Crítica: "Invisible", de Pablo Giorgelli

Un tema de candente actualidad

"Invisible" (Argentina-Uruguay-Brasil-Alemania-Francia, 2017). Dirección: Pablo Giorgelli. Guión: P. Giorgelli, María Laura Gargarella. Fotografía: Diego Poleri. Actores: Mora Arenillas, Mara Bestelli, Diego Cremonesi y otros. Duración: 86 minutos. Calificación: apta para mayores de 16 años.

Todo parece gris en la vida de Ely. El trastorno depresivo de su madre, su colegio, la veterinaria en la que está empleada. Un padre ausente. Esa chica parece no conocer la sonrisa. Y un día cualquiera, una voz impersonal le va a decir que está embarazada. La relación con un hombre casado, hijo del dueño del negocio en el que trabaja, una de las relaciones sin futuro de una adolescente en los últimos años del secundario.

El director de "Las acacias", esa pequeña gran película sobre los afectos, con su actitud expectante, pudorosa de la intimidad con que su cámara podría violentar el mundo de la adolescente, vuelve a incursionar en el cine de climas, de miradas, de viaje. En "Las acacias" era una ruta larga y densa pero esperanzada, aquí es un interminable recorrido por espacios impersonales donde se supone que se atiende la salud de la gente y metaforizan todo el desamparo que puede contener una chica prácticamente sola ante un embarazo que (quién sabe) jamás pensó que podía darse tan pronto.

UNA INCOGNITA
La vida de Ely recién empieza. Su futuro es una incógnita, su madre no está en condiciones de ayudarla, si ni siquiera se contiene a sí misma. El colegio se preocupa porque no cumple con la tarea diaria; tantos alumnos, tantos problemas que se ignoran. Además, en el cine de Giorgelli como en el de los hermanos Dardenne poco se alude a lo que pasó y las intimidades quedan siempre dentro del individuo, salvo que se exterioricen con una mirada, con un gesto, rara vez con la palabra. 
Georgelli muestra casi como si no opinara -pero vaya sí lo hace- esa soledad de la mirada de Ely, esa fila de indiferencias a lo largo de su ruta de vida. "Invisible" es un filme que emociona, con la notable expresividad de ese rostro lavado de la debutante Mora Arenillas, con ciertos gestos que evocan a inolvidables del cine como Jean Pierre Leaud ("Los cuatrocientos golpes") o Emilie Dequenne ("Rosetta"). Una protagonista de diecisiete años con un elenco tan autentico y expresivo como ella.
Filme nunca tan oportuno como este de Pablo Giorgelli ante el tema del aborto, que llega como debate al Congreso. Un tema tratado por el director con sinceridad, con un sentido común tantas veces ausente, eludiendo la combatividad y el efectismo, con la visibilización de un mundo real en el que hasta la esperanza parece tener poco lugar.

Calificación: Muy buena.