Attaque, íntimo y acústico

Los mejores temas de la banda, en escenario y formato inusuales.

El Margarita Xirgu lucía raro, la formalidad de otras veladas daba espacio a crestas, musculosas y remeras negras. Ya desde temprano los alrededores del clásico teatro de San Telmo se vieron recorridos por un público no común para esa sala, que fue a presenciar un tampoco habitual show acústico de Attaque 77.

Ocho silla, una batería y un piano; ese era el único decorado. A las 21.15 esas sillas se fueron ocupando con los Attaque: Mariano Martínez, en guitarra; Lucho Scaglione, en bajo, y Leo De Cecco, en batería, y por una orquesta compuesta por piano, guitarras, contrabajo, violonchelo y violín. Juntos brindaron el segundo show de este estilo en la carrera del grupo (el primero fue en el Opera hace varios años), que fue definido por la banda como la despedida de los acústicos.
Le costó al público entender que no era un recital común, acostumbrado al pogo y el griterío; ya desde la primera canción empezaron las palmas, los golpes contra el piso y las voces coreando las canciones, lo que hacían imposible apreciar la interpretación de cada instrumento, pero que con el correr de los temas se fueron aplacando y pudieron dar espacio a la música.
A diferencia de los otros recitales que brindaron este año con motivo de la celebración de sus 30 años, en este caso no hubo discos específicos para tributar y el setlist estuvo compuesto por canciones que generalmente no son tocadas en vivo y que, como bien dijo Martínez, "sirven para desmenuzar la discografía".

LOS CLASICOS
"El ciruja", "Vacaciones permanentes" y "Cuál es el precio?" fueron el puntapié inicial de un repertorio en el que no faltaron los clásicos como "El cielo puede esperar", "Western" y "Arrancacorazones", y las menos tocadas en vivo, como "Ciudad vacía", "Plaza de perros", "Consejos del abuelo" y "Ultima generación", este tema perteneciente a su más reciente trabajo discográfico.
Un sonido impecable primó durante toda la noche, la simbiosis entre todos los instrumentos fue perfecta, lo que evitó que ninguno de estos quedara relegado con respecto a otro. El violín acompañó perfectamente a la guitarra en "Crecer", escuchándose impecablemente los dos, al igual que el piano en "El camino".
Fueron exactamente veinte los temas que sonaron en la primera función, que cerró con "Setentista", "Chance", y la a esta altura inoxidable "Donde las águilas se atreven", la cual desgraciadamente no pudo disfrutarse en su plenitud ya que un grupo de aproximadamente 30 personas copó el escenario impidiendo que el show finalizará de una forma normal.

Calificación: Muy Bueno