Incontinencia urinaria: por qué no hay que demorar la consulta

Debido a la incomodidad y vergüenza que provoca, las mujeres que padecen incontinencia urinaria demoran un promedio de seis años y medio y los varones cuatro años en consultar.­

Pocas condiciones llegan a afectar tanto la calidad de vida de una persona, como la incontinencia, que puede presentarse en forma separada (fecal o urinaria) pero también en algunos casos de manera conjunta y en ambos sexos.­

Por ello, desde el martes al viernes próximos en el Hospital de Clínicas funcionará un espacio de consultas gratuitas con especialistas de la División Urología. Será en el horario de 8 a 12 en el hall de entrada (Paraguay 2250, Capital).­

Además, se realizarán charlas abiertas a la comunidad para brindar soluciones a esta problemática muy común en la sociedad que puede mejorarse notablemente.­

Considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como parte del `síndrome geriátrico', solo en Estados Unidos la incontinencia afecta a la mitad de los mayores de 65 años, Se estima que a mediados del siglo prácticamente se duplicará el porcentaje de afectados mayores de 60 años, del 12% actual al 22 por ciento.­

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UN FRENO ­

Los pacientes que sufren incontinencia tienen dificultad para realizar actividades diarias simples: trabajar, salir a hacer las compras, viajar en auto o ir al cine por temor a sufrir vergonzosos episodios. Además, tienen un riesgo dos a tres veces mayor de tener interrupciones del sueño, comer en exceso, sufrir depresión o presentar baja autoestima.­

Si bien estos trastornos se asocian con la edad, también se pueden presentar en personas más jóvenes: una de cada cuatro mujeres de más de 18 años experimenta pérdidas involuntarias de orina al reír, bailar, levantar peso (denominada incontinencia de esfuerzo).­

Después de los 60, más del 55% de las mujeres sufre algún grado o tipo de incontinencia urinaria. Ciertas enfermedades de origen neurológico (Parkinson, esclerosis múltiple, accidente cerebrovascular) también pueden causar el problema.­

La clave es la consulta a tiempo con el profesional médico. Los cambios de estilo de vida, dieta, ejercicios suelen ser eficaces para el control y en casos más severos existen diversos tratamientos kinesiológicos, farmacológicos y quirúrgicos que permiten a los pacientes recuperar la calidad de vida.