"Leí "Das Kapital" y llegué a la página 62, igual que Fidel Castro"

LECTURAS DE AUTOR: El historiador Enrique Díaz Araujo es devoto de la poesía de Antonio Machado y Leopoldo Marechal. En su disciplina rescata, entre otras, las obras de Jacques Bainville, Hilaire Belloc y el español Pío Moa.

-¿Qué libro o libros está leyendo ahora?

-El Rousseau de Jules Lema”tre, por su estudio de las Confesiones del ginebrino.

-¿Qué autor nuevo o clásico descubrió últimamente? ¿Por qué motivos lo atrapó?

-Ricardo de la Cierva por su estudio sobre las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil Española.

-¿Podría mencionar un historiador o ensayista argentino de cualquier época que considere injustamente olvidado por la crítica o los medios culturales?

-Julio Irazusta, historiador y politólogo, maestro incomparable.

-¿Es afecto a releer libros? ¿Hay algunos a los que vuelve con más frecuencia que a otros?

-El libro del Génesis siguiendo las aclaraciones de la Pontificia Comisión Bíblica.

-¿Lee en dispositivos electrónicos? ¿Lo recomienda?

-Leo poco o muy poco por vía electrónica. Prefiero la lectura sobre papel.

-¿Visita librerías de viejo, ferias, librerías de saldos? ¿Podría mencionar alguna favorita?

-Visitar las librerías de viejo es mi paseo favorito tanto en Buenos Aires como en otras ciudades.

-¿Es lector habitual de literatura? ¿Tiene algún autor favorito en cualquier época del que conozca a fondo su obra?

-Antonio Machado y Leopoldo Marechal, mis autores preferidos en todo su itinerario poético.

-¿Lee novelas históricas? ¿Qué impresión tiene del género? ¿Le resultan útiles para sus propias empresas intelectuales?

-Sí, porque soy autor de cuatro novelas históricas. Otro ejemplo: ¿Por quién doblan las campanas?, de Ernest Hemingway, históricamente falso, pero atrapante como ficción.

-¿Recuerda uno o más libros consagrados -en cualquier género- que se le resistiera y no haya podido terminar de leer?

-Sí, Das Kapital de Karl Marx. No pude pasar de la p. 62 del t. I. Un ladrillo, pero lo mismo le pasó a Fidel Castro, que según su afirmación llegó hasta la p. 60.

-¿Cuáles son sus historiadores preferidos de cualquier tiempo o lugar? ¿Y por qué los prefiere?

-He leído con fruición y provecho a León Homo y a su Historia del Imperio Romano; a Godofredo Kurth y sus varias obras de historia medieval; a Hilaire Belloc con la Historia de Inglaterra o La Reforma; a Jacques Bainville y su Historia de Francia; a Pío Moa y su serie de obras muy documentadas sobre la Guerra Civil en España. Los prefiero, porque cada uno en el tema o tiempo abordado han hecho un aporte que considero definitivo.

-¿Lee biografías? Si la respuesta es positiva, ¿qué busca y qué encuentra en ellas? ¿Alguna especialmente memorable?

-Sí, por supuesto, porque son un elemento más vital en la reconstrucción del pasado. Varias: La de Augusto de León Homo, el Napoleón de Jacques Bainville, El rastro del zorro de David Irving sobre el mariscal Erwin Rommel, Tres reformadores de Jacques Maritain.

-¿Qué elementos básicos cree usted que debe tener un buen ensayo?

-No ser aburrido, ser coherente y estar bien escrito.

-¿Regala libros, presta libros, devuelve los que le prestan?

-Regalo y presto, pero pocos me los devuelven. Eso me pasó, entre otros, con los Pensamientos de Blas Pascal. En cambio, yo, sí; los devuelvo para quedarme con la conciencia tranquila.

-Por último, si es imposible ser escritor sin ser primero lector, ¿qué libro siente que lo convirtió a usted en escritor?

-La Historia Argentina de Ernesto Palacio. También en otro orden, me conmovieron El poder y la gloria, de Graham Greene, y La gente de Smiley, de John Le Carré.