Macri enojado con los suyos, con Moyano y con él mismo

Lo que vendrá. Todos saben que aunque el jefe de Gabinete, Marcos Peña, les diga al oído que las elecciones de 2019 están ganadas, el panorama no es tan claro como hace un semestre.

El jueves y viernes próximo Mauricio Macri convocó el "retiro espiritual" anual en el complejo balneario estatal de Chapadmalal. Allí estarán todos sus ministros y secretarios y tal vez María Eugenia Vidal como invitada especial, aunque no confirmó su presencia. Esta vez el motivo de la convocatoria no es solo para hacer balance de gestión sino para poner en orden las cosas que no andan bien. Habrá retos y reproches y todo hace suponer que no será una reunión cordial.

Por una parte muchos de los asistentes quieren expresarle al Presidente su disconformidad con la salida del Estado de algunos parientes que suponen idóneos y el recorte del gasto que aún tiene que publicarse en el Boletín Oficial. Otros pedirán explicaciones sobre el caso del titular de Trabajo, Jorge Triaca. Por su parte, el jefe de estado tiene una larga lista de los errores cometidos por algunos de sus funcionarios que a su criterio han influido en los 15 puntos de pérdida su popularidad en solo tres meses. Todos saben que aunque el jefe de Gabinete, Marcos Peña, les diga al oído que las elecciones de 2019 están ganadas, el panorama no es tan claro como hace un semestre.

Algunos de los que asistirán al "retiro" aseguran que desde allí saldrá un relanzamiento del Gobierno con un nuevo posicionamiento sobre los principales temas; otros suponen que habrá cambios en el gabinete y algunas de las primeras espadas de Macri, prevén reducción del número de ministerios. Todo puede pasar.

El Presidente está enojado no solo con Hugo Moyano sino con la cantidad de errores cometidos y el constante clima de enfrentamientos entre sus funcionarios que no dejan de aparecer en los medios. Ya no hay tiempo  Macri lo sabe por eso es que habría pedido a Durán Barba, que asistió nuevamente a la Casa Rosada, que le dé claves para convencer a su tropa y a los ciudadanos de los cambios que quiere establecer. Mauricio ya desestimó su plan de tener aprobadas sus reformas antes de mediados de año.

El último golpe a sus ilusiones se lo dio su aliada Elisa Carrió que apenas comenzado el año enfrentó  al ministro de Justicia, Germán Garavano por su participación a favor de los imputados en la causa por el encubrimiento a la AMIA y ahora tiene el ojo puesto en la Reforma del Ministerio Público y está dispuesta dar guerra. Por eso el Presidente, mal que le pese, decidió postergar su tratamiento hasta que las aguas se calmen. Otro golpe para el primer mandatario es la posibilidad que el juez Claudio Bonadio procese a su ministro de Finanzas y mejor amigo "Toto" Caputo, al presidente de la ANSES, Emilio Basavilbaso y a Marcos Ayerra el titular de la Comisión Nacional de Valores (CNV), por  operaciones irregulares en la venta de acciones de Petrobras en poder del Fondo de Garantía de Seguridad (FGS) de la ANSES que podrían implicar un perjuicio multimillonario.

El jueves y viernes próximos pueden ser importantes para los cambios que se vendrían en el Ejecutivo y una filosofía comunicacional diferente. Macri está cansado de dar pasos para atrás y no quiere ceder más terreno.

MOYANO: EL ENEMIGO NUMERO UNO

La ira del Presidente contra Hugo Moyano alcanzó en estos días su punto más caliente. Sin explicar los motivos, Macri instruyó a sus funcionarios que busquen todo lo que pueda afectar al camionero y que lo combatan porque definitivamente es el enemigo número uno del Gobierno. Nadie puede asegurar cuál fue la causa que enojó tanto al Presidente, pero ya no puede disimular su fastidio con el sindicalista. Moyano ya tiene varios frentes en contra abiertos, su sindicato de Camioneros, la obra social del mismo y las empresas familiares.

Todo esto está bajo la lupa de la Unidad de Información Financiera (UFI) que ya presentó denuncias ante la justicia en todos los casos. Ahora se le sumó a las investigaciones el club Independiente del que Moyano es presidente y su hijo Pablo vice. Ambos están sospechados de lavado de dinero con la barrabrava. Aun queda la empresa de correo privado OCA que Moyano maneja desde atrás de las cortinas y que el Gobierno duda si dejarla caer por el conflicto laboral con varios miles de empleados despedidos que acarrearía el cierre. La última orden de Macri para seguir los pasos de Hugo Moyano  habría sido la AFA. Allí el sindicalista tiene una curiosa sociedad con Daniel Angelici - cuyo cuñado Sergio Maguiña, acaba de ser despedido de la AFIP por amenazar a un superior - para manejar el fútbol a través del "Chiqui" Tapia, un trato que nunca convenció a Macri y que se hizo para evitar la llegada de  Marcelo Tinelli a la AFA. Allí hay negocios oscuros y ahora están bajo la lupa de la Justicia.

En las filas de Cambiemos no todos apoyan esta embestida del jefe de Estado contra el camionero porque no saben bien cuál es poder de fuego que éste aun mantiene pese a su fallida convocatoria para el próximo 21 de febrero. Algunos suponen que Macri apostó demasiado fuerte y enfrente tiene a un veterano de las guerras sindicales contra los gobiernos.

Mauricio Macri también está enojado con él mismo. Sabe que se equivocó y que perdió mucho tiempo. La semana pasada supo que su gestión ya no era tan elogiada en Wall Street que puso un signo de alerta entre sus inversores de bonos argentinos. El viernes pasado la agencia Bloomberg distribuyó entre sus asociados un informe con un mensaje muy crítico por el manejo de la macroeconomía del gobierno de Macri, resaltando el retorno al proceso inflacionario que no pudo detenerse.

Un golpe duro al corazón de su "respirador artificial" porque el Presidente apuesta a seguir emitiendo deuda en forma de bonos y sus principales compradores están precisamente en el corazón financiero de Wall Street, y si este puente se rompe, las dificultades económicas crecerían y mucho.