El preso que mató a su pareja y se suicidó en una cárcel cumplía una pena a perpetua por el crimen de la esposa y su beba

El hecho, el tercero de similares características ocurrido en menos de un mes en distintos puntos del país, sucedió ayer cuando el recluso Franco Arsénico Benítez, de 35 años, recibió la visita de su pareja, María Luján Aguilera, de 34, en el Penal 5 de la ciudad cordobesa de Villa María.

CórdobaEl preso que ayer mató a su pareja y luego se suicidó durante el horario de visitas en la cárcel de la ciudad cordobesa de Villa María, cumplía una condena a prisión perpetua por haber asesinado a su esposa y a su hija de tres meses en marzo de 2003, informaron hoy fuentes judiciales.

Los voceros detallaron que el hecho, el tercero de similares características ocurrido en menos de un mes en distintos puntos del país, sucedió ayer cuando el recluso Franco Arsénico Benítez, de 35 años, recibió la visita de su pareja, María Luján Aguilera, de 34, en el Penal 5 de Villa María.

Según informó a la prensa el fiscal Francisco Márquez, a cargo de la causa, en la celda donde se realizó la visita, Aguilera fue encontrada muerta por "asfixia por sofocamiento" y a su lado el cuerpo de Benítez, quien presuntamente tras el femicidio ingirió "un producto que le provocó la muerte, una sustancia venenosa", que se procura identificar con los peritajes ordenados.

El funcionario judicial informó que la pareja tenía hijos y agregó que el preso purgaba una condena a prisión perpetua por haber asesinado a golpes a su esposa Andrea Patiño (18) y luego ahorcado con un alambre a su hija de tres meses, el 13 de marzo de 2003, en la localidad cordobesa de Villa General Belgrano.

Tras conocerse el hecho, el gobierno provincial emitió un comunicado en el que detalló que ayer, cerca de las 19.30, tras la jornada de visita de reclusos se constató que una mujer no había salido del penal, por lo que el personal penitenciario acudió a la celda tres, del pabellón dos para establecer qué había ocurrido.

Allí encontraron al recluso y a su pareja tirados, por lo que inmediatamente se convocó al personal médico y de enfermería, que constató que ninguno presentaba signos vitales.

A simple vista, sólo el cuerpo de la mujer presentaba un sangrado por la nariz y la boca, mientras que el cadáver del preso no tenía ninguna lesión externa.

La Justicia dio dio intervención a la Policía Judicial y a la Fiscalía de Turno de Feria de la ciudad de Villa María, que ordenó las autopsias e investiga las circunstancias del hecho y por qué no fue advertido por el personal penitenciario.

Este caso se suma a otros dos ocurridos en menos de un mes en las provincias de Salta y de Tucumán, donde otros presos mataron a sus mujeres en visitas familiares en la cárcel.

El 21 de diciembre, un ciudadano boliviano que estaba detenido en el penal de Villa Urquiza, en la capital tucumana, asesinó a su esposa, quien había concurrido a visitarlo en compañía de los dos hijos de la pareja, y luego se suicidó.

El agresor fue identificado como Conrado Viruel, de 34 años, quien cumplía una condena por el "homicidio agravado" de una mujer y ese día fue visitado por su esposa, Yanina Aguirre, de 34, quien llegó al penal cerca de las 15 acompañada por los dos hijos de la pareja, de 14 y 6 años.

La pareja le pidió a los chicos que se retiraran de la celda que ocupaba Viruel para, supuestamente, tener un momento de intimidad, pero al pasar el tiempo y, al no observar movimientos, los guardiacárceles ingresaron y encontraron a los dos muertos.

La mujer presentaba signos de violencia lo que hace suponer a los investigadores que fue atacada a golpes por Viruel, quien tras el ataque se ahorcó con una sábana.

En tanto, el 5 de enero pasado en el penal salteño de Villa Las Rosas, un hombre que se encontraba preso por robo y que en 2006 había estrangulado a su ex mujer durante una visita carcelaria asesinó a su actual concubina, de 19 años, también durante un encuentro íntimo, en el que además estaba presente el bebé de ambos.

A raíz del hecho, el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, dispuso separar inmediatamente de sus respectivos cargos al director y al jefe de dicho penal, que fue además intervenido.

La mujer asesinada fue identificada como Andrea Edith Neri, de 19 años, quien llegó a la Unidad Carcelaria 1 de Villas Las Rosas para visitar a su concubino y padre de su hijo de apenas un mes, Gabriel Roberto Herrera, de 39 años y apodado "Chirete".

Neri y el bebé ingresaron a la celda del interno, ubicada en el pabellón E del penal, para hacer uso del derecho a la visita íntima, pero a los pocos minutos, Herrera salió con su pequeño hijo en brazos y le confesó a un celador que acababa de matar a su mujer.

"Chirete" Herrera está preso desde hace más de 10 años, primero por robo calificado y hurto, y después por el homicidio de su ex pareja, identificada como Verónica Castro, de 29 años, cometido el 23 de marzo de 2016 en el interior del penal de Metán, en el sur provincial.