India es un mercado inexplotado

Una oportunidad de oro para participar de una demanda gigantesca y la estamos desaprovechando. El comercio exterior suele ser el factor que equilibra los desajustes internos. Sólo prospera con un horizonte claro y no cíclico como ha venido sucediendo en nuestro país.

POR CARLOS ALMA *

Es tradicional que en la República Argentina se privilegie el mercado doméstico, considerando a la capacidad del consumo interno como el pilar básico de su economía, por encima de una sólida estructura de comercio exterior. Este estilo cultural folclórico, que podría simbolizarse como mirar hacia dentro, no ha posibilitado una estrategia de desarrollo de exportaciones diversificada sostenida en el tiempo. 

Salvo los movimientos de algunos productos industriales, cuando el tipo de cambio resultó favorable, no se ha postulado una política de estímulo para que la industria local pudiera sostener una estrategia para la colocación de sus manufacturas. Con este panorama, parecería ser que solamente el agro actualmente, puede ser la fuente de ingreso de divisas derivada de la actividad exportadora. 

El caso de la India resulta paradigmático pues el grueso de los envíos argentinos están representados por lo que la agricultura, con una tecnología que anticipa escenarios y logra mayor productividad, sostiene en el tiempo.

Simultáneamente, el cepo que representa Mercosur, quizá ahora un tanto relajado por la necesidad de los intereses económicos coyunturales, ha demorado, tal vez demasiado, en comprender que la lógica de los acuerdos bilaterales es clave para destrabar esa mecánica que ha impedido el crecimiento consistente de la balanza comercial argentina. 

ESTRECHEZ DE MIRA

Más de 1.350 millones de habitantes que pueblan India, representan el 18% de la población mundial y la baja relación comercial entre ambos países, solo se explica por la estrechez de mira de los industriales argentinos, conformes con la demanda interna, o por la poca visión o interés de los gobernantes al no formular políticas de largo aliento para dejar atrás la característica visión aldeana. 

Sorprendentemente, con casi 2,8 millones de Km2, Argentina es equivalente al 85% de la superficie de la India pero la densidad poblacional está en las antípodas pues su distribución poblacional se acerca a las 15 personas por kilómetro cuadrado versus las 400 por kilómetro cuadrado del país asiático. Esta relación que asombra por la disparidad de la ocupación territorial, se muestra también en los datos de la economía y expone, lapidariamente, la magra participación nacional en ese mercado que es considerado como la tercera economía mundial. 

Si bien, es posible que algunos análisis realicen comparaciones del crecimiento de la evolución porcentual, no es menos cierto que excepto la exportación de agroalimentos, en particular aceites que explican más del 90%, la presencia argentina, en ese formidable, mercado es pobre en términos absolutos y expone un bajo nivel de pluralidad de mercancías. Dada esta realidad, es sencillo colegir que el tráfico comercial entre ambos países es marginal y no tiene impacto en el volumen total de sus respectivas balanzas de intercambio total. 

Oportunidades 
 
Pensando que la población de la India va camino a convertirse en el mayor conglomerado del planeta, y considerando que aún no tiene resueltas las necesidades para sostener su demanda interna, se hace preciso adoptar decisiones para que la penetración de productos argentinos, resulte consistente y logre estabilidad en el tiempo.

Resulta claro que para que eso suceda, se requiere que se den condiciones de estabilidad en la economía y la relación de equilibrio macro se mantenga pues el negocio de exportar, no es de oportunidad circunstancial sino que por el contrario, demanda racionalidad para desenvolverse y consistencia para que los escenarios futuros, conviertan en realidad los proyectos planificados. Por esto es que es necesario una definición en este sentido, más allá de los avatares y ciclos de la economía doméstica. 

El comercio exterior, particularmente las exportaciones, resultan a menudo el factor que equilibra los desajustes internos y es por eso que no debe ser tratado con la relatividad que ha demostrado Argentina de manera frecuente en esta materia. 

Frente a un mercado de las dimensiones de la India y con necesidades no resueltas por su propia capacidad de producción, se deben analizar las reales posibilidades de participar y en caso de una decisión positiva, es decisivo dar señales inequívocas que posibiliten el acceso duradero de materias primas complementarias, o manufacturas con valor agregado. 

La creciente clase media del país asiático, debiera ser objeto de serio interés para la economía nacional pues es sabido que es el primer sector social que dinamiza el consumo y requiere respuesta de la oferta. En este escenario, Argentina debe analizar aquellos rubros en los que puede competir, y aprovechar como plataforma los pocos acuerdos formalizados, y que deben servir como modelo para otros convenios bilaterales que abran la perspectiva de anclar productos en ese país. Se estima que alrededor de una porción equivalente a más del 33% de pobres del mundo, habitan India y esa es una oportunidad para realizar un trabajo en profundidad y de largo plazo.

Los instrumentos

En una democracia bien entendida, los funcionarios deben dar respuestas a los mejores intereses de la Nación sin perjuicio del color político de cada mercado a cubrir. En este sentido, no se ha avanzado lo suficiente para abordar un proyecto de dimensiones considerables y favorables, pues se han antepuesto rivalidades políticas canibalizando al país con los perjuicios económicos conocidos. Aceptando que existe complementariedad entre ambas naciones, tal vez sería adecuado revisar la capacidad instalada local para abastecer aquella demanda y, al mismo tiempo, avanzar en el terreno oficial para comenzar a trabajar en la formalización de tratados que estimulen a los productores nacionales para decidir inversiones que amplíen su capacidad de oferta.

Evidentemente que para que esto ocurra, es necesario tener un horizonte claro y no cíclico como ha venido sucediendo al no formalizarse políticas de Estado que se sostengan cualquiera sea el gobierno de turno. Los organismos y funcionarios encargados de las negociaciones también deben tener la certeza de la permanencia de objetivos porque de otra forma su tarea es afectada por los vaivenes internos y se neutralizan los posibles avances. 

En el caso de la relación comercial con la República de la India, se presenta una oportunidad para participar de una demanda gigantesca y la Argentina, dispone de la base sustentable que le otorga su capacidad agrícola para ser utilizada como punta de lanza para avanzar en otros acuerdos que incrementen el intercambio entre ambos países. Ya va siendo tiempo para que se abandonen mezquindades particulares para analizar con inteligencia que el crecimiento de la torta económica solo se dará si se mira el mercado interno y al resto del mundo simultáneamente. De esta manera, realmente, aparecerán los brotes verdes y comenzará a resolverse el problema del empleo y el dilema de las economías regionales. 

* Consejero estratégico AM Consulting S.A.