Una brillante comedia musical

Crítica: "Asesinato para dos", un acierto en el Cultural San Martín

"Asesinato para dos" de Kellen Blair y Joe Kinosian. Dirección: Gonzalo Castagnino. Dirección musical: Gabriel Goldman. Letras: Kellen Blair. Música: Joe Kinosian. Escenografía y vestuario: René Diviú. Iluminación: Gabriel Ascorti. Sonido: Mariel Ostrower y Mauro Agrelo. Coreografía: Joli Maglio. Actúan: Santiago Otero Ramos y Hernán Matorra. Cultural San Martín (Sarmiento 1551), viernes y sábados a las 20.30.

La célebre escritora británica Agatha Christie escribió una enorme cantidad de textos -novelas, cuentos, obras de teatro- en los que la intriga para resolver un crimen cobraba primordial importancia. Sin embargo, sus argumentos no se limitaban a explicar quién era el asesino: para llegar a ese final, Christie mostraba detalles del alma humana, misterios, dolores, horror. El "chiste" de descubrir al homicida -el "whodunit"- solía tapar una interesante espesura. Quien quería verla, la veía, y quién no, simplemente disfrutaba de acertar -si podía- antes del desenlace.

Los norteamericanos Kellen Blair y Joe Kinosian parecen haberse quedado con el "chiste" de los relatos de la "dama del crimen" -y de otros autores-, lo mezclaron con rutinas delirantes de los hermanos Marx y crearon "Asesinato para dos", una comedia musical brillante. La obra fue éxito del "Off Broadway" -aunque nació en Chicago en 2011- y acaba de estrenarse en Buenos Aires de la mano del director Gonzalo Castagnino.

PURA DIVERSION

Magníficamente interpretada por Santiago Otero Ramos -toda una revelación componiendo doce personajes- y Hernán Matorra, como el joven aspirante a detective, "Asesinato para dos" resulta disfrutable en muchos sentidos. Por empezar, lo dicho, ambos artistas -conocidos hasta el momento por sus trabajos como directores musicales- hacen "de todo" y muy bien: bailan, cantan, tocan el piano, se arrastran por el escenario... En fin, disfrutan como chicos mientras dan pistas sobre el misterioso criminal.
Merece destacarse la hermosa iluminación de Gabriel Ascorti que resalta escenas, crea climas, genera misterio. Y por supuesto, la dirección de Castagnino, quien guía a sus músicos-actores para que saquen lo mejor de sí.

A cuatro manos sobre el piano de cola, Matorra y Otero Ramos terminan el show y hacen delirar a la audiencia. Los más devotos amantes de Christie tal vez se sientan perdidos ante tanto brillo, color y simpatía. Extrañen seguramente la ironía "muy British" de Miss Marple o Hercule Poirot. El resto, disfrutará de una hora y media de pura diversión.

Calificación: Muy buena.