Combatiendo las malas ondas

Una empresa local produce un dispositivo desarrollado en Francia, capaz de neutralizar los daños provocados por la polución electromagnética. Proyectan exportar a todo el continente cuatro modelos de obleas autoadhesivas.

Estudios de diverso origen, entre ellos uno llevado a cabo por la Universidad de Cuyo, confirman los perjuicios que las ondas electromagnéticas que emiten los dispositivos electrónicos provocan sobre la salud humana. En el caso del trabajo realizado en la provincia de Mendoza en 2011, el ingeniero francés Hubert Rey sostiene que sirvió para demostrar que aquellas personas que acostumbran llevar el teléfono móvil en el bolsillo del pantalón sufren de una mayor descalcificación de los huesos en esa zona del cuerpo.

Del mismo modo, Rey rescata un caso difundido el mes pasado cuando la Justicia italiana ordenó indemnizar con una pensión vitalicia a un trabajador al reconocer un vínculo entre el cáncer del nervio auditivo que lo dejó casi sordo y el uso excesivo del celular (tres horas diarias) por razones laborales.
Con casi 40.000 millones de dispositivos electrónicos conectados hoy en el mundo, es casi imposible mantenerse a salvo de la polución electromagnética que alimentan notebooks, tablets, teléfonos móviles, consolas de todo tipo, pero también antenas y equipos de audio. Los dispositivos emiten y reciben ondas que no necesitan de un medio material para propagarse sino que lo hacen en el vacío, y viajan a una velocidad de 300.000 kilómetros por segundo, similar a la de la luz.

PRESIONES

Apenas el 2 o 3% de la población mundial es inmune a las ondas electromagnéticas, estima Rey, quien denuncia que buena parte de los científicos que han investigado este campo en su país natal están siendo presionados por las grandes empresas de telefonía para no sembrar la alarma entre los usuarios. Corajudo, Rey se convirtió en desarrollador de un dispositivo novedoso capaz de neutralizar los efectos adversos del boom tecnológico. Se trata de una oblea flexible que, adherida a los dispositivos o bien instalada en el hogar o el auto, actúa como un escudo ante las ondas perjudiciales para el organismo.

El producto, que demandó cinco años de ensayos en instituciones como el Centro Nacional para la Investigación Científica, de Francia, fue lanzado recientemente en ese país, España e Italia, y llegó a estos lares a través de la firma Ginko Control Argentina, que lo produce en una planta ubicada en esta capital y que aspira exportarlo desde aquí a toda la región.

Carlos Vitale, presidente de la compañía, alerta que las ondas electromagnéticas influyen "en el orden interno general del cuerpo dado que el cerebro, que es desde donde parten todas las órdenes, lucha internamente contra esas vibraciones". Es por eso que considera que el patch se alinea con la tendencia actual hacia una mejor calidad de vida.

HOGAR Y AUTO

La oblea se presenta en cuatro versiones: de 17 milímetros, para aparatos wifi de alta frecuencia; de 29 milímetros, la que protege de los celulares; de 57 milímetros, para computadoras y tablets; y el modelo Aura (112 milímetros), pensado para actuar sobre las ondas electromagnéticas en el hogar, la oficina y el auto. "Dentro del vehículo, las emisiones de los aparatos rebotan y nos afectan el doble", llama la atención Vitale. El patch posee dos antenas incorporadas, una emisora y otra receptora, que actúan de forma independiente y no suprimen la onda pero la compensan para minimizar el daño que provoca.
El precio del producto oscila entre los $ 349 (el parche para el teléfono) y $ 1.200 pesos, la versión tope de la línea. Se encuentra a la venta en las casas de accesorios para celulares. Uruguay, donde ya sellaron acuerdos comerciales, será el trampolín desde donde Ginko Control aspira llegar a toda Sudamérica e incluso Estados Unidos.

-Vitale, ¿qué inversión demandó el desarrollo?

-La inversión en dinero ha sido importante, pero mucho más importante es la inversión en tiempo, porque hace más de un lustro que se viene trabajando en el producto para intentar perfeccionarlo. No se hizo antes el lanzamiento a la espera de la certeza científica y los avales que garanticen que cumple con todas las normativas vigentes.

-¿A qué público apunta?

-A todo los usuarios de celulares, consolas, computadoras, e incluso a aquellos que no los utilizan, porque de todos modos son alcanzados por las ondas paralelas que producen las antenas repetidoras.

-¿Cuál es la vida útil de la oblea?

-No tiene fecha de vencimiento. De la única manera que se altera el funcionamiento es si se rompe o destruye por alguna razón particular. Y algo más, muy importante: no utiliza la batería del celular, no interfiere en la comunicación ni modifica el software.