Dos testigos complicaron a Rafecas en el el Consejo de la Magistratura

Se tratan de la ex secretaria del fiscal Nisman y el ex titular de la DAIA Julio Schlosser.

La ex secretaria del fiscal Alberto Nisman, Soledad Castro, y el ex titular de la DAIA Julio Schlosser perjudicaron con sus declaraciones ante el Consejo de la Magistratura al juez federal Daniel Rafecas.

Castro, quien ahora es secretaria letrada del juez de la Corte Suprema Horacio Rosatti, desmintió haberle dicho a Rafecas que Nisman tenía “problemas psiquiátricos”.

Esa fue una de las explicaciones que, según el otro testigo, Schlosser, el juez Rafecas les esgrimió cuando les informó que iba a desestimar la denuncia de Nisman por presunto “encubrimiento” del anterior gobierno a los iraníes acusados por el atentado contra la AMIA. 

“Mi último contacto con Rafecas fue un correo electrónico el 31 de diciembre de 2014. Un saludo de fin de año. Yo nunca ví a Rafecas durante el tiempo que trabajé con Nisman", declaró Castro ante tres integrantes de la Comisión de Acusación y Disciplina del Consejo de la Magistratura: la abogada Adriana Donato, el juez Luis Cabral y el senador radical Angel Rozas.

“No estaba psicológicamente mal. Yo no creo que Nisman estuviera mal desde lo psiquiátrico", declaró la ex secretaria de Nisman, quien también negó haberle entregado a Rafecas dos documentos contradictorios entre sí respecto de la postura del fiscal sobre el gobierno en el tema AMIA.

Esos documentos contradictorios “no representaban lo que Nisman pensaba” sobre el Memorando de Entendimiento con Irán, la base de la denuncia por encubrimiento, que Rafecas invocó en su fallo desestimatorio de la acusación contra la ex presidenta Cristina Fernández.

"Yo entiendo que Nisman, siempre sospecho del Memorándum", insistió Castro.

Por su parte, Schlosser confirmó que Rafecas les había dicho, en una reunión en la que firmó la desestimación de la denuncia, “que Soledad Castro estaba de acuerdo con que Nisman tenía problemas psiquiátricos”.

"Rafecas nos dijo que la denuncia de Nisman no tenía pies y cabeza. En ese contexto nos habló de sus problemas psiquiátricos. Yo tenía diálogo constante con Nisman, y nunca me pareció que tuviera problemas de ese tipo”, subrayó el ex titular de la DAIA.

Schlosser describió a Nisman como “vehemente, impulsivo y comprometido” con la investigación por la voladura de la mutual judía.