DE QUÉ SE HABLA HOY

Señora Carrió, los votos no habilitan el insulto fácil

 

Ganadora por casi escandalosa mayoría en las elecciones legislativas del pasado 22 de octubre, algo que la lleva a seguir ocupando su banca de diputada por la Ciudad de Buenos Aires durante los próximos cuatro años, Elisa Carrió volvió a tropezar con su dureza verborrágica y a generar un episodio de malestar colectivo entre sus pares de la Cámara. Cuando los diputados Margarita Stolbizer y Federico Masso se opusieron a un proyecto sobre donación de alimentos presentado por Lilita, esta los acusó de pertenecer a un "progresismo estúpido" y de estar "todos locos".

El exabrupto produjo que la oposición en pleno abandonara el recinto. La diputada Carrió, vehemente por naturaleza, debe morigerar su lenguaje a la hora de la calificación a sus interlocutores, legisladores o no, porque ella es dueña de los votos, pero no de la verdad. Si no tolera el disenso está dando muestra de parecerse mucho a lo que le criticó al gobierno anterior. Carrió parece subirse al pedestal de la reina de la honestidad y desde allí cada cosa que diga será inobjetable y no es así, no hay tal podio ni tal carencia absoluta de error. Señora, la tolerancia debe formar parte de su andar político porque de lo contrario caería usted muy fácilmente en actitudes que desde hace años usted reprocha a sus adversarios. 

No importa si el proyecto en discusión es necesario, según su punto de vista, para ampliar los bancos de alimentos, lo que importa es que puede discutirse, mejorarse o cambiarse y eso es parte del debate parlamentario. No puede ni debe usted tratar de estúpidos o locos a quienes no coinciden con su propuesta porque esas no deben ser las reglas de juego de una Cámara de Diputados que ya debió ser obligadamente durante muchos años, la escribanía del Poder Ejecutivo y usted lo padeció casi más que nadie. Usted fue elegida por la amplia mayoría de los porteños y eso le carga los bolsos de la responsabilidad, no caiga ahora en suponer que esos votos le dan aval para atropellar con verborragia vehemente a sus opositores. No fue un gesto inteligente insultar y menos reiterarlo al abandonar la sesión y saludar con aire despectivo. De usted se espera otra actitud, los que la votaron esperan otra Carrió, la luchadora, denunciante del delito, pero no una diputada caminando por la senda de la soberbia y desechando cualquier objeción a sus ideas.

La verdad absoluta dicen que no existe, pero en todo caso usted no la tiene ni quiera tenerla porque su imagen se caería con el estrépito que producen en los ciudadanos la decepción y el desencanto. Trabaje por la patria que es su vocación política, pero no califique descalificando porque no le queda bien, no causa gracia, no lo esperan de usted que tiene argumentos intelectuales de sobra para evitar el insulto fácil. Haga lo que quiera señora Carrió, usted siempre hizo lo que quiso, pero no tropiece de nuevo con esta piedra.

V. CORDERO