"El proceso inversor será muy lento"

El atraso del tipo de cambio facilita la importación de maquinaria, pero la inversión externa tarda en llegar. La sequía en el campo atenta contra muchos planes a futuro. La economía avanza a marcha lenta, arrastrando el lastre de las altas tasas de interés. "Deberíamos tener un dólar más alto para impulsar las exportaciones", afirma Orlando Ferreres.

A esta altura del partido, tras dos años de gestión de Cambiemos, la Argentina está lejos de experimentar un boom inversor. Hay, claro está, inversiones concretas en sectores muy puntuales de alta rentabilidad. Pero nada que se parezca a los brotes verdes que prometió el Gobierno hace no tanto tiempo atrás.

Las empresas que hunden capital en la economía argentina son las que tienen un perfil de alta competitividad en el mercado internacional por aquello de las ventajas comparativas, como el sector agropecuario, y las que han logrado montarse en la ola de la obra pública y el crédito hipotecario, como las constructoras y proveedoras de insumos.

El movimiento inversor es a todas luces quirúrgico, selectivo. El último informe de Fusiones y Adquisiciones de la consultora Orlando Ferreres y Asociados dio cuenta esta semana de que los anuncios de inversión apenas rozaron los u$s 545 millones y el monto de las operaciones alcanzó los u$s 842 millones. Es la cifra más baja en un año.

Al mismo tiempo, el documento elaborado en torno a la Inversión Bruta destacó para enero un crecimiento interanual del 12,9%, principalmente motorizado por la importación de Maquinaria y Equipo. ¿Nos acercamos al escenario pregonado por el gobierno?

"La inversión está mejorando notablemente en algunos puntos, eso es indudable. Notamos una fuerte mejora en este aspecto de la economía, pero depende mucho del mes que se tome para analizar. No es un proceso continuo que se sostenga en el tiempo. Igualmente es algo lógico y no deja de ser positivo para la situación económica de la Argentina", destaca el economista Orlando Ferreres, titular de la consultora homónima.

-El crecimiento inversor se dio fundamentalmente en la importación de maquinaria. ¿Eso habla de un mayor vigor de la actividad económica?

-No tanto. La actividad económica está frenada y no se está registrando un crecimiento como el que muchos esperaban. Particularmente en el campo se advierten las dificultades a partir del impacto negativo de la sequía. Se ha perdido mucha producción primaria y hay que tener en cuenta que el sector agropecuario es el principal motor de la economía. Es un nicho que demanda mucha maquinaria y también insumos.

-Si la actividad no está acelerando su ritmo, ¿por qué los bienes de capital encabezan la lista de las importaciones?

-Se importa más maquinaria porque existe una mayor demanda que oferta local. Además el tipo de cambio atrasado hace que se vuelva más tentadora la posibilidad de adquirir bienes de capital en el exterior. Esa es la principal causa de los números de la importación de máquinas, no el crecimiento en la producción.

DEBILIDAD

-¿Qué sectores lideran este crecimiento inversor?

-Hay tres o cuatro sectores que lideran lo que tiene que ver con la inversión y la producción, luego le sigue el resto. En algunos rubros la inversión en maquinaria e insumos es importante, como suele ocurrir en el campo, pero el año comenzó con algunas dificultades para la economía. Muchos sectores sufrieron inconvenientes y eso se nota. La producción es débil y eso traerá algunas consecuencias en términos de crecimiento de la economía para este año.

-¿Qué ocurre con la Construcción?

-Es uno de los sectores más pujantes de la economía. Argentina igualmente es un país débil en lo que hace a infraestructura y tiene por delante mucho por hacer en esta materia. La Construcción marcha muy bien, pero depende en gran medida del impulso de la obra pública. También es uno de los rubros que más empleo genera, y eso es importante.

-¿Alcanzará la depreciación del peso para darle algo de oxígeno al sector exportador?

-No alcanza con la actualización que tuvo el tipo de cambio. Necesitaríamos bastantes puntos más para ganar competitividad en materia de comercio exterior. Pero eso no va a ocurrir porque no está en los planes del Banco Central y tampoco del resto del equipo económico.

-¿A cuánto debería estar el dólar para hacer más competitivas las exportaciones?

-Es difícil decirlo, pero todavía falta. Deberíamos tener un dólar mucho más alto para impulsar las exportaciones. Recién entonces podría haber una influencia directa del tipo de cambio en la situación de la balanza comercial y las ventas al exterior.

-¿Le preocupa el rojo de la balanza comercial?

-Me preocupa mucho el déficit comercial. Es una realidad que no se condice con la situación potencial de la Argentina. Estamos muy complicados. El año pasado se registró un déficit superior a los u$s 8.000 millones, una cifra record que nunca antes habíamos tenido en el país.

-¿Cuánto juega la presión fiscal en la merma de la competitividad a la hora de vender en el mercado internacional?

-Obviamente que mucho. Junto con el tipo de cambio y las falencias en infraestructura, es una de las razones por las cuales Argentina no gana en competitividad en los mercados externos. La presión fiscal es tremenda y no ha dado ningún tipo de resultado. Han fallado hasta ahora las políticas del Gobierno destinadas a estimular a sectores claves de la economía y, fundamentalmente, a aquellos que tienen un perfil exportador.

CAPITALES

-¿Qué proyección hace de la inversión extranjera? ¿Se está preparando el terreno para el desembarco de capitales productivos?

-Se está armando el escenario, se están creando las condiciones para que venga el capital privado a invertir a la Argentina, pero el proceso va a ser muy lento. No tendría mucho entusiasmo al respecto. La economía marcha a paso lento y las inversiones también. Deberían bajar las tasas, pero para eso hace falta también que haya un marco de menor inflación.

-¿Las tasas altas impuestas por el Banco Central atentan contra el proceso inversor?

-Todo es parte de lo mismo. Las tasas de interés son altas y el Gobierno no ha hallado otra forma de combatir la inflación. La actividad económica marcha lenta y la política de tasas altas no se cambiará porque es la principal estrategia del Banco Central.

-¿Cuánto puede impactar en la marcha de la economía argentina el ruido que por momentos hay a nivel mundial?

-Un poco preocupa la vulnerabilidad de Argentina con respecto a la volatilidad que puede haber a nivel mundial. Si la situación evoluciona de esta manera nos hallaremos en un escenario más complicado. La Reserva Federal elevará la tasa de interés y se encarecerá el crédito para la Argentina. Genera mucha preocupación no encontrarle la vuelta a todo esto.

-¿Es hora de pisar el freno del endeudamiento externo y comenzar a tomar otro tipo de medidas para combatir el déficit fiscal?

-Eso sería fundamental, pero no va a cambiar. El gradualismo es una política que mantendrá el Gobierno.