Uveítis: más del 30% de los pacientes tarda 3 meses en consultar

La uveítis es una inflamación de la parte interna del ojo que causa malestar y dolor en el paciente. Existen dos grandes grupos: las uveítis infecciosas y las autoinmunes (o no infecciosas). Las primeras son difíciles de diagnosticar, pero su tratamiento es más rápido. Las autoinmunes son más complejas a la hora de tratarlas y pueden volverse crónicas. Dependiendo de a qué parte interna del ojo afecte se subdividen en: anterior, intermedia, posterior y panuveítis.­

A nivel global, entre 20 y 50 personas en el mundo por cada 100 mil habitantes tienen uveítis. Si bien no existe un registro que certifique la cantidad de afectados en nuestro país, si se extrapolan estos datos globales serían cerca de 20 mil personas. Se presenta en una edad en la que los pacientes están en el período más activo de su vida profesional y laboral. Entre el 70 y 90% de los casos sucede entre los 20 y 60 años de edad, y en la mitad de los pacientes se inicia entre la tercera y cuarta década de la vida.­

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DIAGNÓSTICO TARDÍO­

Un estudio realizado por el servicio de Uveítis del Hospital Oftalmológico Santa Lucía de la Ciudad de Buenos Aires y presentado recientemente en el Congreso Conjunto de Oftalmología, observó que existe una importante proporción de pacientes, cerca del 33%, que demora la consulta hasta más de tres meses. Esto dificulta el diagnóstico precoz y reduce las posibilidades de realizar un tratamiento oportuno. También se observó una alta proporción de pacientes que manifestaron antecedentes de episodios anteriores. "Es muy importante lograr una derivación temprana al especialista para facilitar el diagnóstico y tratamiento precoz y reducir la morbilidad ocular", afirmó el doctor Pablo Franco, médico del servicio de Uveítis del Hospital Oftalmológico Santa Lucía, uno de los autores del estudio y Miembro del Grupo Argentino de Uveítis (GAU).­

Existe un momento en el que, si la persona es diagnosticada, tiene mejores probabilidades de responder al tratamiento. Los especialistas lo llaman "ventana de oportunidad del tratamiento", refiriéndose a las dos o tres primeras semanas siguientes al inicio de la inflamación.­

"Es el momento inmediatamente posterior al inicio de la enfermedad, momento en el que aún no se sabe bien qué la produce. Si la persona es diagnosticada dentro de este período hay mejores posibilidades de tratarla y evitar complicaciones en el futuro", afirma Franco, quien además agrega: "El éxito del tratamiento de la uveítis depende en gran medida del diagnóstico temprano y el inicio rápido del tratamiento. El tratamiento correcto, más allá de reducir molestias y dolores, evita la recurrencia y esto es fundamental ya que con cada recurrencia crecen las posibilidades de tener complicaciones"

La falla o retardo en el diagnóstico, tratamiento y controles insuficientes son una causa importante de discapacidad visual y ceguera potencial. Como consecuencia, el paciente puede presentar complicaciones como: glaucoma, cataratas, desprendimiento de retina, edema macular y membrana neovascular, las cuales llevarán a una pérdida de visión transitoria o permanente (ceguera).­

La uveítis tiene tratamiento y en muchos casos se logran disminuir los síntomas y mejorar notablemente la calidad de vida del paciente. Si bien por el momento no existe una cura para esta enfermedad, existen nuevas opciones terapéuticas para acompañar a los pacientes. "Los tratamientos biológicos actúan más específicamente y logra, en un alto porcentaje, disminuir la inflamación ocular", comenta la doctora María Julieta Cesari, también del Hospital Oftalmológico Santa Lucía y coautora del estudio.­

"El objetivo del tratamiento siempre es mejorarle la calidad de vida al paciente, evitar o disminuir cuanto sea posible las molestias y controlar la salud del ojo a lo largo de los años. Trabajamos para acompañar a todos los pacientes, aún a aquellos que hayan logrado remisión de su uveítis, debiendo controlarse toda su vida", finalizó.­