Enmienda orgánica

Por Federico Landgraf *

La sustentabilidad de nuestra producción agrícola y el compromiso con el medio ambiente son factores neurálgicos en el día a día del complejo rural argentino. Actualmente podemos ver cada vez más cerca un escenario en el que ya no se traza ningún plan, ni se establecen parámetros productivos, ni se considera planteo agrícola alguno, sin valorar antes el costo ambiental que tendrá cualquier emprendimiento. 

La Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe), como entidad miembro de la Red BPA, cumple con un rol fundamental en la instalación de esta problemática, no sólo a nivel de la concientización del productor, sino a través de las medidas concretas mediante las cuáles integra a nuestro agro al cuidado del ambiente. La entidad sigue siendo un actor fundamental para generar un mayor -y constante- flujo de información que permita a nuestros hombres de campo estar a la altura de los desafíos que nuestro planeta plantea.

Pocas industrias, como la de productos fitosanitarios, han contribuido tanto al desarrollo económico de la agricultura argentina -motor que impulsa al país-, como también han sido objeto de variados cuestionamientos y ataques, por parte de una sociedad más guiada por la desinformación y por los prejuicios que por el conocimiento y por las certezas de la problemática agrícola.

A contramano de muchos supuestos que nacen de la lejanía al tema, la industria de productos fitosanitarios provee al campo y a la sociedad, soluciones productivas y ambientalmente sustentables, sin perder de vista el cuidado de nuestros recursos naturales, el respeto al medio ambiente, y la certeza de que es necesario hacer un manejo serio y responsable de productos que impactan sobre su entorno, como lo hace toda actividad humana en general.

Muchas veces surge la inquietud sobre cuál sería el mejor lugar para realizar el lavado de la pulverizadora o para preparar la mezcla de productos fitosanitarios, ya que en ambas situaciones existe el riesgo que se produzcan derrames y, por ende, contaminación. Una alternativa que se plantea para el manejo o mitigación de estos riesgos es la utilización de sistemas de biopurificación llamados camas biológicas, también conocidos como biobeds, que pueden ser abiertos o cerrados.

Estos sistemas están conformados por biomezclas (material vegetal de alto contenido en lignina), cuyos componentes constituyen un sistema que favorece el crecimiento de microorganismos (hongos de la madera) que degradan o rompen biológicamente la estructura molecular de los fitosanitarios, de modo tal que los remanentes de residuo tengan un bajo o nulo impacto ambiental y permitan la reutilización de la biomezcla como enmienda orgánica.

* Director Ejecutivo de Casafe.