LOS SUBSIDIOS SON EL "CANDIDATO NATURAL" A LA HORA DEL RECORTE

Llegó el momento del ajuste

POR RODRIGO ALVAREZ *

Tras un 2016 en el que se cumplió la meta fiscal con la imprescindible ayuda del blanqueo de capitales, este año el gobierno deberá ser más enfático en el ajuste del gasto. No hacerlo pondría en peligro la sustentabilidad de las finanzas públicas y ello repercutirá en mayor costo financiero, limitando el despegue de la inversión.

Como lo fuimos destacando durante 2016, tras el acuerdo con los holdouts y la consecuente salida del default, la estrategia del gobierno fue buscar un ajuste gradual mediante la combinación de reducción de impuestos con moderación del gasto. Con una base electoral relativamente débil, sin mayoría en ninguna de las Cámaras, el acceso al financiamiento le permitía esquivar una política de shock que habría condicionado el apoyo político.

La herencia fiscal marcaba por un lado un bajo nivel de endeudamiento con el sector privado (20% del PBI considerando la deuda con holdouts) pero por otro, el déficit primario (considerando la deuda flotante) llegaba a 5,8% del PBI y a casi 8% del PBI con presión impositiva récord. El objetivo que planteó el gobierno fue el de converger al equilibrio fiscal hacia 2019 fijándose una meta de déficit primario de 4.8% PBI para 2016, 4,2% para 2017 (la original era de 3,3%) y de 1,8% y 0,3% del PBI para 2018 y 2019, respectivamente.

Con este panorama, las medidas más importantes en 2016 fueron las de quitar retenciones a las exportaciones para todos los productos, salvo para los del complejo sojero, subir el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias para la cuarta categoría y la devolución del IVA para los productos de la canasta básica a la población de menores recursos.

A esto se sumó una nueva relación con las provincias en las que, tras el fallo de la Corte Suprema de Justicia, acordó la devolución de coparticipación que antes captaba la ANSES. Todas estas medidas llevaron un costo implícito en torno a 1,5% del PBI. Para compensar, por el lado del gasto el plan apostaba a bajar la carga de los subsidios al sector privado que, si bien era necesario, tendría un costo inflacionario dado que impactaría directamente en las tarifas de servicios públicos.

IMPONDERABLES

Pero no todo estuvo dentro de lo planeado. Por un lado, la caída en el nivel de actividad fue mucho más intensa de lo que previeron los cálculos oficiales, lo cual tuvo un fuerte impacto en la recaudación. Por otro lado, el ajuste de tarifas y quita de subsidios no fue automático; hubieron errores de aplicación que obligaron a desgastantes marchas y contramarchas. La sorpresa favorable fue el notable éxito del blanqueo de capitales que le permitió al Tesoro obtener más de $100.000 millones de recaudación extraordinaria.

Con todo esto, tras un primer semestre "alentador", en el que los ingresos subían por encima del gasto (28% vs 27%), en la segunda mitad se revirtió (44% vs 46%) por lo que en todo el año los ingresos "genuinos" acumularon un alza del 36%, 2 puntos porcentuales menos a lo que lo hizo el gasto. Con esta dinámica, el déficit primario acumulado en el año llegó a 4,6% del PBI ($360.000 millones), levemente por debajo de la meta anunciado a principios del año pasado.

Vale destacar que nos queda un sabor "amargo" por la performance del gasto en diciembre, pues esperábamos que con el salto en la recaudación por el blanqueo, el Tesoro podría tener un resultado mucho mejor, dado que no preveíamos que el gasto salte al 85% interanual en el último mes del año.

Con este resultado, los números marcan que en 2016 no hubo ajuste del gasto pues pasó de 24,5% al 25,0% del PBI. Nos queda la expectativa que dicha aceleración en las erogaciones en transferencias al sector privado (que fueron las que más subieron con un alza de 236%), sean adelantos de pagos de este año y cancelación de deuda flotante.

Así las cosas, este año el desafío pasará por lograr achicar el gasto, en un contexto de recuperación en el nivel de actividad, con la promesa de un fuerte estímulo a la obra pública además de los pagos a jubilados por la Reparación Histórica y de mayores transferencias a provincias.

En este contexto, los subsidios son el candidato natural por donde se apuesta a recortar gasto por casi 1% de PBI para llegar a la meta de déficit primario de 4,2%. Sin dudas, el gobierno sabe que se le acaba el tiempo para mostrar un sendero fiscal sostenible.

* Director de la consultora Analytica.