"Argentina ha perdido demasiado espacio en el mercado brasileño"

El nivel de exportaciones se redujo a la mitad desde el año 2000, asegura Gustavo Segré. De todo lo que importaba Brasil, el 12,25% se lo compraba a nuestro país. Hoy esa cifra cayó a 6,3%. Es necesario ampliar la oferta y visitar otras regiones del país vecino. Cómo hacer para venderle más a la sexta economía mundial.

Los 6.115 millones de déficit que arrojó el acumulado anual de la balanza comercial para el mes de octubre pone nervioso al Gobierno. Mucho más cuando las proyecciones indican que el ejercicio 2017 cerrará con un rojo que rondará los u$s 8.000 millones. Pero quizá lo más curioso del asunto esté dado en que, si no contáramos a Brasil en el intercambio, el balance del comercio exterior sería superavitario en u$s 513 millones.

"Argentina ocupa un lugar menor, perdió espacio en el mercado brasileño", explica el economista Gustavo Segré, titular de la consultora CenterGroup, con sede en San Pablo. ""En 2000 Brasil compraba el 12,25% de sus importaciones a la Argentina, y exportaba el 11,32%. Hoy compra 6,3% y exporta 7,9%.

Las exportaciones brasileñas hacia la Argentina crecieron 31,79%, y las importaciones cayeron 7,90%"", subraya.

En el ahora histórico déficit comercial bilateral con Brasil son muchas las variables que hacen ruido. El tipo de cambio no ayuda a la Argentina, pero tampoco lo hace su estructura de costos, donde la presión impositiva juega un rol clave.

Los datos ayudan a comprender la despareja relación con esta potencia económica del cono sur. Argentina exporta a Brasil un 17% de productos básicos; 4% de semifacturados y 79% de manufacturas, contra el 93% de manufacturas que nos vende Brasil. La cantidad de empresas exportadores brasileñas es cinco veces mayor que las argentinas, como así también la economía de Brasil quintuplica a la nuestra.

Pese a la diferencia en materia de escalas, el vínculo en general no ha generado escenarios tan asimétricos. A futuro, según Segré, habría que rescatar que ambas economías crecerán en 2018, y que el marco político de coincidencias entre Mauricio Macri y Michel Temer puede llegar a apuntalar una mayor integración, con un repunte de las exportaciones argentinas.

Hay mucho por trabajar. Por lo pronto, los especialistas sugieren a los empresarios exportadores quitar la mira que exclusivamente tienen puesta sobre ciudades como Río de Janeiro y San Pablo, para explorar un país con regiones donde la demanda está hábida, pero no hay oferta.

EXPORTACION

-El sector exportador argentino confía en que la mejora de la economía brasileña termine por impulsar las ventas el año próximo. ¿Cómo proyecta el 2018 para Brasil?

-La demanda brasileña se va a acelerar, pero que esa demanda se acelere no significa que nos enfoque a nosotros como oferta. Brasil va a crecer, va a tener un 2018 mucho mejor que los últimos tres años, pero la cuestión es que habrá gente con deseos de comprar y tenemos que hacer que esa gente con ganas de consumir sepa que nosotros tenemos un buen precio y un buen producto. Por eso trabajamos para unir la demanda con la oferta. Sino nos va a pasar lo que ocurrió en los últimos 17 años: de ocupar el 12,25% de todo lo que Brasil le compraba al mundo, pasamos a ocupar el 6,29. Perdimos casi la mitad del mercado. Y esto no quiere decir que el mercado se achicó, sino que se achicó para nosotros, porque la importación brasileña se multiplicó por tres. El mercado potencial se multiplicó por tres y nuestra participación se dividió por dos.

-¿Qué idea le genera el observar las cifras en rojo de la balanza comercial argentina y, particularmente, el déficit en el intercambio con Brasil?

-Me genera la sensación de que de alguna manera nos descuidamos un poco. Si uno mira las cuentas de Argentina e incluye a Brasil, tenemos déficit. Pero si quitamos a Brasil, tenemos superávit. Entonces claramente el tema es un problema serio. El déficit en sí no es un problema para una economía, pero lo que ocurre es que nuestro déficit comercial es gigantezco. Terminaremos el año en casi u$s 8.000 millones, lo que es el doble del año pasado. Y si no hacemos algo eso va a repercutir negativamente.

-¿Cómo se hace para revertir el déficit con Brasil?

-No es necesario revertirlo, sino trabajar para recuperar ese 12,25% de exportaciones. Si nosotros ahora tuviéramos ese porcentaje del mercado brasileño, estaríamos con superávit en la balanza comercial. ¿El tema cuál es? No me interesa lo que ellos me vendan a mí, es cómo yo tengo que hacer para venderle más a ellos.

ROJO COMERCIAL

-El embajador de Brasil, Sergio Danese, dijo que trabajarán para bajar el déficit argentino. ¿Por qué el gobierno brasileño estaría interesado en lograr esto?

-Ellos no tienen porqué hacerlo, ningún interés. No depende de ellos. Se trata de trabajar en seminarios, divulgación, en concientizar al empresario argentino de que Brasil es posible.

-¿Hay zonas de Brasil que son ignoradas por el empresario argentino a la hora de exportar?

-No las conocemos. Hay un montón de regiones. Está el centro oeste, norte, nordeste, que no les damos atención. Es siempre lo mismo: Río de Janeiro, San Pablo, Curitiba, Puerto Alegre. Existe un Brasil enorme que nos da un montón de oportunidades y que, además, está dispuesto a pagar más porque nadie va a venderles sus productos.

-¿Qué tipo de productos pueden tener mayor demanda?

-Todos. Desafío a cualquier empresario argentino que tiene ganas de exportar a que me diga que el producto de él no puede entrar y tener clientes. Estamos trabajando junto con la Confederación Económica de la provincia de Buenos Aires para llevar calzado, zapatos argentinos. Si conseguimos llevar a Brasil zapatos argentinos, entonces podemos llevar cualquier cosa. La idea es trabajar en objetivos. Hay que tener un proyecto y colocar responsables.

-¿Cómo juega la coincidencia política a nivel gobiernos en todo esto?

-Es básico. Uno de los problemas que Brasil y Argentina tuvieron es que como los propios gobiernos tenían dificultades domésticas, se cerraron. Entonces no le daban atención al vecino. En el 2018 tendremos una convergencia política y económica como en los años de oro del Mercosur, en el "97-"98. Ahí estábamos alineados política y económicamente. En el 2018 se alinean los planetas nuevamente para Brasil y la Argentina.

-¿El paquete de reformas que impulsa el Gobierno puede significar un impulso para el sector empresarial?

-Creo que tiene que ser así. Hay reformas que deben hacerse sí o sí, porque sino quedamos rezagados en el mundo. Brasil nos colocó una presión gigantesca porque hizo la reforma laboral y la del gasto público, aunque se le trabó un poco la del sistema previsional. Ahí Argentina le saca unos pasos de ventaja.

-¿Es inevitable impulsar cambios vinculados al empleo?

-En lo que se refiere a la reforma laboral, yo estoy de acuerdo, pero opino que la mejor reforma es generar empleo. Si uno hace una reforma que protege a los trabajadores que no tienen trabajo, no sirve. Con lo cual hay que generar empleo y a partir de ahí verificar que los dos ganen. No hay uno que gana y otro que pierde. Tienen que trabajar las dos partes pensando en que deben ser productivos porque si otros son más productivos en el exterior, le comprarán a ellos.