A ver si les queda claro

Pecado

Por Benjamin Black

RBA. 296 páginas

John Banville ganó el año pasado el premio RBA de 125 mil euros otorgado por los españoles a novelas policiales. Concursó bajo el seudónimo de Colonel Race (un personaje de Agatha Cristhie) y posteriormente publicó el trabajo ganador bajo el de Benjamin Black.

Pero el juego de máscaras carece de importancia. Lo significativo es una decisión del editor español. A la hora de traducir el título original, Snow (Neve), eligió Pecado, destruyendo así el 50% del misterio antes de que el lector empiece siquiera a hojear el libro.

El homicidio que pone en marcha la narración ocurre en la Irlanda de los 50 del siglo pasado y la víctima es un cura al que después de asesinar emasculan. Conocidos los antecedentes del autor, su educación en institutos católicos y sus duras críticas a la doble moral de la Iglesia no resulta difícil inferir el móvil del delito. En suma, la historia es previsible, tal vez el peor defecto de un relato que en alguna de sus etapas invocó el nombre de Agatha Christie. Lo que le falta de "suspense" le sobra de mensaje moral: la víctima, como no podía ser de otra manera, es un antiguo victimario. 

El problema reside en la justicia poética, porque el estilo literario es en general satisfactorio. El autor utiliza una ficción policial para ajustar cuentas con la institución que dominó Irlanda durante siglos y en buena medida lo sigue haciendo, pero eso es algo de interés sólo para un sector de los potenciales lectores. 

El hecho de que Pecado haya sido premiada, en tanto, sintoniza sospechosamente con los múltiples escándalos por pedofilia que llovieron y siguen lloviendo sobre el Vaticano con amplia repercusión en los medios. Sobre esos repugnantes abusos pueden escribirse libros de interés, pero este no es uno de ellos.