"Llegamos a las PASO con la economía reactivada"

Hace 9 meses que la actividad arroja datos positivos, asegura Aldo Abram. Gane o pierda, el Gobierno debe profundizar las reformas de mercado luego de octubre. "Un triunfo de Cristina Fernández sería subirse nuevamente al Titanic", enfatiza el economista. Los errores del Banco Central azuzaron la inflación.

Los analistas económicos pusieron el mojón: las PASO y las elecciones legislativas de octubre son el punto donde se bifurca el camino. Desde lo simbólico, ya que el resultado no alterará de manera significativa la relación de fuerzas en el Congreso de la Nación, un triunfo de Cambiemos podrá ser leído como la voluntad del pueblo por continuar con las reformas de la economía. Una apuesta más fuerte por el mercado.

Por el contrario, la victoria de la oposición, fundamentalmente de Cristina Fernández y su agrupación Unidad Ciudadana en territorio bonaerense, implicaría el deseo de los votantes de regresar a un modelo con mayor intervención del Estado en el manejo de la actividad económica.

La pintura es ésta, con trazos gruesos. Pero el país es grande y el resto de las provincias también expresarán su voluntad, aunque el eco sea menor.

"Analizo este escenario desde el punto de vista del nivel de actividad, que es un tema que siempre le preocupa a la gente. Llegamos a estas elecciones primarias con una reactivación consolidada de la economía", explica Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso, y de la consultora Exante.

"Llevamos nueve meses con datos oficiales y privados que muestran que existe una reactivación y que en términos de macro sectores el crecimiento es generalizado. Puede haber algún subsector de la industria al que todavía no les llegaron los beneficios, pero es cuestión de tiempo", agrega.

-Por ejemplo los textiles, que denuncian el impacto del incremento de importaciones en bienes finales.

-En líneas generales los que tienen que ver con la primera parte de la cadena textil se están reactivando, pero tal vez la segunda, más vinculada al consumidor, aún no. Puede haber razones de eficiencia en todo esto.

-Es decir que el Gobierno llega a estas elecciones con viento de cola.

-La economía tiene condiciones para seguir creciendo. Lamentablemente la gente tiene poca percepción y registro de este crecimiento. Existe tal vez una mala comunicación por parte del Gobierno. También han surgido otros temas candentes que han impedido que esta sensación de crecimiento de la actividad se generalizara. Muchas veces uno puede sentir que está un poco mejor, pero como uno también asume la situación en la que está sumida el país, se muestra más cauto, gasta menos y también invierte menos.

-La semana pasada hubo una catarata de datos positivos: patentamiento, escrituras, actividad industrial, construcción, recaudación, entre otros. ¿Esto confirma que la economía va por el camino correcto?

-Hace rato que venimos con datos positivos, pero la gente no los estaba observando. No eran temas que ocuparan la tapa de los diarios. Además, la oposición todo el tiempo se la pasa diciendo que no salimos de la recesión. Pero la realidad es que hace 9 meses que estamos recibiendo datos de la consolidación de la economía. La industria fue despacito, pero en el segundo trimestre tomó otro dinamismo. Que haya reactivación le juega a favor al gobierno; que no la vean, le juega en contra. Uno consume mucho más en la medida en que piensa que no es el único pescadito que encuentra el curso de agua, sino que somos muchos.

INFLACION

-¿La inflación es el talón de Aquiles del Gobierno?

-Lamentablemente el tema de la inflación también tiene que ver con la fuerte depreciación del valor del peso en los últimos meses. Hubo un error por parte del Banco Central y por eso llegamos a estas elecciones con la inflación más alta de lo esperado. La inflación en el primer trimestre del año pasado fue altísima, un 60% anualizado. Pero en el segundo semestre fue menos de 18%. No sé si en este semestre la inflación será más baja que la del segundo del 2016. Esto tiene que ver con haber dejado depreciar al peso contra el dólar. Todo el mundo decía que había un atraso cambiario, pero yo no estaba de acuerdo.

-¿La devaluación del peso pasó a precios?

-Claro, no es casualidad que subiera la inflación en julio, y seguirá alta en agosto. Esto ocurre porque la devaluación pasó a los precios. Lo veremos en los meses venideros con los precios de los bienes y de los servicios. Lamentablemente por andar discutiendo acerca del tipo de cambio nos hemos perdido la oportunidad de hacer hincapié en la discusión de fondo, que tiene que ver con la reactivación que se está generando en la economía. Pienso que la inflación este año va a ser más baja en términos anuales, pero hay que ver qué ocurre con este segundo semestre.

-¿Sería una señal de que el proceso de desinflación detuvo su marcha?

-Sería una señal de que el Banco Central se equivocó al dejar depreciar tanto la moneda. El proceso de desinflación puede continuar, igualmente.

-El Gobierno sacrificó reservas para contener el alza del dólar antes de las elecciones. ¿Fue una estrategia correcta?

-Las reservas no se sacrifican. El Banco Central no salió a defender el valor del peso. Aumentamos las reservas internacionales en 9 mil millones de dólares y no las usamos para defender el valor de nuestra moneda. Entonces, ¿para qué las tenemos? Yo las hubiera utilizado muchísimo antes. Hubiera graduado la suba del dólar vendiendo divisas de las reservas. Resulta que las compraron y ahora parece que no se pueden tocar. Existe este mito de que las reservas son intocables. Los dólares de las reservas se compran cuando el tipo de cambio está bajo, para usarlas luego con el fin de moderar la suba del precio si hace falta. De haberlas utilizado antes, el costo hubiera sido mucho menor. Así el Banco Central perdió credibilidad. Si defendían el peso, la gente hubiera hecho la lectura de que efectivamente querían cuidar su valor. Hubiera habido más confianza y los ahorristas no se hubieran desprendido de sus pesos.

AS DE ESPADAS

-¿Cuál sería el principal logro a mostrar por el Gobiero hasta ahora en el plano económico?

-El proceso de reactivación de la economía y la baja de la inflación también. Aún con todo lo que dije antes. Para encontrar un índice más bajo hay que ir hasta el año 2009. Algo se ha ganado, evidentemente. El proceso de reactivación es el más importante de los últimos tiempos. Espero que la gente lo valore. Claramente si este proceso no fue más generalizado y más fuerte fue porque no se sumó masivamente la inversión. Y eso ocurrió porque si bien hubo cambios favorables, todavía los inversores tienen ciertas dudas sobre si los argentinos elegimos volver al Titanic o no.

-¿Los inversores de grueso calibre realmente están esperando el resultado de estas legislativas?

-Todos los inversores. El tipo que tiene una pyme y va a comprar una máquina también está expectante con las elecciones. Todos estamos haciendo la misma evaluación. Espero una señal muy contundente de que no queremos volver a subir al Titanic. Si esto se produce, habrá una fuerte fuga de capitales y perderemos el proceso de reactivación que se está dando.

-¿Es posible que el Gobierno implemente un ajuste del gasto después de octubre?

-Más que verlo como posible, lo veo como necesario. Si no avanza en las reformas estructurales que son necesarias, vamos a tener un proceso de crecimiento mediocre. El gasto es excesivamente grande. El sector productivo seguirá cargando un monstruo inútil que es el Estado en los tres niveles. Así la economía no podrá correr, gracias si camina. Si se encaran las reformas de fondo, las tasas de crecimiento de la Argentina pueden llegar al 5 o 6% anual.

-¿Qué pasaría si la sociedad elige otro camino en las urnas?

-Nos subimos al Titanic y entonces se hará más necesario realizar las reformas estructurales, lograr cambios rápidos para ganar gobernabilidad y credibilidad. Suena contradictorio, pero si no lo hacen todo irá cuesta abajo. Habrá una fuerte desaceleración del crecimiento.