NUESTROS ECONOMISTAS, EN LA INTIMIDAD

"No distinguen entre el Prebisch de 1957 y el de la obra internacional"

Matías Kulfas (44 años) fue gerente del Banco Central durante el kirchnerismo. Recomienda leer "El capital en el siglo XXI", de Thomas Piketty. Considera a Roberto Lavagna el mejor ministro desde 1983. Rayuela, una materia pendiente.

1- ¿Qué libros de economía está leyendo ahora? ¿Suele leer varios libros a la vez?

-Estoy leyendo El auge de los robots, de Martin Ford, y La industria en el siglo XXI, de Zysman y Breznitz. Estoy obsesionado por comprender los cambios que están aconteciendo en el sector industrial y en los servicios a partir de la robotización y la revolución 4.0, sus efectos sobre el empleo y la reconfiguración productiva mundial. Suelo leer varios libros a la vez, también estoy terminando de redondear la historia económica de América Latina que hicieron Ocampo y Bértola, una obra excepcional, y un excelente libro sobre el desarrollo de China que hizo Aglietta hace unos pocos años.

2-¿Qué autor nuevo o clásico descubrió últimamente? ¿Por qué motivos lo atrapó?

-El año pasado volví a leer La gran transformación, de Karl Polanyi. Creo que es una obra descomunal que ningún economista debería dejar de leer, particularmente para comprender la naturaleza y la génesis de la sociedad en la que vivimos y comprender cabalmente los peligros del mercado autorregulado y lo que denomina como ""sociedad de mercado"". De lo más reciente, recomiendo leer El capital en el siglo XXI, de Thomas Piketty.

3-¿Podría mencionar un economista de cualquier época que considere injustamente olvidado?

-Creo que en Argentina no se valora adecuadamente la obra de Raúl Prebisch debido a su colaboración con un gobierno de facto surgido tras el derrocamiento de Perón en 1955. Ese mal paso ha hecho que sea valorado negativamente a pesar de que su obra hizo un aporte importante a la economía del desarrollo. Es, probablemente, el economista argentino más conocido en el mundo académico internacional y tuvo una extraordinaria influencia intelectual en los países en desarrollo. Pero aquí los economistas ortodoxos no lo valoran porque creen que los países en desarrollo convergerán naturalmente hacia el bienestar del mundo desarrollado una vez que se terminen de levantar todas las barreras que limitan el comercio y las inversiones (a pesar de que la evidencia empírica indica lo contrario). Y entre los heterodoxos persiste esta dificultad para distinguir entre el Prebisch de 1957 y el de su obra de proyección internacional.

4-¿Algún economista contemporáneo o clásico que le parezca sobreestimado, o que no haya estado a la altura de sus expectativas?

-Milton Friedman y la escuela monetarista. Pocas veces ha existido tamaña brecha entre la relevancia dada a una teoría y sus evidentes fracasos y limitaciones. Con el avance de la robótica y la inteligencia artificial es muy probable que en pocos años no sea necesario recurrir más a economistas monetaristas: las mismas recomendaciones y cálculos quedarán en manos de programas que los realizarán sin problemas. Eso sí: los resultados serán igual de inconsistentes. También me sorprende el interés que despierta la obra de Acemoglu y Robinson sobre los factores que explican el atraso económico, la cual me parece tremendamente inconsistente y carente de rigor histórico y metodológico.

5-¿Hay alguna página web o blog sobre economía que frecuente?

-Me gusta leer los artículos de https://www.project-syndicate.org. Escriben economistas de gran nivel y diversidad de pensamiento.

6-Fuera de la economía, ¿qué le gusta leer para relajarse? ¿Lee ficción o sólo ensayos?

-Ficción. Si tengo tiempo, literatura rusa: Dostoyevski o Tolstoi. Ultimamente, con menos tiempo, he leído a Paul Auster y Kenzaburo Oé. Y me fascina leer sobre historia mundial.

7-¿Recuerda uno o más libros consagrados que se le resistieran y no haya podido terminar de leer?

-Me encanta Cortázar pero no he logrado dejarme atrapar por Rayuela. Volveré a intentarlo más adelante.

8-¿Qué otro economista de cualquier época le hubiera gustado ser, ya sea por su obra o por su vida? ¿Lee biografías de economistas?

-Nunca me interesó ser otro economista, pero puedo decir que me gusta leer a Alejandro Bunge. Fue, probablemente, el primer economista profesional de nuestro país, el primero en señalar el agotamiento del modelo agroexportador, allá por 1918, y proponer una reorientación de la política económica que, de haberse aplicado, seguramente hubiera aportado un rumbo distinto para la Argentina. Se adelantó 20 años. No suelo leer biografías de economistas. 

9- ¿Admira a alguno de sus colegas? ¿Con quien le gustaría compartir el gabinete en el Ministerio de Economía?

-Tuve la suerte de conocer y aprender de muchos economistas, tanto en la gestión como en la academia, y con muchos de ellos compartí espacios de gestión. Valoro y respeto mucho a Roberto Lavagna por su paso en el Ministerio de Economía, desde mi punto de vista la mejor gestión económica desde la restauración democrática de 1983. Si tuviera la oportunidad de volver a la gestión económica pública, me gustaría compartirla con algunos jóvenes colegas muy talentosos que he conocido y están haciendo grandes aportes, como Diego Coatz, Daniel Schteingart, Fernando Peirano, Nicolás Arceo, Ramiro Manzanal, Santiago Cafiero o Guido Zack. También con otros que tienen mucha experiencia y solidez como Silvina Batakis, Miguel Peirano, Jorge Carrera y Alfredo Iñiguez. Si fuera posible conformar un gobierno amplio de unidad nacional sería muy bueno sumar a dos economistas radicales heterodoxos muy capaces como Adrián Ramos y Gonzalo Berra.

10-¿Podría recomendar alguna película de economía?

-Inside Job.

11-¿Qué mira en Netflix o en el cable? ¿Le gustan las series? ¿Podría recomendar alguna?

Tuve una época en que miraba series pero la he dejado atrás, es un formato que me genera más ansiedad que goce. En el mismo tiempo que dedico a una temporada prefiero hacerme un pequeño ciclo de películas de Ingmar Bergman, que me dejan pensando y disfrutando muchísimo. También me gusta mucho ver documentales, especialmente sobre la Segunda Guerra Mundial. Si tuviera que recomendar una serie, gana Breaking bad, por lejos.

12-¿Cuándo supo que quería ser economista? ¿Qué autor le marcó su vocación?

-Desde muy chico me fascinaron la historia, la política y las formas que adopta la organización de la sociedad, y sentía mucha angustia observando la pobreza y la desigualdad en mi país. Cuando llegó el momento de decidir mi carrera universitaria entendí que la economía, la base material de la sociedad, me ayudaría a entender y afrontar de la mejor manera posible las preguntas e inquietudes intelectuales que tenía.

13-¿A cuál de sus profesores recuerda con especial cariño?

- A Aldo Ferrer, fundamentalmente por las charlas donde me contaba sus anécdotas de su paso por la función pública. Aprendí mucho con Eduardo Basualdo, especialmente cuando en 1999 me convocó para asistirlo en sus investigaciones sobre deuda externa y fuga de capitales. También destaco a Fernando Porta y Beni Kosacoff. Imposible no recordar a Daniel Azpiazu, un gran economista y entrañable persona, y Jorge Katz.

14-¿Cual cree que es el economista más influyente hoy en día a nivel local o internacional? ¿Tiene usted algún "héroe" en este oficio?

-Me encantó El capital en el siglo XXI, de Thomas Piketty. Me parece uno de los aportes más interesantes que se han hecho en los últimos tiempos. No tanto por la temática en sí, que no es nueva, sino por dos aspectos fundamentales: 1) retoma las tradiciones más interesantes en ciencias sociales, de volver a los grandes relatos y salir un poco de esa segmentación anglosajona que ha transformado a la investigación económica en una fábrica de papers de baja relevancia, para volver a analizar las grandes preguntas de una sociedad que hoy presenta enormes desafíos y 2) porque lo hace con un rigor analítico y estadístico acorde al cambio de época.

15-Si no fuera economista, ¿de qué le gustaría trabajar?

-Haciendo música. Toco la guitarra, tengo un mini estudio en casa y en mis ratos libre compongo, produzco y grabo mis canciones y las de algunos amigos.

G.G.