en los próximos meses.
Naturalmente, los legisladores kirchneristas votaron en forma negativa en Diputados y evitaron su posterior tratado en el Senado, sin explicar muy claramente porqué se niegan a que los delincuentes devuelvan lo robado, lo que hace suponer que, como militantes disciplinados, obedecieron instrucciones.