Estudiantes extravió la mística y se quedó sin Copa Sudamericana

Volvió a jugar mal y Nacional de Paraguay lo eliminó. El Pincha fue incapaz de dar vuelta la llave de octavos de final, ya que en la ida había perdido 1-0, idéntico resultado que se dio anoche. Los hinchas se cansaron y despidieron al equipo con silbidos. Gustavo Matosas quedó muy cuestionado.

Salió a jugar perdiendo, pero no por el 0-1 sufrido en Asunción, sino por sus propias limitaciones, por su ineficacia para armar juego y, claro, para generar peligro en el área de enfrente. Salió perdiendo porque lo hizo en medio de rumores que hablan de una grieta entre el técnico, que avisó que con él no hay intocables, y el plantel. Lo cierto es que Estudiantes extravió la mística y fue eliminado de la Copa Sudamericana por Nacional de Paraguay, que le ganó en La Plata 1-0 y se convirtió en el rival de Independiente en la fase que viene.

Se sabe que la ventaja por más mínima que sea planteará un dibujo de protección, de blindaje para quien llega mejor a la revancha. Y eso hizo Nacional. No se apartó un milímetro de ese viejo, pero rendidor libreto. Esperó sin dejar huecos, mientras esperaba una que le apareciera para clavar el puñal. Por ello, toda la obligación era de Estudiantes. Y lo sabía. Sabía que sería así. Pero no le caía una idea en medio de una verdadera anarquía del medio hacia adelante.

La impotencia del Pincha terminó siendo exasperante, pero hasta generaba ciertas mareas peligrosas de desorientación. No había cambio de ritmo, mucho menos fantasía, y así se hacía cuesta arriba. Apenas un cabezazo de Pavone que murió en las manos del arquero y una entrada del delantero que no pudo conectar un centro de Otero en el inicio, lapso en el que se vio lo mejor del local, fueron las escasos merodeos del León.

La sensación de eliminación sobre volaba el Unico. Estudiantes no daba muestras de reacción. Seguía tan impotente como venía siéndolo. Y desde el banco tampoco había señales de un Matosas que ya había quedado en medio de un pantano.

Y si algo le faltaba a la noche de desatinos del Pincha le llegaron con una pelota parada, la receta de la casa, ésa que le dio un ADN a los equipos salidos de City Bell. Jacquet empujó al gol un rebote en Andújar. Allí se sepultaban las ilusiones del equipo de Matosas, que se fue de la Copa Sudamericana dejando una imagen opaca, pobre, lastimosa, que ha hundido un poco más a Gustavo Matosas.