DE QUE SE HABLA HOY

El aborto cierra una grieta pero abre una nueva

¿Y ahora qué van a hacer? A Macri se le ocurre decir que está bien que se debata la ley de la despenalización del aborto, decisión que golpeó duro entre la oposición justicialista y la de más a la izquierda que pensaban plantarle cara al presidente y presionarlo duramente con este tema. Me imagina que los muchachos de algunas organizaciones estarán quemando las pancartas, parando la impresión de camisetas y cambiando el discurso.

Sin quererlo o no, Mauricio cerró la grieta de un golpe y los puso a todos arriba del mismo escenario. Al margen de las voces a favor o en contra del tema, los progresistas querían que este tema se tratara en el Congreso en una sesión especial el 8 de marzo, algo que parece que no podrá ser porque los legisladores de Cambiemos quieren que no sea un proyecto especial sino que reciba el mismo tratamiento que otros tan importantes.

Desde la Iglesia, un hombre que no le cae bien al Papa, monseñor Héctor Aguer, el arzobispo de La Plata, decidió abrir su propia grieta y coincidiendo con la ojeriza que el Pontífice le tiene a la gestión de Cambiemos, declaró al enterarse de la nueva noticia que "El de Mauricio Macri es un gobierno sin principios de orden moral y natural, y el presidente ni sabe hacerse bien la señal de la cruz". Seguramente en las próximas horas oiremos más voces de la Iglesia en este sentido, tal vez algo más moderadas. La cosa es que el jefe de Estado pateó el avispero y ahora todos tienen urgencia en tomar posición lo que casi significa alinearse con la propuesta macrista, un sapo al que algunos le caerá mal a la hora de tener que tragárselo. El asunto es delicado y enfrenta posiciones muy distantes y contrarias que abrirán un debate que si se maneja con criterio democrático puede ser apasionante. Algunos veteranos de las lides políticas aseguran que esta jugada de Macri tiene trampa porque el presidente se mostró y se muestra contrario a la despenalización del aborto y es casi seguro que si finalmente ocurre lo poco probable de que el proyecto se convierta en ley, la vetaría. Otras discrepancias aparecen en escena, Federico Pinedo se opone con contundencia, el ministro Lino Barañao está a favor y todavía faltan los embates de Elisa Carrió y Gabriela Michetti. La polémica alejó un poco los conflictos gremiales por la paritaria, el brutal aumento del gas y la invencible inflación, pero no se haga ilusión, no se fueron, están agachados por el ruido que mete el asunto del aborto. Ya tenemos tema para debatir en la oficina, en la calle, con los amigos y hasta con la familia. Ahora veremos en la tele y oiremos en la radio a psicólogos, médicos, charlatanes de diferente ralea, dando cátedra sobre si está bien o no está bien que aborto no sea punible. Usted no escuche mucho, lo van a confundir, usted hable con su conciencia, piense y tome una postura con la conciencia en orden, es lo mejor porque en esta disputa todos tienen razón y nadie tiene razón. Un tema que va desde lo médico a lo religioso debe recorrer mucho camino para hallar la luz. Como siempre sucede en este bendito país, aparecerán los fastidiosos militantes dueños de la verdad que querrán imponer su punto de vista sin admitir discusión alguna. Querido lector, le sugiero que haga lo mismo que yo, voy a hablar del aborto desde mi propia libertad de conciencia y ya está.

V. CORDERO