DE QUE SE HABLA HOY

El Papa no viene porque le salió una nueva grieta

Est  claro que de la grietas no se salva nadie, ni siquiera el Papa. Las dos autoridades más representativas de la iglesia católica en nuestro país, el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, y el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor José María Arancedo, aseguraron en estos días que Francisco visitaría la Argentina el año que viene.

Hubo algunas algarabías que se hicieron públicas; muchos fieles recibieron con beneplácito la noticia y el gobierno con un cuidadoso optimismo, dados otros antecedentes. Esta vez la noticia la dieron dos fuentes más que convincentes y resultaba difícil desconfiar de ellas.

Sin embargo ayer a la mañana el vocero del Vaticano, Greg Burke, aseguró en Roma que el sumo pontífice "no tiene previsto visitar la Argentina el próximo año". ¿Y ahora por qué?, se preguntaron muchos que suponían que los anteriores anuncios tenían que ver con el enfrentamiento entre Macri y el kirchnerismo y los tiempos electorales. Bueno ahora parece que a Francisco, que sí visitará  Chile y Perú en 2018, no le gustan que le marquen la agenda y mucho menos que otros hagan anuncios por él, dicen que era lo que se comentaba en los corrillos vaticanos. El embajador argentino ante la Santa Sede, Rogelio Pfirter, se enteró por la prensa de que el Papa no vendrá a la Argentina en el 2018. Fue de sorpresa porque todos ya suponían que iba a venir. Sin embargo la verdadera razón sería otra, una grieta en el seno de la Iglesia motivada por la votación de nuevas autoridades de la Conferencia Episcopal a realizarse en noviembre. Arancedo no puede ser reelecto y apoya abiertamente a Poli para sucederlo, pero Bergoglio tiene su propio candidato que sería el obispo de San Isidro, Oscar Ojea. No hay excepciones, cuando se juega el poder siempre hay malentendidos o presiones o el famoso "dedismo".  El Papa se enojó con la cúpula de nuestra Iglesia y se lo hizo saber. Un poco apresurada tal vez su decisión sobre todo teniendo en cuenta que muchos católicos creen que una visita del Santo Padre le haría muy bien a las agitadas almas de los argentinos y la verdad es que se habían ilusionado. Pero bueno, Francisco tiene que cumplir su labor pastoral y no andar haciendo visitas de familia. Igual lo esperamos para un año de estos con la misma esperanza que lo esperamos hasta ahora. Miles y miles de nosotros no creemos en las grietas, en ninguna, no nos gustan, pero creemos en Dios.

V. CORDERO