Coinciden en que el ataque al vice de Newell's provino de la barra

El ministro de Seguridad, el jefe de la PDI y los colegas de Cristian D'Amico pusieron sus ojos en la seguidilla de hechos de sangre.

El día después del ataque mafioso a tiros del cual fue víctima el vicepresidente 2º de Newell's Old Boys, Cristian D'Amico, y del cual diera cuenta este diario en su edición de ayer, se llenó de definiciones tendientes a clarificar el móvil de la agresión.

"Hay que decir que los dirigentes de Newell`s son víctimas de los aprietes que llevan adelante algunos mafiosos que están detrás de un negocio ilegal y económico", dijo el Ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro, quien se puso a disposición del dirigente apenas ocurrido el episodio y le destinó una custodia personal. "Fue un ataque contra la vida de D'Amico; no fue para amedrentarlo. Fue directamente hacia su persona", indicó el comisario Daniel Corbellini, Director de la Policía de Investigaciones (PDI) santafesina. "La hipótesis más fuerte es la disputa interna de la hinchada. Hubo hechos que no podemos desconocer", apuntó Sebastián Carranza, vocero de la Fiscalía Regional.

El miércoles pasadas las 21.30, D'Amico circulaba en su camioneta Chevrolet S-10 doble cabina por Zeballos al oeste. Minutos antes había retirado del complejo de fútbol infantil "Malvinas Argentinas", que la entidad rojinegra tiene en Zeballos al 3100, a su hijo de 10 años. El dirigente relató a los pesquisas que iba sólo con su hijo, que tomó Zeballos hacia el oeste y que a la altura de Iriondo notó que lo seguía un Renault Clío "blanco o gris". Entonces pudo observar dos siluetas y notó que el Clío intentaba sobrepasarlo de manera anormal. Entonces optó por manejar "por el medio de la calle" para así evitar la maniobra.

Al llegar a Valparaíso, y tras tener al Clío atrá unas nueve cuadras, dobló al sur y al cruzar Montevideo el Clío se puso a la par de la camioneta. "Cuando el Clío comenzó a sobrepasarme sentí las detonaciones sobre el lado izquierdo y lo único que atiné fue bajarle la cabeza a mi hijo para que no le pasara nada. Luego empecé a tocar bocina para que alguien me asistiera. Tomé por Pellegrini hacia el oeste y me detuve cuando vi el móvil" estacionado en Pellegrini y Felipe Moré.

Los vecinos de Valparaíso al 1600 completaron el relato del ataque. "Después de los disparos, que fueron entre 8 y 10, el Clío dobló por pasaje Comas hacia el este y desapareció. Muchos nos acercamos al lugar porque uno de los balazos mató a un gatito de la cuadra que lo cuidabamos entre los vecinos. Ahí nos dimos cuenta que esos cincuenta metros, entre Montevideo y el pasaje estaban lleno de vainas", explicó una joven vecina de la cuadra.

La causa será investigada por la fiscal de Causas con Imputados No Individualizados (NN) Verónica Caíni, quien indicó que no hay denuncias de D'Amico advirtiendo sobre amenazas a su vida.

Promesas incumplidas. El ataque a balazos contra el vice 2º de Newell's es parte de una escalada en la serie de atentados que conmueven al mundo lerpsoso desde hace dos años y que incluyeron heridos, muertos y hasta un ataque con una granada en el Coloso del Parque.

Según fuentes del club, D'Amico está íntimamente ligado a Claudio "Tiki" Martínez, secretario de la entidad rojinegra cuyo domicilio fue atacado a tiros en agosto, lo que lo obligó a tomarse una licencia de la cual ya habría retornado. "Son las dos personas que tienen diálogo con las distintas facciones de la barra", describió una fuente consultada.

"La clave sigue pasando por los mismos lugares. En campaña se le prometió a muchos sectores que tendrían el control de la hinchada. Y no se pudo cumplir con todos. Se selló un pacto de no agresión entre Nelson Chino Saravia, que aglutinó a la gente que quedó de la barra de Diegio Panadero Ochoa, con Alexis Camino y un tal Tuby (estos dos presos por distintos delitos). Han dejado atrás mucha gente enojada y dolida", explicó la fuente. Y agregó: "Este ataque sorprendió a todos porque en el club se respiraba tranquilidad. De hecho hubo partidos con todas las facciones en la cancha".

Lo que comenzó como una disputa interna para quedarse con el control de la hinchada entre facciones ligadas al narcodelito tras la detención de "Panadero" Ochoa, ya sobrepasó todo límite y se transformó en un tema de seguridad pública. Tal lo reconocen por lo bajo todas las partes.

La pluralidad de hechos delictivos en la barra leprosa, dicen los pesquisas, amerita la unificación de esas causas bajó la órbita de una sola unidad fiscal que investigue el fenómeno de manera global y con criterios unificados. Hoy esas causas están repartidas en un puzzle investigativo.

"No sería descabellado que en los próximos días sean citados para prestar declaración todos los integrantes de la comisión directiva de Newell's", indicó una fuente cercana a la investigación.