Se conmemora hoy el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, un problema que afecta en gran manera a la Argentina

El padecimiento cotidiano de ser pobre

Margarita Barrientos, directora del comedor Los Piletones dice que además de pasar hambre ser pobre es también sinónimo de tristeza y soledad. La situación en América Latina y en el mundo.

Los números sobre pobreza que se dieron a conocer hace pocos días, señalando que un 32 por ciento de los argentinos son pobres toman más fuerza hoy cuando se conmemora el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, establecido por Naciones Unidas.

La pobreza es un flagelo que se abate sobre el mundo y que en la Argentina afecta a uno de cada tres argentinos. ¿Cómo se vive la pobreza, que le pasa, que siente alguien que no sabe si tendrá para comer al día siguiente?
Margarita Barrientos, creadora del comedor Los Piletones, conoció la pobreza y el hambre en primera persona en el pequeño pueblo santiagueño de Añatuya donde vivió su infancia, y hoy ayuda a mucha gente que no tiene para comer. En diálogo con La Prensa cuenta cuáles son los padecimientos de ser pobre.
- Hoy en fríos números se dice el 32 por ciento de los argentinos son pobres ¿Pero que es ser pobre, como se vive siendo pobre?
- Se vive todo, no es solo la falta de comida sino que no tenés oportunidades. En mi caso, por ejemplo, no pude terminar la primaria. También se vive la soledad, te invade la tristeza porque sabés que no vas a tener para comer para el otro día. Aparte de dolerte el estómago te duele el alma.
- ¿Cómo fue aquella infancia en Santiago, había mucha pobreza?
- En aquellos años mi papá trabajó en el hacha, el obraje, como tantas personas que hoy siguen trabajando en esto. Desgraciadamente también fue un hombre que padeció la soledad y la tristeza. Después que falleció mi mamá, la situación fue más triste aún. Vivimos solos y nos faltó todo. Hoy se habla de un 32 por ciento de pobres, pero eso no es de hoy sino que nosotros lo venimos diciendo desde hace muchos años. Vemos todos los días la cantidad de gente que necesita un plato de comida y la ayuda que damos.
- ¿Cómo se lucha contra la pobreza, como se sale?
- Es muy difícil salir, más la gente que no tiene trabajo. En el campo es más difícil porque se vive del carbón, el hacha, hoy hay más ladrillerías. La gente busca estar mejor y vende ladrillos, algunos tienen suerte de vender, pero está difícil porque hoy la obra está parada, cuesta más. Se vive el día a día.
- ¿Hay mucho prejuicio hacia el pobre? Es muy común que gente relacione pobreza con inseguridad
- Eso se ve. A veces la gente que viene a donar no se anima a entrar al barrio. La inseguridad está acá y en todos lados. Pero la gente no tiene que tener miedo. Ojalá que esto cambie porque lo necesitamos. Que nuestro país sea seguro para todos. Que no haya que pensar en abrir la puerta de casa por miedo al robo.
- ¿Los chicos son quienes más sufren la pobreza? Debe ser muy duro también para los padres no poder darles de comer a sus hijos
- Es duro, por suerte tenemos un comedor en Santiago para los chicos. Le damos desayuno, almuerzo y ahora sumamos merienda. Es poder ayudar, y sobre todo lo más terrible es que los chicos sufran hambre. Ver un chico con enfermedades, sin comer es muy duro. Nosotros podemos solucionar el problema de alguno pero hay muchos que la pasan mal. Llega gente a pedir un remedio y no tienen como comprarlo, buscamos solucionar cuestiones de la gente lo más posible.
- ¿Cómo deberíamos empezar a bajar ese 32 por ciento de pobreza que hoy tenemos?
- Lo más inmediato es dando trabajo a la gente, sobre todas las cosas, y que la gente que se incorpore y sepa lo que es el trabajo. Porque se ha perdido la cultura del trabajo y esto es muy triste.
- ¿Cuántos años lleva en Los Piletones?
- Cumplimos 20 años el 7 de octubre. Son 20 años de trabajo y queremos seguir haciendo cosas. Fue una necesidad nuestra y de los vecinos, la mayoría éramos cartoneros y vivíamos del cirujeo. A veces en el comedor nos faltaba para cocinar y la misma gente que asistía al comedor traían un paquete de fideos, de arroz. Los días viernes se juntaban 10, 15 familias y traían 15 kilos de arroz, un kilo cada persona. Después comprábamos en el Mercado Central.
- ¿Y cuánta gente como hoy en Los Piletones?
- Hoy damos 2600 platos de comida todos los días, desayuno, almuerzo y cena. Además tenemos dos jardines con 300 niños, 64 abuelos. Y quiero lograr algo así también en Santiago del Estero. Quiero trabajar también mucho allá.
- ¿La solidaridad sería fundamental para terminar con la pobreza?
- Sí, tenemos que ayudarnos entre todos para salir adelante. Cada uno aportando su gotita de arena podemos hacer una playa.
- ¿Hoy hay algo que necesita más la gente con esta alta pobreza?
- Todo, hasta la biblioteca es necesaria. A veces los padres no pueden pagar apoyo escolar y entonces vienen acá, nosotros se lo damos. Todos quienes se quieran sumar al proyecto, tienen un lugarcito para que lo hagan.
- ¿La educación es importante para vencer la pobreza?
- Sí, es muy importante. La educación es fundamental. Hoy tenemos que apuntar a la educación, la salud, a todas esas cosas que parecen que no están pero existen y son necesarias. Hay cuatro cuestiones fundamentales. Una es terminar con el hambre, luego dar salud, educación y seguridad. Solucionando esas cuatro cosas y dando trabajo estaremos mucho mejor. Sueño con que un día la gente tenga un trabajo digno, que coma en su casa lo que ellos elijan, no tener que elegir yo por ellos. Ese es mi sueño, que la gente elija lo que quiera comer.