Cuatro historias en los márgenes

Crítica: "Entonces la noche" reúne monólogos desgarradores y por momentos inquietantes

"Entonces la noche". Libro y dirección: Martín Flores Cárdenas. Diseño de escenografía: Alicia Leloutre. Diseño de iluminación: Matías Sendón. Diseño de vestuario: Ana Markarián, Alicia Macchi. Producción general: Pablo Kompel. Actores: Cecilia Roth, Dolores Fonzi, Guillermo Arengo, Ezequiel Díaz. Músicos en escena: Fernando Tur, Julián Rodríguez Rona. En la sala Picasso del Paseo La Plaza.

Los actores/personajes son cuatro y se mantienen en escena durante toda la obra. Los acompañan dos músicos, también actores e igualmente onmipresentes. No hay una referencia precisa al tiempo y el lugar en el que transcurren los hechos, aunque la banda sonora y ciertos rasgos del vestuario permiten darle un marco aproximado a las historias que se están por escuchar.

La noche es el denominador común de los relatos que los actores profieren de cara al público, en un orden preestablecido que respetan metódicamente, incluso anticipándose unos o otros como pidiendo permiso: "Ahora voy yo". Como si se tratase de un stand up sui géneris, uno a uno gozan a su modo de ese instante catártico en el que dan un paso al frente para narrar situaciones que, con mayor o menor intensidad, han hecho mella en su personalidad.

No cuesta adivinar que en algún punto esas historias aparentemente distante terminarán cruzándose. El interés de la obra no reside, pues, en su desenlace sino en el tránsito hacia ese encuentro.

En este desembarco por la puerta grande en el circuito comercial, el dramaturgo y director Martín Flores Cárdenas reitera, en parte, la estructura de una exitosa obra anterior, "Entonces bailemos". Con la diferencia de que aquella se ofreció en el circuito off y ésta, "Entonces la noche", pretende germinar en un terreno que resulta -a priori- menos fértil para este tipo de propuestas de experimentación.

Los nombres de Cecilia Roth y Dolores Fonzi actúan, quién lo duda, como un imán para atraer al público a la sala, pero el menú que se les ofrece tal vez no sea del agrado de todos. Estrenar una obra es siempre asumir un riesgo. Y bienvenido sea. El resultado (excepto para el productor) no es más que una anécdota.

RELATOS SALVAJES

Así las cosas, "Entonces la noche" vale más por su puesta en escena y sus actuaciones, que por el libro en sí. Lo que no quita que sean esas líneas de texto, esas historias cruzadas entre noctámbulos, las que habiliten el lucimiento de los protagonistas. Y en este punto, otra vez, la novedad: los relatos más sólidos (también los más cruentos) cobran vida en las interpretaciones de Guillermo Arengo (un comisario conservador enfrentado a hechos de una ferocidad terrible) y Ezequiel Díaz (un niño/joven dispuesto a encontrar a su padre fugitivo), quienes llevan al espectador de las narices hasta sumergirlo en un submundo fantasmagórico.

Fonzi es una prostituta algo naif que debe atravesar una situación límite un tanto inverosímil. Roth, por su parte, encarna a una mujer sola, acechada por sus propios fantasmas. Y sobre ellos, la noche, profunda e inescrutable, tan mágica como incierta.

Calificación: Buena