Sin reformas estructurales, el PBI no podrá crecer a más del 2% anual

El principal problema es que los políticos argentinos, ya sea cercanos al gobierno nacional o de la oposición, no están muy interesados en aplicar las reformas estructurales que la Argentina necesita para volver a crecer y generar empleo genuino.

POR DIEGO GIACOMINI *

Pasaron las PASO. Cambiemos no sólo ratificó que es la primera fuerza a nivel nacional, sino que logró imponerse en varios distritos por primera vez. En la provincia de BsAs hay un virtual empate técnico, lo cual es un muy buen resultado para el gobierno, que parecía no pisar fuerte en el conurbano. Ahora, resta saber si en octubre próximo derrotará a CFK.

Pensando en las elecciones de octubre, a Cambiemos le seguirá jugando a favor que el peronismo seguirá dividido y sin conducción. Si bien CFK continúa sacando una luz de ventaja sobre el resto, esa diferencia es insuficiente como para erigirse en la reconstructora del espacio.

Además, hay que considerar CFK habría sacado 1.000.000 de votos menos que Aníbal Fernández (3.800.000 de votos) en 2015, lo cual la catapulta como la peor elección peronista desde que volvió la democracia.

Esta performance electoral de CFK muestra el fracaso electoral de quienes pretendían quedarse con el cetro del PJ (Massa, Randazzo, etc). Y el fracaso del peronismo deja tambaleando a la CGT. A tal punto, que el plan de lucha que tiene como primer mojón a la marcha del martes 22 comenzó a desactivarse.

Pero el peronismo fracturado y sin líderes no debe enceguecer al gobierno. Con algo más de un tercio de los votos en todo el país, Cambiemos seguirá siendo un gobierno en minoría como no ha habido otro desde 1983, lo que lo obligará a buscar acuerdos con la oposición aun después del recambio legislativo.

En este escenario de Peronismo dividido y sin cacique, la liga de gobernadores gana peso relativo. Justamente, a ellos deberá recurrir Mauricio Macri cada vez que quiera aprobar reformas en la Cámara alta, donde legislan los representantes de las provincias.

QUID PRO QUO

En este marco, sería esperable que las transferencias a provincias no mermarán. A cambio, el gobierno nacional le debería exigir a los gobernadores que apoyen las reformas estructurales.

Sin embargo, el principal problema es que los políticos argentinos, ya sea cercanos al gobierno nacional o de la oposición, no están muy interesados en aplicar las reformas estructurales que la Argentina necesita para volver a crecer y generar empleo genuino.

Justamente, las reformas estructurales son la clave para los próximos años. Argentina necesita crecer al 4 al 5% en forma sostenida durante varios años. Por el contrario, sin reformas la Argentina seguirá hundida en el estancamiento que caracteriza a nuestra macroeconomía desde 2012. En este sentido, sólo basta recordar que el PBI per cápita de 2016 cerró -7% por debajo del nivel de 2011.

Sin embargo, entre los dos escenarios extremos hay un camino intermedio. ¿Cuál? Se introducen cambios en la dirección correcta, pero en dosis insuficientes. De acuerdo con nuestro análisis, creemos que lo más probable es que el Gobierno procuré introducir tibias e insuficientes reformas, que sólo alcanzarían para que Argentina pudiera acceder a una tasa de crecimiento en torno al 2% anual en el largo plazo.

ESTANFLACION

La Argentina está inmersa en una estanflación de oferta por asfixia estatal. El gasto público (presión tributaria) es 15 puntos porcentuales en términos del PBI superior al promedio de la región.

Paralelamente, el déficit fiscal triplica al promedio de la región. Como consecuencia, el costo de financiamiento y la inflación son entre 3 y 5 veces los que se registran en nuestros países vecinos.

Además, tenemos las peores regulaciones en materia laboral y de comercio (interno y externo) de la región.

El Estado es un container en la espalda de los privados en Argentina, mientras que en el resto de los países (en diferentes grados) es tan sólo una mochila. En este escenario, el sector privado no puede ganar dinero, ergo no tiene incentivos a invertir, ganar productividad, expandir su frontera de producción y crear nuevos puestos de trabajo. En consecuencia, la oferta agregada no crece. Del otro lado, sin mejora de productividad ni creación de empleo, los salarios se empobrecen y el consumo no despega, con lo cual la demanda agregada permanece estancada.

* Economista. Máster en Economía Internacional (Universidad de Essex). Profesor de la UBA y el CNBA.