Ingresos Brutos o la avivada de las provincias

En aras de reducir la presión fiscal que le quita competitividad al sector productivo es que el Gobierno propuso la reducción paulatina del impuesto a los Ingresos Brutos, principal tributo con el que se financian buena parte de las provincias. Pero hecha la ley, hecha la trampa.

En el país de las avivadas la negociación entre la Nación y las Provincias para sellar el Pacto Fiscal no podía carecer de una buena dosis de picardía. La reforma tributaria gradual planteada por la Casa Rosada y aceptada por los estados subnacionales es algo así como una red de agujeros grandes por donde se cuelan los peces gordos.

En aras de reducir la presión fiscal que le quita competitividad al sector productivo es que el Gobierno propuso la reducción paulatina del impuesto a los Ingresos Brutos, principal tributo con el que se financian buena parte de las provincias. Pero hecha la ley, hecha la trampa.

Tras dos años de gestión los ministros del Gabinete nacional, muchos de ellos surgidos del seno del sector privado, ya se habrán dado cuenta de lo difícil que es el arte de gobernar. Y lidiar con los gobernadores resulta, tal vez, la materia más ardua.

Lo cierto es que el esquema trazado por el equipo económico contemplaba ponerle un techo del 5% a la alícuota de los Ingresos Brutos en las provincias, para luego comenzar un proceso de reducción gradual de los mismos. ¿Qué ocurrió entonces? Que en aquellos distritos donde el tributo era del 3%, las autoridades locales decidieron subirlo hasta el 5%, para entonces luego sí comenzar a bajarlo. En lugar de disminuir su peso, aumentó.

Los empresarios de toda laya consideran a este efecto búmeran como "una avivada de los gobernadores para recaudar más". La lista es larga: Salta elevó la alícuota al comercio desde el 3,6% a 5% este año; Misiones subió del 3,5% a 4,5% en el comercio mayorista y de 2,5% a 5% en servicios comerciales e industriales; Tucumán ascendió de 3,5% a 5% las alícuotas de IIBB a comercios y servicios para Pymes que facturen más de $ 1 millón anual; Río Negro elevó a 5% la tasa general de Ingresos Brutos al comercio y a los servicios generales cuando hasta 2017 era entre 3% y 3,8%; Neuquén subió de entre 3% y 3,5% a 5% la tasa al comercio; y Tierra del Fuego la subió medio punto, hasta el 3,5%.

A las administraciones provinciales les cuesta la idea de resignar recursos provenientes de un tributo muy sencillo de cobrar y reemplazarlo por otros impuestos enfocados sobre el patrimonio. Para tener una idea cabal de lo que estamos hablando, vale la pena hacer un repaso del impacto que Ingresos Brutos tiene en el conjunto de las provincias argentinas.

A RECAUDAR

Tal como remarca un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), el impuesto a los Ingresos Brutos representa la principal fuente de ingresos provinciales. Consiste en un tributo procíclico que responde en gran medida al nivel de actividad económica. A pesar de ello, se observa que en el año 2017 avanzó 0,03 puntos porcentuales en relación a 2015 y significó el 11,8% del crecimiento de la Presión Tributaria Efectiva Provincial en dicho bienio.

En el caso por caso, el Iaraf destaca que Santa Cruz lidera en relación a la importancia de Ingresos Brutos dentro del total de recursos tributarios santacruceños al representar el 92,5% de los mismos. Seguidamente se encuentran 6 jurisdicciones más en las cuales el impuesto significa más del 80% de los recursos propios. En tan sólo 4 provincias Ingresos Brutos aporta menos del 70% de los ingresos. 

"Es de esperar que a partir del año 2018 comience a observarse una baja de la Presión Tributaria Efectiva Provincial impulsado por una baja de Ingresos Brutos, que ya fue formalizada legalmente por varias jurisdicciones. Esto requiere, claro está, que la misma no resulte más que compensada por subas en el resto de los tributos, impulsadas por la necesidad de financiar un determinado nivel de gasto", advierten desde el Instituto con sede en la provincia de Córdoba.

ENDEUDAMIENTO

El mediano plazo para las provincias está dictado por los acuerdos salariales y la necesidad urgente de contener el gasto público. En el primero de los casos, la consultora Economía & Regiones estima que las paritarias provinciales estarían alrededor del 20%, desdobladas en el tiempo. "Cabe destacar que cada punto de aumento de los salarios públicos tendrá un costo fiscal consolidado de aproximadamente unos $10.000 millones", advierte.

En la contención del déficit fiscal y el gradual proceso de recorte de impuestos para estimular la actividad productiva, la Casa Rosada deberá jugar un rol clave. "Esperamos un fuerte acompañamiento del Gobierno Nacional con transferencias discrecionales, tanto de carácter corriente como de capital, en particular a la provincia de Buenos Aires ($21.000 millones) como parte del pacto fiscal", señala el documento firmado por Diego Giacomini.

En un mundo que aún conserva su liquidez, el endeudamiento externo resulta una auténtica tentación para los gobernadores. Este año los vencimientos de deuda presentarían un crecimiento interanual del 47,2%, al pasar de $48.846 a $71.895 millones. "En este caso, la suba del tipo de cambio impone una presión alcista sobre los vencimientos en moneda extranjera (y dollar linked)", aclara E&R.

El endeudamiento externo, pan para hoy y hambre para mañana, comienza ya a ser un auténtico problema para las provincias. Según el último informe del Observatorio de la Deuda Externa de la Universidad Metropolitana (UMET), teniendo en cuenta únicamente las emisiones de deuda en moneda extranjera que han realizado las provincias desde diciembre de 2015, los vencimientos de capital e interés para la deuda provincial en su totalidad se estiman en aproximadamente u$s 1.049 millones para el año 2018; u$s 1.912 millones para el año 2019, y u$s 1.108 millones para el año 2020.

Tal como lo explicó el economista Rodolfo Santángelo a La Prensa, "las provincias están comprometidas a no endeudarse. Pero tuvimos dos años de endeudamiento provincial muy elevado para mi gusto. No existen casos de países en desarrollo donde los gobiernos provinciales se endeuden en el exterior. El único caso es la Argentina. El termómetro para saber si la responsabilidad fiscal tiene éxito será que dejen de endeudarse. Hoy, por lo que veo, tenemos un nivel de emisión provincial bastante alto".