Urge darle un giro a la relación comercial con Estados Unidos

La relación comercial de la Argentina y los Estados Unidos es, en buena medida, una historia de desencuentros. La razón es sencilla: la primera economía del mundo lo fabrica todo, pero además produce cada uno de los productos primarios que también elabora y exporta nuestro país. Es decir, el campo norteamericano genera carnes, derivados animnales, soja, trigo, maiz y girasol, entre otros. Lejos de ser economías complementarias, compiten por los mismos clientes en el sistema internacional.

Darle una vuelta de tuerca al intercambio, fomentar la relación comercial entre ambas naciones requiere de mucha buena voluntad y, además, muñeca política. ¿Qué se le puede vender a los Estados Unidos si ellos tienen casi todo lo que oferta la Argentina a escala mundial?

Para tener una idea del calibre del socio en cuestión, basta decir que en el rubro exportaciones Estados Unidos es el segundo en el plano internacional, con un 9,1% del total, ubicándose detrás de China. En cambio, en lo que hace a las importaciones, es el principal comprador mundial, con el 13,9% del total.

De acuerdo al último informe de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), el comercio bilateral entre los Estados Unidos y la Argentina ha mostrado últimamente una “curiosidad”. Las exportaciones argentinas hacia el mercado norteamericano han crecido en los últimos años en el marco de decrecimientos de exportaciones en general.

Tal como explica DNI, “las exportaciones argentinas a EE.UU. en el reciente 2016 crecieron desde 3.433 millones de dólares (2015) a 4.484 millones de dólares (2016), lo que implica 7,7% del total de exportaciones. Aunque la balanza bilateral es muy deficitaria, las importaciones desde Estados Unidos (12% de total de importaciones argentinas) superan a las exportaciones, aunque se han reducido en 2016 (6.985 millones de dólares en 2016 comparadas con 7.700 millones de dólares en 2015)”.

Las principales exportaciones argentinas a Estados Unidos están en los químicos, los alimentos elaborados, los metales, los vegetales y el material de transporte. Y las principales importaciones están concentradas en bienes de capital (máquinas y aparatos), químicos y minerales.

Marcelo Elizondo, autor del documento y titular de la consultora, concluye que “Argentina no es un actor de gran relevancia para los EE.UU. (aproximadamente 0,3% del total de su comercio) y es deficitaria en la relación bilateral, mientras ha mostrado dinamismo reciente pese a caídas en otros mercados, por lo que podría preverse algún acuerdo puntual en ciertos productos”.

Sin embargo, mantener aceitadas las relaciones diplomáticas es crucial. “Pueden preverse avances en negociaciones para mejorar la posición de empresas argentinas no ya ante o con el Estado sino ante o con grandes corporaciones privadas, para el ingreso de empresas argentinas a sus cadenas de proveedores. Esto también podría ser materia de trabajo, en la medida en que son estadounidenses 54 de las 100 empresas más grandes del mundo”.