iPhone X, pasión de multitudes

Los cinco grados bajo cero que se registraron en Moscú no fueron obstáculo para los cientos de personas que acamparon frente a la única sede de Apple en la capital rusa, a la espera de que se abrieran las puertas para comprar el flamante iPhone X, en una escena que se repitió en decenas de ciudades del mundo.

La comuna de Moscú dispuso una flota de colectivos en las inmediaciones de la tienda, ubicada en la céntrica calle Tverskaya, para ofrecer traslados en casos de hipotermia. En Internet llegaron a ofrecerse puestos en la fila a cambio de elevadas sumas de dinero, incluso comparables con el precio del flamante smartphone.

Situaciones parecidas se vivieron en decenas de ciudades de los 55 países en los que ayer salió a la venta el teléfono denominado con una X, un homenaje de Apple al décimo aniversario de la llegada del primer iPhone, que con su pantalla táctil marcó un antes y un después en la industria de la tecnología de consumo.

Dado que en muchos lugares no hacía falta tener un turno previo para lograr el acceso a las Apple Stores, la única recomendación de la empresa de la manzana era "llegar temprano" a las sucursales para alzarse con uno de estos equipos, cuya demanda se espera que sea mayor a la de las unidades disponibles.

Así, las ya tradicionales colas se extendieron por Europa, Estados Unidos y Asia. En Pekín, por ejemplo, donde sí era requisito una reserva online previa para adquirir el nuevo objeto de deseo, tras más de dos horas de cola el primer comprador chino salió de la principal tienda de la capital ovacionado y en medio de un cerrado aplauso, vestido con una remera en la que se veía la imagen del nuevo teléfono.

"(Estos teléfonos) son parte de mi vida. Quizás es ya sólo un hábito o algo familiar lo de cambiar cada año de iPhone", dijo el hombre, que se siente "afortunado" de haber sido el primero en conseguir este modelo.

"Ha sido muy emocionante conseguir el nuevo iPhone", sostuvo el pekinés Tao, y pronunció las palabras que suelen motivar el fanatismo de los consumidores de Apple: "Amo esta compañía, su diseño, sus ideas, amo a Steve Jobs".

UN PRODIGIO

Las ideas de Jobs, según destacan sitios web especializados, están volcadas como nunca antes en este nuevo smartphone, con una pantalla de 5,8 pulgadas que llega casi hasta los bordes y elimina así los marcos frontales, siguiendo una tendencia inaugurada este año por fabricantes de la competencia. También eliminó esta versión el tradicional botón físico de inicio, reemplazado por un botón digital, e introdujo el Face ID, un sistema de reconocimiento facial para desbloquear el aparato, entre otras particularidades.

La locura por esta versión del iPhone explotó también en Australia, donde cerca de 400 personas hicieron cola fuera de la principal Apple Store de Sidney, un número mucho mayor de los solo 30 fans que hicieron lo mismo cuando en septiembre llegó el iPhone 8.

"Es hermoso, hermano; qué sentimiento, estoy emocionado", manifestó Bishoy Behman, de 18 años, el primer australiano en hacerse con el iPhone X. El joven contó a los medios de prensa que acampó ahí durante una semana, y que incluso pagó para mejorar su lugar en la fila.

Varios cientos de personas esperaron también en las tiendas de las europeas Amsterdam, Berlín, Londres, Madrid o Fráncfort. Un dato no menor es elevado precio al que salió a la venta el dispositivo: 999 dólares en los Estados Unidos.

Pese a la demanda inicial, analistas advirtieron que la oferta de unidades podría verse mermada debido a una serie de problemas en el suministro de las partes, como las cámaras, un modelo que nunca antes había sido producido en la escala que requiere el gigante tecnológico.