Según el informe del Barómetro de la Deuda Social de la UCA muchos de ellos presentan problemas desde lo afectivo y sienten abandono

Hay 1.200.000 adultos mayores que viven solos

Los especialistas indican que la situación es más preocupante en los estratos bajos, donde se suman carencias económicas y mayores complicaciones en salud.

Un reciente estudio del Barómetro de la Deuda Social con las Personas Mayores de la Universidad Católica Argentina señala que muchas de los adultos mayores viven solos hoy en el país, y que esta situación genera principalmente carencia de afectos y problemas psicosociales.

En total se estima que 1.200.000 adultos mayores -es decir de más de 60 años, muchos de estos jubilados- viven solos. Y esta es una tendencia que crece, en un mundo donde la esperanza de vida aumenta año tras año. Cabe señalar que hoy en la Argentina ya hay 6 millones de gente que pertenece a este grupo etario.

"Vemos que es un grupo en ascenso, la sociedad va hacia una mayor edad y vive sola. Muchas veces por efecto de la viudez donde mayormente son mujeres, que suelen sobrevivir más que su pareja. Ya vivir solo es una alerta. Es mostrar sus carencias, recursos económicos, vivienda, salud, y un montón de cuestiones psicosociales. Y la otra parte del estudio que encaramos fue comparar los que viven solos con los que viven acompañados", señala a La Prensa Enrique Amadasi, coordinador del Barómetro de la Deuda Social con las Personas Mayores.

- ¿Y que diferencias notaron?

- Notamos diferencias en lo psicosocial. Toda el área del afecto y el cariño, las relaciones sociales están más complicadas en las personas que viven solas. Una de cada cuatro personas que vive sola tiene su salud comprometida, esto es para alarmarse. Es decir 300 mil personas. Aunque también una de cada cuatro que vive acompañado tiene problemas de salud. En materia económica no hay mucha diferencias entre quienes viven solos y quienes viven acompañados. La persona mayor si está muy mal cuando puede se va a vivir con la familia, y si puede vive solo. Tampoco hay muchas diferencias en vivienda o cuestiones de salud, pero si en lo psicosocial. Hay mayor necesidad de afecto y cariño insatisfecha. Hablamos de soledad social y soledad emocional. Uno puede vivir solo pero muy acompañado sin dormir con alguien, por la familia y los vecinos. Hay casos de gente que se siente sola viviendo acompañada. La soledad social es vivir solo, la soledad emocional que es sentirse solo.

- ¿Esta sensación de soledad emocional a que responde?

- Tiene que ver con la debilidad de las relaciones sociales que tienen las personas mayores. Las pobrezas de las personas mayores no tienen que ver únicamente con la jubilación mínima. Es mucho más complicada.

- Puede pasar que la familia con la que vive no lo tenga en cuenta, no le preste atención

- Y aunque la familia haga lo que cree que tiene que hacer desde la persona mayor hay más demanda. Capaz que uno le pregunta al familiar y le responde que la llama dos veces por semana pero para la persona mayor no es suficiente. Carecen entonces de las relaciones sociales para una buena vejez. Aquí en Argentina se tiende a pensar que somos un país familiero y amiguero. La verdad que en este tema no se nota lo de familiero y amiguero.

- Es una alerta a tener en cuenta

- Es bueno recordar que los adultos mayores en Argentina hoy son seis millones. La Argentina es un país envejecido, aunque no tenemos conciencia de ello. En la ciudad de Buenos Aires uno de cada cuatro es una persona mayor. La Argentina tenderá a ser no en tanto tiempo como la ciudad de Buenos Aires. Y dentro de esta ciudad, hay distritos como Recoleta donde la tendencia es aún mayor.

- ¿Que otros temas les llamó la atención en el estudio?

- Cuando empezamos este estudio vimos algunas características que se dan acá y en todo el mundo. Una cosa es envejecer como hombre y otra como mujer. Una cosa es ser un sesentón y otra un ochentón. Lo que descubrimos que las principales diferencias no tienen que ver con esto sino con la posición en la estratificación social. Una cosa es pertenecer al 25 por ciento más rico, al 25 que le sigue o al que está peor. El estrato medio alto, medio bajo, bajo y muy bajo, son cuatro situaciones distintas.

- ¿Y que diferencias notaron?

- No únicamente cuestiones vinculadas a ingresos como la vivienda sino problemas de salud mayores cuando uno está más bajo en la estratificación social. Tiene más compromiso con su salud, tiene menos consultas médicas, hace menos ejercicio físico, tiene más malestar psicológico. Y en las psicosociales también. El estrato más bajo tiene todos los problemas y no solo los ingresos insuficientes.

- Se debería ayudar primero entonces a los estratos más bajos

- Mas que ayudar por estrato se debería empezar por resolver determinadas necesidades. El 70 % de las personas mayores no hacen actividad física. Son 4.200.000 personas. Activar un program como ese implica mover a todos los estratos sociales. Estos estudios invitan a pensar algunas estrategias.

- ¿Cuáles son los países que están trabajando mejor esta cuestiones?

- Los países escandinavos son ejemplo, también Alemania y España. Lo importante es poner esto en agenda. Uno de cada 3 personas mayores, 2 millones, tiene sus necesidades recreativas poco o nada satisfechas.

- ¿Que pasa con lo laboral y la gente que quiere seguir trabajando después de los 65 años pero no la dejan?

- El sistema jubilatorio actual, aunque ha hecho Anses algunas modificaciones, condena a la gente a jubilarse a los 65 años. En el mundo se está discutiendo que la gente se jubile a medida de lo que quiera. Hay mucha gente que odia lo que hace y a los 65 años quiere huir de su trabajo. Pero hay mucha otra que ama lo que hace. Tal vez no que trabaje 12 horas x día como cuando tenía 35 años pero si hubiera sistemas laborales más flexibles para las personas mayores podría pensarse. Esta es hoy la discusión en el mundo.

- ¿Las reuniones en centros de jubilados pueden ayudar a combatir esta soledad que padecen muchos adultos mayores?

- Totalmente. El tema es que la mayoría de la gente mayor no va a esos lugares. Si uno toma el menú con las propuestas de PAMI hay infinidad de servicios para personas mayores. Pero muy pocos usan esos servicios. No es un problema de oferta, pero por algún motivo no se enganchan o participan. Es una pregunta abierta

- ¿Y los medios de comunicación, las redes sociales, ayudan?

- Ayudan. Hoy todo el mundo tiene acceso a la radio, la tele, es mucho mejor que en el pasado, donde la soledad era estar privado de toda comunicación. Pero la persona mayor necesita cuando ve algo en la tele o escucha en la radio, conversar con alguien del tema que le llama la atención. Hay una mediación humana que no se sustituye, que es un otro que escuche, converse. Cuando uno es un adulto no mayor las redes familiares, redes sociales y de trabajo funcionan distinto. Cuando se es grande ya no están las redes, ya se es un pasivo, un jubilado. Se pierde la red laboral y se lo desliga de las redes familiares. Ya no tiene que criar hijos, queda muy desnudo de redes. El tema es que la esperanza de vida creció muchísimo. Cuando se diseñaron los sistemas de seguridad social, las jubilaciones, pensiones, la gente fallecía entre los 60 y los 70 años. Hoy felizmente se llega a los 80, 90 años, se sobreviven 25 años a la jubilación. El problema social es que hacemos en el último tercio de nuestra vida.

"Si bien la tasa vegetativa pasó de 71,4 a 76,3 quedamos atrás en relación al crecimiento de otros países de Latinoamérica", señala en tanto a La Prensa Eugenio Semino, defensor de la tercera edad.

"Hacia el año 2000 -continúa el ómbudsman- los países con más esperanza de vida en la región eran Uruguay y luego nosotros. Hoy por delante nuestro aparecen Chile, Uruguay, Cuba, Costa Rica, Panamá y México. Y luego viene Argentina junto a Ecuador y Perú, y se acercaron Brasil y Bolivia".

Para Semino esto es consecuencia de "malas políticas de Seguridad Social que se implementaron en los últimos 25 años. Hay más vulnerabilidad".

A esto se suman los cambios "en las estructuras familiares. Se pasó de familias con núcleo, a ensambladas donde los chicos pasan a tener de cuatro abuelos a ocho. Los abuelos van perdiendo su centro".

Junto a los cambios sociales también afectan a los adultos mayores los problemas económicos. "Hoy tenemos a más del 80 % de los jubilados y pensionados que están cobrando por debajo de la canasta básica de necesidad que hoy está en 13.200 pesos. Hay que tener en cuenta que 5 millones y medio de pensionados hoy cobra la jubilación mínima".

Toda esta situación genera pérdida de roles, expresa Semino. "Hay que ver también que toda forma tradicional de comunicación se cambió por una forma digital, distinta a la que el adulto mayor muchas veces no tiene acceso. Esto ayuda a generar aislamiento".

Además muchas veces sufre la pérdida del espacio vital. "Antes el fondo de la casa era para el abuelo. Allí tenía su huerta, sus animales. Hoy eso desapareció al igual que la tradición de transmitir a la nueva generación sus artes y oficios".

Para Semino en el país se ha realizado una "preconfiguración de la persona mayor asociada a pobreza y enfermedad. Además los medicamentos para adultos mayores son los que más aumentaron. Algunos para el colesterol llegan al 190 por ciento de aumento y para la presión al 146 por ciento".

El ómbudsman concuerda con el informe de UCA al señalar que "desde las neurociencias se habla de que el adulto mayor tiene la necesidad de tener canales de contacto, convivencia y contención. A eso se suma que en muchos casos pasa a ser autodependiente desde lo económico. Suele pasar que lo mantienen o ayudan los hijos, algo injusto para alguien que tiene toda una vida de trabajo con 30 0 40 años de aportes".

Semino explica que "es fundamental cambiar los sistemas de financiación de la seguridad social. Hoy por ejemplo parte de la recaudación es con el IVA que muchas veces lo pagan los mismos jubilados. Es hora de obtener fondos también de las rentas financiera, minera, del juego".