Sobre la ansiedad de la espera

Javier Marías habla de su nueva novela "Berta isla", que aparecerá en septiembre. La última obra del autor español transcurre entre 1969 y 1995. Su protagonista es una moderna Penélope que aguarda el regreso de su Ulises, el esposo que un día desapareció para llevar una misteriosa doble vida.

La crónica de una espera y de la dificultad de saber sobre el otro, atravesada por ciertos "avistamientos" vitales, es el "magma" de la decimoquinta novela de Javier Marías. Son 542 páginas construidas durante 770 días y que llevan por título un nombre propio: Berta Isla.

Esta nueva creación narrativa de Marías saldrá a la venta de manera simultánea en España, Hispanoamérica y Estados Unidos el 5 de septiembre, tres años después de la última, Así empieza lo malo.

"Parece ser que ese es mi ritmo. Apunto en mi agenda cuándo escribo, si me interrumpo y cuándo continúo. Han sido 770 días desde que empecé, de los que he escrito 331, es decir, menos de la mitad", detalló Marías (Madrid, 1951) en una entrevista reciente con la agencia EFE.

Berta Isla estuvo a punto de titularse Berta Isla de Nevinson, porque ese es el apellido del marido de la protagonista y era una forma de evocar "a la antigua usanza" lo de "señora de". Pero Marías se decidió a dejarla "sola", lo que da una excelente pista sobre un contenido del que el escritor, traductor y académico prefiere no desvelar demasiado.

"Lo que iba a ser una vida en común se convierte en una convivencia intermitente y, luego, llega una desaparición. Sin certeza de que haya muerto o no, ella se siente como una isla respecto a él", apunta.

La novela transcurre entre 1969 y 1995, y cuenta la evolución de una mujer, que se casa contenta de ser "señora de" y que se ve obligada a vivir una vida "extraña", dependiente de su marido, aunque no económicamente.

Aunque la editorial Alfaguara cuenta este texto como su decimotercera novela, Marías entiende que son 15 con esta porque Tu rostro mañana fue "un esfuerzo de recomienzo" en cada una de sus tres partes.
Además, es la primera que lleva un nombre propio en el título.

"No es que sea Robinson Crusoe o David Copperfield -aclaró-. Isla es un apellido común pero no demasiado corriente. Por lo que sé (según comprobó en la última guía que distribuyó Telefónica) lo llevan 50 personas en Madrid. Es sonoro y simbólico".

Su propósito fue abordar la "enorme fascinación por las historias tradicionales de hombres (marinos, soldados...) que desaparecen. Tiene que ver con todas esas historias, con la fascinación por el hombre que vuelve y la mujer que ha estado esperando. Ulises y Penélope".

SERES DIVISADOS

La novela se entronca también con el hecho de que "el mero hecho de existir, de estar", hace al hombre "un ser divisado y divisable".

"Igual que en el mar podemos divisar un bulto, una vez que alguien ha sido divisado, avistado, hay algo que hacer. Tras el avistamiento nos exponemos a que se nos pidan o exijan cosas", subraya.

El marido de Berta Isla, Tomás Nevinson, "tiene una facilidad enorme para las lenguas. Es una especie de superdotado con una gran capacidad imitativa", revela Marías sobre este personaje, que se relacionará con otro que ya aparecía en Tu rostro mañana, Tupra, el "reclutador" de Jaime Deza.

Aclara que no es una "precuela" de aquella, pero sí se inserta en ese "magma" compartido por todas sus novelas desde Todas las almas y recupera, como el caso de Tupra, a algunos personajes, aunque sea una historia totalmente independiente.

Tomás Nevinson se va a estudiar a Oxford, "y un día cualquiera, un día estúpido que se podría haber ahorrado, su vida cambia. Nace una doble vida que condicionará el resto de su existencia y de la de su mujer".

También es novedoso que Marías vuelva a la narración en tercera persona, que no utilizaba desde 1983 en El siglo, y que en esta nueva obra combina con la primera.

En esta novela, el autor cuenta un período "mucho más largo de tiempo", casi 30 años y se está empezando a preguntar si eso responde a algo.

"Para el tipo de historias que me interesan, si las situara en el momento presente podrían resultar inverosímiles. La gente tiene ahora menos sustancia, y no me refiero a los jóvenes. Son tiempos de móvil y palito. El conflicto, la perplejidad que me sigue interesando explorar no se compadece bien con estos años y quizá sea por eso por lo que he ido hacia atrás", añadió.

Autor riguroso, Marías registró que a "Berta Isla" le dedicó en total 770 días de su vida.