A punto de ser consumido por la lepra

Newell´s pasa uno de sus peores momentos: quebranto económico y crisis institucional. Las soluciones mágicas no aparecen. Y tampoco el dinero que tanto necesita para subsistir. Por si fuera poco, en la cancha, con un plantel empobrecido, tampoco tiene alegrías.

"Es una decisión muy difícil de tomar, pero por mi salud mental lo mejor era alejarme.  Vine acá casi en mi mejor momento personal y en el peor del club. A pesar de que conseguí lo más lindo que fue salir campeón, también fue lindo sacarlo del descenso. Todo lo que pasa en el club te saca del objetivo, te desgasta mentalmente. Por mi salud, decido alejarme de Newell's".

"Fue un año duro y difícil, eso generó un gran desgaste. Me voy porque tomamos una decisión en conjunto con la dirigencia, pensando en el bien de Newell's. El club no puede hacerse cargo de la deuda que hay con el Sunderland. Debemos unir fuerzas para revertir esta situación complicada de Newell's. Quiero y espero que todas las agrupaciones, oficialismo y oposición, se unan porque el club esta siempre primero".

Estas palabras fueron pronunciadas con pocos días de diferencia por dos de los últimos ídolos de Newell´s, Maximiliano Rodríguez e Ignacio Scocco, en el momento en el que anunciaban su partida del club rosarino. Para ambos resultó un instante de profunda tristeza, pues habían elegido regresar a su cuna futbolística en la plenitud de sus carreras para dar una mano, a pesar de que tenían posibilidades de jugar en cualquier rincón del planeta. Pero son leprosos de alma y en el Parque de la Independencia los necesitaban.

Con ellos hubo tiempos felices que incluyeron títulos y muy buenas actuaciones. Esas campañas entronizaron a Gerardo Martino -otro pilar rojinegro- y lo llevaron a dirigir al Barcelona y a la Selección argentina. Pero la dirigencia nunca acompañó. Las deudas, los desmanejos económicos y la irresponsabilidad fueron moneda constante y los pocos pesos que entraban, se dilapidaban en un abrir y cerrar de ojos.

Maxi fue el primero en despedirse. Nacho lo siguió poco después. Fue hace poco, Entre julio y agosto. Eran horas de reclamos de los futbolistas por deudas eternas. El presidente Eduardo Bermúdez le reprochaba al plantel que se apresuraba para tomar medidas de fuerza. Argumentaba que el problema no era tan grande. Que en cuanto ingresaran los fondos correspondientes al programa Fútbol para Todos, todo se solucionaría. Hasta se atrevió a pronosticar que el club no se desprendería de ninguno de sus jugadores.

Se equivocó. Partieron Rodríguez y Scocco y junto con ellos Sebastián Domínguez, Diego Mateo (ambos se retiraron), Joel Amoroso, Gabriel Báez, Mauro Formica, Fabricio Formiliano, Emiliano Pola, Eugenio Isnaldo, Jacobo Mansilla, Lisandro Martínez, Néstor Moiraghi, Maximiliano Pollachi, Sebastián Prediger, Facundo Quignón, Matías Tissera y Germán Voboril. Algunos volvieron a sus clubes, otros se fueron sin que ingresara un centavo en las arcas del club, otros por pocos dólares.  Esta sangría dejaba en claro que a las palabras de Bermúdez se las llevaba el viento.

Para la Superliga, Newell´s armó otro plantel, pero sin figuras de peso. Sacando dinero de donde no lo tenía, sumó a sus filas a Bruno Bianchi, Mauro Guevgeozian, Nelson Ibáñez, Luís Leal, Nery Leyes, Daniel Opazo, Danilo Ortiz, Brian Sarmiento y Nicolás Temperini.  Y para que pudiera salir a la cancha aparecieron avales y mágicamente se cancelaron deudas que según la nueva estructura del fútbol argentina imponía un clima de presunta transparencia y responsabilidad institucional más ficticia que real.

La temporada pasada el plantel de Newell´s puso en práctica varios reclamos y paros que motivaron la ira del presidente. Esta semana, los empleados del club amenazaron con medidas de fuerza. Todavía no cobraron sus haberes de septiembre. Hace diez días les pagaron la mitad de sus salarios de agosto.

Esta crisis, con diferentes protagonistas, tiene idéntico origen. Newell´s no tiene fondos para funcionar. En los últimos tiempos ha contratado jugadores a granel y los ha dejado partir con llamativa facilidad. Sus inferiores ya no producen las figuras del pasado y por eso la institución no puede apelar al recurso del malvender a un pibe para conseguir dinero. Hace un año se fue Ezequiel Ponce, pero esos más de cuatro millones de euros se esfumaron rápidamente.

Desde hace ocho años el club está inmerso en un salvataje judicial que hace que los dirigentes deban dar cuentas a la Justicia de todas sus decisiones y el órgano fiduciario tiene que cuidar las cuentas.

El juez Fabián Bellizia aplicó una medida cautelar pidiendo la apertura de una cuenta en el Banco Municipal de Rosario para transferir allí las cuentas de jugadores y empleados desde la entidad bancaria donde están ahora. Quiere más control y evitar que los dirigentes malgasten el dinero de los sueldos. Obviamente los responsables del club presentaron una apelación y ahora todo está en manos de la Cámara de Apelaciones.

El magistrado liberó los fondos del contrato con la firma de indumentaria deportiva Umbro que regirá desde 2018 para que se paguen los sueldos del plantel. Esto apunta a cumplir con la exigencia de la Superliga de que no existen deudas con los futbolistas. Así se evita una pérdida de puntos que complicaría más el panorama de un equipo que aún no padece problemas con el promedio, pero que no puede descuidarse.

La semana previa a la derrota del sábado a manos de Vélez, el oficialismo intentó hacer aprobar el balance. La oposición lo impidió y hubo incidentes en la sede. Demostración evidente de que el frente interno tampoco genera calma.

A las órdenes de Juan Manuel Llop, otro referente histórico, Newell´s apenas sumó 5 de los 18 puntos en juego. Ganó un partido y marcó sólo tres goles. Una demostración de que dentro de la cancha tampoco aparecen las soluciones ni los milagros.

En la porción rojinegra de Rosario se jactan de su condición de leprosos por haber consentido jugar un partido a beneficio de un dispensario donde se atendía a quienes tenían esa enfermedad. Como Rosario Central se negó, en esos días de la década del ´20, se convirtió en canalla. Lo que en Newell´s parecen no tener presente es que, aunque hoy la lepra es un mal totalmente curable, en el pasado era intratable y mortal. Y Newell´s está en peligro. Aunque todavía no se haya dado cuenta.