Estudian el riesgo de muerte súbita asociado con las relaciones sexuales

Los episodios de muerte súbita, es decir, las muertes que se producen por una parada cardiorrespiratoria repentina, representan en torno al 50% de todos los fallecimientos asociados a las enfermedades cardiovasculares.­

Los desencadenantes de estos episodios de muerte súbita son principalmente los esfuerzos físicos extremos, como sería correr una maratón sin la preparación adecuada. Por eso muchos se preguntan si las relaciones sexuales  también podrían asociarse con un riesgo mayor de sufrir una muerte súbita.­

Ahora, un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Cardiovascular Cedars-Sinai en Los Angeles (Estados Unidos) reveló que esto no es así.­

Sumeet S. Chugh, director de esta investigación publicada en la revista `Journal of the American College of Cardiology', señaló: "En nuestro trabajo hemos encontrado una baja carga de episodios de muerte súbita relacionados con la actividad sexual. La mayoría de los casos correspondieron a varones con historial previo de enfermedad cardiovascular, si bien en algunas situaciones también hemos detectado el uso de fármacos, de estimulantes y de alcohol".­

Numerosos estudios han demostrado que la práctica del sexo se asocia con un mayor riesgo de sufrir un episodio cardiovascular no fatal -o lo que es lo mismo, no mortal-, caso muy especialmente de un infarto de miocardio. Un incremento del riesgo que se explica por la exigencia física que requieren las actividades sexuales, exigencia que, en algunos casos, puede desbordar la capacidad del corazón.­

Los autores identificaron un total de 4.557 episodios de muerte súbita registrados durante los 13 años evaluados. Y de los mismos, únicamente 34 -o lo que es lo mismo, un ínfimo 0,7%- estuvieron asociados a la actividad sexual. Además, el riesgo de sufrir un episodio es muy, pero que muy superior en los varones, que sumaron hasta un 94% de todos los casos. De hecho, y mientras uno de cada 100 casos de muerte súbita en varones se encontró directamente asociado con la práctica del sexo, en el caso de las mujeres fue solo uno de cada 1.000. ­

Concretamente, y de acuerdo con los resultados, el perfil tipo del paciente que sufre uno de estos episodios durante el sexo o en la hora posterior a su finalización es el de un varón de mediana edad, afroamericano y con antecedentes de enfermedad cardiovascular -y que, en la mayoría de los casos, toma medicación para tratarla.­