Visto y oído

Memoria

El kirchnerismo festejó la aprobación del aumento al mínimo no imponible del impuesto a las ganancias y el oficialismo se quedó con las ganas de cruzarlo en el recinto porque la massista Graciela Camaño hizo aprobar una moción de cierre del debate. Pero después de la sesión el radicalismo distribuyó una lista con los nombres de más de medio centenar de diputados peronistas que se habían negado a dar quórum para aumentar ese mínimo durante la era K (en los años 2011, 2012 y 2014), pero que el miércoles votaron positivamente. Conti, Kunkel y Depetri, entre otros.

Volvió Astorgano

Las mayorías peronistas de ambas Cámaras del Congreso han incurrido en las últimas sesiones en una práctica peligrosa para la convivencia y la actividad parlamentaria: las mociones `mordaza' que impiden hablar a los legisladores que critican al peronismo. En el Senado lo hizo el legislador K Juan Irrazabal y en Diputados la massista Graciela Camaño al mocionar el cierre del debate e imponerlo con el voto de sus compañeros. Esa práctica la impuso en los años 50 el diputado peronista José Astorgano que sólo pedía la palabra para impedir que los radicales cuestionaran a Juan Perón.

Operaciones

El miércoles por la tarde, mientras el massismo de Diputados cerraba el acuerdo con Máximo Kirchner por la modificación del impuesto a las ganancias, lanzó la versión de que había obtenido también el visto bueno del senador Miguel Pichetto. La especie fue repetida en los medios, salvo por Pichetto que estuvo inhallable. Pero ante la insistencia de la prensa voceros del kirchnerismo en la Cámara alta desmintieron la versión massista y la calificaron de `operación'. Los gobernadores del PJ confirmarán este martes si fue o no una típica maniobra del ex intendente de Tigre.

Vidal

La posición de los gobernadores peronistas de cara al proyecto de ganancias es ambigua. Diez de ellos se declararon en contra, pero sólo dos hablaron a sus diputados para que no lo apoyaran. También trascendió que María Eugenia Vidal le pidió infructuosamente a Massa que frenara la iniciativa porque le generará  un enorme agujero fiscal a la provincia de Buenos Aires. Su gestión fracasó, lo que arroja dudas sobre la gobernabilidad de la provincia. En la Casa Rosada apuestan a un fractura del FPV en el Senado para amortiguar los efectos del proyecto, pero nada indica que les irá mejor que a Vidal.­