"El bitcoin está consolidado, este activo vino para quedarse"

La criptomoneda superó esta semana la línea récord de U$S 2.200 y atrapa la atención del mundo financiero. Es considerada un refugio de valor como el oro. Se utiliza como inversión o para realizar transferencias inmediatas al exterior, explica el experto Franco Amati.

El mundo de la economía mira por estos días con asombro el fenómeno del bitcoin y su escalada en el mercado. En el último mes la criptomoneda subió un 65% su precio y llegó a cotizar a u$s 2.200, una marca record para su corta historia de tan sólo 8 años.

El crecimiento de esta divisa virtual no se detiene. Las cifras dan cuenta de lo que ha sido su vigoroso impulso, tanto que quienes compraron 100 dólares de bitcoins en 2010 hoy poseen 72,9 millones de estas unidades. Los números resultan seductores para los hombres de negocios, pero pese a la euforia el uso que en la actualidad tiene el bitcoin sigue siendo limitado.

El fenómeno que se produce a escala mundial tiene su réplica más acotada en la Argentina, un país donde algunos ahorristas, debido a su larga historia de tormentos con el peso -desde el corralito bancario hasta el cepo-, han encontrado en esta moneda un refugio de valor en tiempos de incertidumbre.

Hay quienes, en cambio, hallan en el esquema de moneda virtual la posibilidad de transferir dinero al exterior sin pagar comisiones, con acreditación en el mismo día, lo cual pone al bitcoin con una apreciable ventaja sobre el sistema financiero tradicional. Como explica Franco Amati, cofundador de Espacio Bitcoin, pese a la volatilidad de su cotización, el bitcoin es claramente un instrumento financiero que llegó para quedarse.

-¿Cómo se explica la escalada del Bitcoin?

-El bitcoin viene en subida desde hace bastante. Había tenido un precio máximo de 1.300 dólares hace un par de años, pero luego siempre estuvo por debajo. Sin embargo, hace algunos meses comenzó a subir hasta que llegó a precios record. Es difícil desentrañar el motivo concreto y real de esta suba de la moneda virtual.

-¿Es tomado como refugio de valor, al igual que el oro?

-Sí, ocurre esto con el bitcoin. Lo vemos como una alternativa al oro. Cuando la economía tradicional tiene problemas, como ocurrió ante el Brexit, la asunción de Donald Trump, cuando hay incertidumbre, los activos como el oro tienen mayor peso en la opción de los ahorristas. El bitcoin, como no tiene relación con la economía tradicional, no sufre esas zozobras. Pero, al mismo tiempo, el bitcoin tiene muchas noticias propias que afectan su cotización.

-¿Cuáles son?

-Si bien la economía tradicional lo afecta positivamente cuando hay incertidumbre mundial, hay noticias propias que lo perjudican, como cuando existe algún problema técnico de no poder procesar determinada cantidad de transacciones por segundo. Más allá de esto, está consolidado como un activo que vino para quedarse, y eso da seguridad a los ahorristas para comprarlos y conservarlos a largo plazo. En algún momento, en sus comienzos, la pregunta más frecuente era: ¿quién garantiza que va a estar vigente el año que viene? Bueno, ya se demostró que sigue.

ARGENTINA

-¿El fenómeno se replica en la Argentina?

-Claro que sí. Si uno ingresa al sitio coinmonitor.info puede ver la cotización local, lo que ocurre en el mercado argentino. Acá la cotización está un 4% por encima del precio internacional. Esto quiere decir que en nuestro país hay más demanda que en el resto del mundo. Durante la época del cepo cambiario el bitcoin cotizaba menos que en otros países. Se pagaba entonces un 4% menos que en los Estados Unidos. Eso ocurría porque había problemas de arbitraje.

-¿Se puede saber cuántos son los argentinos que ahorran en bitcoins?

-No hay forma porque debido a su funcionamiento no se saben de dónde vienen los movimientos. Las empresas más importantes pueden saber cuánto ha crecido el mercado, eso sí. No dan abasto con las operaciones que tienen que procesar.

-¿Cuál es el rasgo más destacado de este instrumento?

-Para mí tiene dos rasgos importantes, propios del bitcoin. La facilidad para realizar transferencias internaciones, ya que resultan más fáciles, simples y económicas. Claramente no es una ventaja para ir a pagar un café, donde es más práctico abonar con billetes y listo. Pero para transferencias donde el banco demora tres días hábiles, más el porcentaje que cobra de comisión, es mejor comprar el bitcoin, mandarlo y la persona destinataria lo vende en su lugar y listo. Por ejemplo, nosotros somos parte de una compañía con sede en los Estados Unidos y el esquema nos sirve para pagarle a los proveedores. El bitcoin sirve como una herramienta financiera.

-¿Cuál es el segundo?

-Su otra utilidad es como inversión, porque puede valorarse a futuro. En este caso la cotización resulta importante. En cambio, cuando se utiliza para transferir dinero sin usar los medios tradicionales no interesa tanto porque lo compran hoy y lo venden al día siguiente.

-¿Qué es lo bueno y lo malo de que se trate de una moneda que no está regulada por ningún Banco Central?

-El bitcoin no tiene regulaciones específicas en el mundo, pero es legalmente tomado como un bien intangible. Uno de los atractivos de toda la emisión de bitcoins es que nadie la puede cambiar y ya se sabe cuántos habrá dentro de tres años. Esto es algo impensado para la moneda de un país.

-¿Quién lo emite?

-Esta es la parte más complicada de la explicación. El bitcoin necesita para funcionar un centro de cómputos, un servidor donde en algún lugar figuren los ahorristas con tanta plata. Al mismo tiempo no es una empresa, no es una organización concreta ni está en un país concreto. Es una base de datos global distribuida en todo el mundo. Son 10.000 computadoras que están las 24 horas prendidas y deben poder operar en todo momento. Quienes hacen este trabajo y procesan las transacciones, hacen los chequeos técnicos, el sistema les da alguna monedas a cambio. Esas son las monedas nuevas. Es una manera inteligente de lograr que funcione, que la gente ponga sus computadoras a trabajar y que no dependa de nadie en concreto.

ALZAS Y BAJAS

-¿El precio es muy fluctuante?

-Una cosa es si enfocamos la cotización del bitcoin a largo plazo y otra a corto. La moneda llegó a bajar 50% en dos meses. Es volátil, pero está pasando a ser como un activo más. Las monedas tradicionales son menos volátiles, pero podría decirse que tiene la misma conducta que las acciones o los commodities.

-¿Cómo hace un ahorrista para comprar un bitcoin? ¿Dónde los conserva?

-Los bitcoins se guardan en las billeteras virtuales, que son programas de computación o aplicaciones para celulares. Se trata de programas para comprar, guardar y enviar bitcoins. Se los llama monederos. Hay cuatro empresas en Argentina que hacen esto.

-¿Hay lugares físicos como casas de cambio?

-Las operaciones son por transferencia. El ahorrista transfiere sus pesos al sistema y recibe a cambio los bitcoins. También está la opción de comprarlos a través de Pago Fácil o Rapipago, pero sale un poco más caro.

-¿Para qué operaciones de pago puede utilizarse en Argentina?

-Lo cierto es que en la práctica no se está usando como medio de pago. La mayor dificultad es que no hay tanta gente que los use y el comercio no lo acepta hasta que haya un volumen importante. No hay incentivo para los comerciantes. Los que lo adoptan es por mostrar un detalle diferente, para decir que son modernos. Tal vez ellos mismos están en el tema. Sí hay chicos que compran videojuegos por internet con bitcoin porque no tienen tarjeta de crédito.

-¿El ciberataque a escala global ocurrido recientemente genera fantasmas en torno a la economía virtual y sus monedas?

-Sinceramente no creo. Estos tipos de ataques ya pasan desde hace años y nunca generó problemas para los bitcoins. A veces la gente que no está en el tema conoce al bitcoin por estos hechos. Pero la moneda virtual tiene usos mucho más importantes para destacarse.

-¿Puede falsificarse el bitcoin?

-No puede ocurrir. Sí puede haber robos de bitcoins. Por ejemplo, cuando a alguien le roban el celular y tiene allí su monedero virtual, entonces pueden transferir los bitcoins a otra cuenta.