"El inversor tiene muy buena memoria"

El default festejado y otros desmanejos financieros evitaron que Argentina ascendiera a mercado emergente. Esta semana Morgan Stanley dejó al país un año más como plaza de Frontera. El rumbo económico es el correcto, pero hay desconfianza. "Perdimos la oportunidad de financiarnos a un costo más bajo", destaca Diego Martínez Burzaco, director de MB Inversiones.

Era una batalla ganada antes de tiempo, un paso adelante que la plaza financiera local y los inversores daban por descontado. Los títulos de los matutinos del 20 de junio anunciaban el inminente ascenso de la Argentina al renglón de los mercados Emergentes, modificación que se venía palpitando desde hace meses. Sin embargo, Morgan Stanley Capital International (MSCI) decidió, de manera inesperada, dejar al país un año más en el estatus de Frontera.

Los defaults festejados se terminan pagando, aunque pase el tiempo. Eso dijo entre líneas MSCI en su comunicado, cuando remarcó que todos los progresos realizados por el Gobierno en materia económica van en el sentido correcto, pero que hace falta aún mucho más para ganarse la confianza de los inversores.

¿Qué nos perdemos por esto? El acceso a financiamiento más barato, explica Diego Martínez Burzaco, director de MB Inversiones, tanto a nivel estatal como corporativo. Mientras tanto habrá que seguir en penitencia, en la misma línea que países como Zimbabue, Kenia, Jamaica y Trinidad y Tobago, entre otros. El capital, por lo visto, también sabe tomarse revancha.

-¿Fue realmente una sorpresa que Argentina no haya sido ascendida a mercado Emergente?

-La verdad que sí, fue totalmente sorpresivo. Básicamente porque todos los indicios de los últimos tiempos daban que podía ser elegible por Morgan Stanley para ocupar un lugar en la plaza de los Emergentes. Era factible que fuera elegida, reclasificada desde la zona de Frontera. Más que nada teniendo en cuenta que salimos del default tras el cambio de gobierno, se regularizó la deuda, se eliminaron las restricciones para los movimientos de capitales, que era un requisito clave pedido por la firma para considerar al país como Emergente. Y, además, Argentina tiene presencia activa en el mundo financiero, tanto acá como en los Estados Unidos. Hay una alta demanda de bonos.

-¿Había motivos entonces para fogonear el pronóstico tan anunciado?

-Había motivos reales para albergar la ilusión de pasar a ser mercado Emergente. Sobre todo luego de que Argentina licitara un bono a 100 años el lunes pasado. En lo personal pensé que eso estaba vinculado al nombramiento inminente, que el Gobierno tenía la información y la emisión fue como ponerle la frutilla al postre. El comunicado dice que las reformas van en el camino correcto, pero que todavía falta mucho para que tanto el inversor local como el internacional perciban que los cambios serán a largo plazo. Eso nos puso de frente a la realidad, cara a cara con nuestra historia.

-¿Se paga la falta de conducta, como aquel default tan festejado?

-Por supuesto. Declaramos el default y lo arreglamos 15 años después, pero en ese tiempo pusimos condiciones y nos peleamos con todo el arco inversor del mundo. Los argentinos tenemos memoria de corto plazo, pero el inversor extranjero no tiene tan mala memoria. Se acuerda de lo que hicimos y no nos tiene confianza.

-¿Fue lógica la reacción negativa de los mercados tras el anuncio?

-Es una consecuencia lógica. Muchos inversores habrán puesto dinero esperando que esto se confirmara, y ante la no confirmación se volvieron más cautelosos. Por eso entre las acciones hubo toma de ganancias. La reacción fue fuerte a la baja, pero no como en los peores momentos del Merval en 2008 o 2009, con caídas del 10%. Nos pegaron a todos por igual.

-¿Impacta más en las acciones que en los títulos públicos?

-El principal efecto negativo se da en las acciones, pero en los bonos también hubo caídas menores. Esto repercute en el costo de financiamiento.

-También hay una señal política en esto.

-Esto pone en perspectiva las elecciones de medio término. Si antes eran importantes, ahora lo son mucho más. Por eso es también que sólo llegan las inversiones de corto plazo. Hace falta confirmar el rumbo para que haya más tranquilidad.

OPORTUNIDAD

-¿Qué nos perdemos por no subir a mercado Emergente?

-Básicamente era la oportunidad de poder financiarnos con un costo más bajo, tanto a nivel nacional, provincial como corporativo. Estando en el escalón de los Emergentes el país entra en el radar de fondos institucionales que pueden incorporar activos de plazas Emergentes, pero tienen prohibido por su normativa incorporar de Frontera. La diferencia en el flujo de capitales es notable. Serían alrededor de u$s 1.000 millones de flujo en acciones, el equivalente a 15 ruedas de la Bolsa en la Argentina. Hay muchas empresas privadas que están dicidiendo inversiones para después de las elecciones legislativas y podrían haberse financiado a una tasa menor.

-¿Podría haber ocurrido que buena parte de estos capitales vinieran sólo a montarse en la bicicleta financiera?

-Eso sí, también podía pasar. Son los capitales de cortísimo plazo. Pero el principal costo que vamos a pagar es el de que pase la chance de financiarnos más barato. Es importante para todos financiarse a tasas razonables como ocurre en los demás países de la región.

-¿Cómo proyecta que evolucionará la cotización del dólar de aquí a fin de año?

-La reacción lógica del salto en la cotización que ha experimentado el dólar está en línea con esto de las inversiones de corto que necesitan más financiamiento. No creo que el dólar pase de los 17 pesos antes de las elecciones. El Gobierno se seguirá endeudando y eso generará una amplia oferta de divisas. Con el resultado de las elecciones sobre la mesa, cambia la película.