DEFAULT HUMANISTICO

Superar el "sol negro" de la melancolía

 

Jorge "jalaba" nafta. Cuando no la tenía a mano, usaba poxi-ran. Desde los 12 años estuvo hipotecando su vida con tóxicos -incluida la cocaína- en su etapa de los últimos años. Lo conocí a sus 17. Todos los días hacía lo mismo. Perseverar en su destino compulsivo. Su vida era un "sol negro" melancólico cuyo destino era la muerte. Hay tres formas posibles de leer esta historia luego de transcurrido unos años de su proceso de rehabilitación ya que hoy vive en su tierra (interior del país) con su propia familia.
En primer lugar el compromiso y el daño en todo su desarrollo psicológico (conformación de la identidad) y en su sistema nervioso en plena inmadurez en esos años (no olvidemos que culmina éste a los 25 años). Luego en una segunda instancia debemos pensar en la vida familiar de un niño que ya a los 12 años consumía pegamentos, nafta y estimulantes varios. Indudablemente la crisis familiar era evidente.
Hoy se considera a las adicciones como una enfermedad del desarrollo, la variable de la edad es importante ya que el máximo impacto de consumo se da en la población de 12 a 25 años de edad. Tres procesos muy dinámicos se hallan alterados al mismo tiempo cuando se dan las adicciones en esta etapa de la vida.
Asistimos al principio a una poda neuronal que imposibilita la conexión química y eléctrica propias de este nivel evolutivo y a esto se une la alteración de las autopistas de transmisión que es toda la estructura que permite la activación del billón de neuronas que poseemos y por último la alteración de la oscilación sincronizada de toda esa "orquesta sinfónica" que es un cerebro humano. Rápidamente el joven ve alterada sus percepciones y el sentido de realidad para culminar en muchos casos con trastornos psicóticos. Poda neuronal, alteración de las autopistas de transmisión y de sincronización neuronal tienen efectos graves en la conducta humana y en el desarrollo posterior.
Jorge esto lo vivió con choques automovilísticos, cuatro intentos de suicidio, vivencias delirantes, cárcel, robos. Todo esto pasó antes de conocernos. En él se dio todo lo que forma parte del conocimiento actual de las drogas en los adolescentes: desarticulación de los sistemas de control de impulsos, la motivación, la memoria y del pensamiento.

PROCESO DE CAMBIO
Privación paterna y defección de la madre fueron superadas en la recuperación de Jorge. El maestro francés Boris Cyrulnik nos enseña "empezar mal en la vida no determina que tu vida tenga que ser desgraciada". Precisamente Cyrulnik a los 7 años cae en un campo de concentración con sus padres; éstos son asesinados y queda solo en el mundo. Cae en Casa de Beneficencia y al final es adoptado. Hoy a sus 88 años es uno de los psiquiatras que más nos enseña en relación a lo que él llama "resiliencia", que es la capacidad de superar adversidades y salir fortalecido de ellas. Este médico neurólogo y psiquiatra es un ejemplo de ellos. Confirma que un mal inicio de vida no implica una vida desgraciada. Hoy los campos de concentración son con alambrados imaginarios y está en las variadas compulsiones adictivas por donde pululan las epidemias y pandemias en los distintos territorios.
En tiempos en que la palabra y la compañía humana aparecen devaluadas y en donde los fetiches u ortopedias como las drogas y las diversas adicciones al sexo, juego, etcétera suplantan a los vínculos humanos, aparecen en los consultorios personas que lloran todavía heridas emocionales de muchos años y que taparon con rituales, sustancias o parejas múltiples.
Nuestra tarea es escuchar y acompañar este dolor y también ver cómo otras personas que sufrieron similares situaciones pudieron superar estas adversidades y salir adelante. Rehabilitar a Jorge fue también rehabilitar a la madre y sostenerla en el vínculo con el equipo de tratamiento. La depresión de la madre, los traumas vividos y el abandono vivido ante la ausencia de un compañero válido fueron una tarea para la recuperación.
La resiliencia es precisamente ese proceso de superación en donde aparece un sentido de la vida como superación. Para que se dé este proceso resiliente de superación de abandonos, desamparos, abusos hace falta un tutor humano, una compañía válida que asegure afectos, apego seguro y palabras orientadoras. El adulto que acoge al desamparado y abandonado después de sus tragedias se transforma en un modelo de identidad. En términos de Cyrulnik sería aquel lo ayuda a navegar en los torrentes. Jorge aprendió a navegar en los torrentes y nosotros fuimos su guía. Pero el destino vivido no cerró su vida ahí como sucede en la melancolía en donde la memoria de lo traumático retorna a cada instante. Ese es el "sol negro" que acompaña a muchos.


* Director general de Gradiva - Rehabilitación en adicciones