Respuestas históricas

 

Los por qué de la historia 2
Por Stéphane Bern 
El Ateneo. 253 páginas

Muchas veces nos hemos preguntado por qué ciertos acontecimientos de la historia sucedieron así. Casi, diríase, desde que tuvimos un primer contacto con la materia. 

En esta edición de El Ateneo, Stéphane Bern responde algunas de esas inquietudes de una manera concisa y entretenida, revelando aspectos insospechados de la Antigüedad y del mundo moderno de las personalidades más importantes o el origen de estados, comidas u organizaciones. 

El lector encontrará aquí misceláneas que recordará fácilmente por la abundancia de datos de color: desde por qué Bizancio, Constantinopla y Estambul son la misma ciudad, hasta la razón por la cual Bolivia le debe su nombre al mayor libertador americano.

En esta segunda entrega no sólo se abarcan cuestiones políticas, sino también lingüísticas, gastronómicas y hasta bizarras que le parecerán muy interesantes. Por ejemplo, se enterará de que la bandera belga está hace dos siglos en el sentido incorrecto; que el famoso Tío Sam norteamericano no es un personaje de leyenda; que el sándwich lleva el nombre de un político inglés o que el Arco de Triunfo parisino bien podría haber sido un elefante si prosperaba una idea de Napoleón.

Desde ya, la cobertura de temas es amplia, aunque en demasía con sucesos acaecidos en Francia, tal vez por el origen del autor. Pese a ello la presentación es aceptable y con una fórmula sencilla: pregunta y respuesta. Si Los por qué... prevé un tercer tomo, sería más que provechoso incluir en él dos continentes que pasaron casi inadvertidos: Africa y Oceanía. Ahí sí la historia estaría completa.