El rugido del Tigre llegó hasta Rusia

Para entender por qué la hazaña de Ricardo Gareca es tan importante, hay que fijarse en el factor tiempo. Perú se metió en una Copa del Mundo después de 36 años (España "82), tras vencer a Nueva Zelanda 2-0, en Lima, e hizo explotar a todo el país de alegría, al punto que ayer fue feriado para que todos tengan tiempo de darse cuenta de lo que logró esta generación de jugadores al mando del Tigre.

¿Por qué esta clasificación no puede festejarse como una más? Por la misma razón que en Italia crean que el no haber conseguido la clasificación es considerado el fracaso más grande de su historia, a pesar de que ya le había ocurrido. La clave es que fue hace mucho tiempo. Una generación entera de peruanos no vieron a su seleccionado en un Mundial.

El mejor ejemplo es el periodista Alfonso Zuñiga, de la señal de ESPN, quien tras consumarse el triunfo que les permitió convertirse en el último equipo en sacar pasaje a Rusia, le agradeció a Gareca por la clasificación de una manera muy sentida y particular: "Ricardo, te agradezco de corazón porque yo ahora voy a poder comprar el álbum que siempre he querido y poner a mis jugadores en el Mundial".

El sueño de millones de chicos, que muchos ya rondan los cuarenta, se hizo realizad y los que no, podrán rememorar viejos tiempos y desempolvar todo el potencial de su pasión por la camiseta albirroja.

DE MENDIGO A MILLONARIO

Cómo serán las vueltas del destino que el Tigre pasó de ser el peor villano de los últimos tiempos para Perú, a ser el héroe de la película, el hombre que manejó los hilos de una camada que tapó las individualidades para darle un concepto de equipo, que intenta jugar muy bien al fútbol, pero sólo cuando el partido lo amerita.

¿Por qué el villano? Porque ex el DT de Vélez había sido el verdugo de Perú en 1985, cuando el 30 de junio de ese año arruinó la ilusión de todo el país al convertir el gol que decretó el pasaje de Argentina a México "86 y la eliminación de los incaicos.

NO LO VIERON VENIR

Es cierto, el Tigre había sido campeón en el fútbol peruano, cuando dirigia a Universitario, y llegaba con el gran palmarés de haber obtenido cuatro títulos en igual cantidad de años en Vélez, en lo que fue uno de los mejores proyectos del fútbol argentino del último tiempo.

Pero nada hacía ilusionar al pueblo peruano, que ya ni se acordaba de lo que era pelear para entrar en una Copa del Mundo. Sólo algún entendido como José Pekerman, entrenador de Colombia, pudo haberse dado cuenta. Es que al principio de su ciclo, Pekerman le dijo a Lobatón, jugador del seleccionado peruano, tras un choque entre los incaicos y los cafeteros, ""los va a llevar al Mundial"", mientras apuntaba a Gareca.

Otros de los que siempre le tuvieron fe fueron sus ex dirigidos, quienes son conscientes de las capacidades del ex goleador del Seleccionado agrentino. "Conceptos simples y claros, cariño por el futbolista. Intuición. Excelente manejor de grupo en situaciones complejas. Grande Tigre. Cómo no quererte siempre. Felicitaciones Perú!!", le escribió Sebastián Domínguez, pilar de la defensa de su Vélez campeón.

EL PROYECTO

En 2014, Edwin Oviedo asumió como el nuevo presidente de la Federación Peruana de Fútbol y en una de sus primeras decisiones echó al entonces DT Pablo Bengoechea y decidió contratar a un entrenador extranjero con experiencia, que tenga una carrera ganadora y que le interese ser parte de un plan a largo plazo.

De la lista, en la que también estaba el argentino Alejandro Sabella, Gareca fue el elegido y ahí comenzó la revolución. En su primera prueba de fuego, la Copa América 2015, fue semifinalista; mientras que en la edición Centenario de 2016 llegó a los cuartos de final, con un equipo plagado de jóvenes, porque ya Gareca pensaba en una renovación.

SUPERO EL GOLPE

Sin ella, no hubiera sido posible el haber asimilado el doping positivo de Paolo Guerrero, el mejor jugador del seleccionado, ya que el equipo admitió sentir la baja de su goleador, pero se unió en la adversidad. Gareca hizo que el equipo fuer más que un nombre y pese a que no tener a alguien para suplantar a tamaño delantero, lo reemplazó con el compromiso del resto de sus dirigidos, quiene siempre dejaron en claro que morirían de pie con la idea de su DT.

EL COMIENZO, NO EL FIN

Ahora, tanto Perú como Gareca, tienen tiempo de sobra para celebrar y darse cuenta de lo que se logró. Habrá meses por delante para resolver el tema de Guerrero y si no pensar en una forma permanente de jugar sin la estrella del equipo. Pero éste recién es el comienzo, el inicio de una era.

Más allá de que el simple hecho de estar en Rusia será un gran premio, conociendo a un trabajador incansable como el Tigre que está acostumbrado a ganar, en su paso por la tierra de los zares intentará dejar su marca y por qué no, dependiendo el Grupo que le toque, pasar la primera fase. El pecho ya está inflado y no hay nada que perder.