"El empresario es optimista, el año que viene será bueno"

Los hombres de negocios comparten el rumbo tomado por el Gobierno Nacional. La reforma impositiva puede traerle alivio al sector, destaca Jorge Di Fiori, presidente de la Cámara Argentina de Comercio. Urge reducir el peso del Estado. En 2018 volverán a negociar paritarias tomando como referencia la inflación futura.

Pocas frases tal vez describan mejor el ánimo de los empresarios argentinos que aquella lanzada por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, durante la ceremonia del 93 aniversario de la Cámara Argentina de Comercio: "Estamos viviendo un tiempo de entusiasmo en el país".

Eso es lo que sienten los hombres de negocios por estos días. Perciben que dialogan con un gobierno compuesto por pares, empresarios y CEOs con los cuales comparten una similar visión de futuro, sin mayores cuestionamientos. Tienen el mismo ADN, aquel sexto sentido que se requiere para generar riqueza, expandirse, ganar dinero y crear empleo. El círculo virtuoso del cual mucho se habla y que tanto cuesta poner en marcha.

Las máximas de los funcionarios, con el sello inequívoco de Durán Barba, van creando un clima de expectativas positivas. Basta asistir a cualquier evento del sector productivo nacional para advertir esto cuando se le toma el pulso al empresario. Y entonces caen sobre la mesa otros lemas efectistas tales como el "reformismo permanente" que impulsa el presidente Macri, y la necesidad de construir "acuerdos duraderos".

Es música para los oídos de los hombres de negocios, que vienen de una década donde, a pesar de haber ganado dinero, no se sintieron escuchados. Eran mirados, tal vez, con un sesgo de desconfianza. Claramente, no había un vínculo positivo entre las partes. Y medidas como las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importaciones, los cupos para exportar y el cepo cambiario no hicieron más que enturbiar la relación.

RESPALDO

La Cámara Argentina de Comercio y Servicios es la entidad que nuclea a la mayor cantidad de empresarios en el país, y la que debe negociar salarios cada año con 4.091.562 empleados registrados, según datos de la entidad para agosto del 2017.

Por eso es que el peso del rubro en la economía es clave, y la visión que sus autoridades tengan del rumbo tomado por el Gobierno tiene peso específico propio. ""Tengo cosas a favor y en contra de lo que está haciendo el gobierno. Pero lo que ahora prima es el optimismo y las ganas de salir adelante entre todos. Ese es el espíritu entre los empresarios del sector comercial"", explica el titular de la Cámara, Jorge Di Fiori.

-¿Qué esperan del proyecto de reforma tributaria? ¿Sentirá la actividad una menor presión fiscal?

-Pienso que a partir de la aprobación del proyecto de reforma impositiva todo el sector productivo podrá sentir un mayor alivio, reducir en parte el famoso costo argentino.

-¿Qué proyecta el sector para 2018?

-Estoy seguro que el año que viene será muy bueno para la economía argentina, somos optimistas. La economía continuará por la vía de la recuperación, pero necesitamos que muchas cosas vayan cambiando.

-Siendo la Cámara con mayor cantidad de empleados del país, los acuerdos salariales representan un punto cumbre. ¿Volverán a negociar tomando como referencia la inflación futura?

-El año próximo vamos a negociar las paritarias como lo hicimos este año, con un esquema, una visión a futuro. Es decir contemplando la tendencia a la baja de los precios. De esta manera hemos ayudado en 2017 para que la inflación fuera descendiendo.

IDA Y VUELTA

Las coincidencias entre el sector empresarial y el Gobierno no se traducen, de ninguna manera, en un cheque en blanco. Los hombres de negocios aprovechan cada vez que pueden para exigir mejoras. Por eso durante su discurso, en la ceremonia del 93 aniversario de la Cámara, Di Fiori fue alternando palos con zanahorias.

Pidió reducir el costo argentino porque "erosiona la competitividad"; se quejó de la presión impositiva, víctimas de "tasas municipales e ingresos brutos"; y reclamó un férreo combate contra la evasión fiscal.

Pero no se quedó allí, sino que además habló de la necesidad de "reducir el peso del Estado" para salir del déficit, y advirtió sobre "el riesgo de la emisión de deuda". Luego, tras proclamar el deseo de todos de trabajar en una "economía abierta", dijo que "el Estado debe ser un aliado y no un traba" para el empresario.

Los funcionarios presentes, en este caso Marcos Peña; el ministro de Producción, Francisco Cabrera; y el secretario de Comercio, Miguel Braun, escucharon con atención, y no se ahorraron la réplica. Trasladaron al evento frases acuñadas por Mauricio Macri, como la necesidad de "ceder todos un poco", y propusieron "estar enamorados del futuro y no temerle a los cambios".

El Congreso, tamiz mediante, parirá una reforma impositiva que los empresarios aguardan con ansiedad. Será un paso importante, pero no el único en este movimiento de reformismo permanente al que se ha lanzado el jefe de Estado. Los hombres de negocios respaldan, son optimistas a futuro, pero no hundirán más inversiones hasta que el Modelo M les brinde auténticas señales de crecimiento económico sostenido en el tiempo.