"Argentina volvió a ser un país normal"

Luego de una década con récord de ventas y patentamiento, el sector automotriz atraviesa ahora un momento difícil. El cambio de Gobierno parece haberle devuelto algo de ímpetu al mercado interno, pero su gran problema está en la recesión que vive Brasil, economía a la cual se destina la mayor parte de las exportaciones.

Cierta recuperación del consumo en el plano local y la esperanza de que, tarde o temprano, el vecino país levantará cabeza son razones suficientes para que Cristiano Rattazi, presidente de Fiat Argentina, sea optimista en cuanto al futuro del sector.

-¿Comparte el optimismo que muchos empresarios tienen con respecto a la economía argentina?

-Me parece muy importante el clima de negocios e inversión que se está generando en el país. Han empezado nuevamente a mirar a la Argentina como un país adonde estar, adonde traer sus inversiones y sus capitales. Argentina ha dado un cambio de rumbo para ser un país normal, un país serio. Esperemos que lo sea para volver a los esplendores del pasado.

-¿Cómo está atravesando este momento el sector automotriz?

-El sector está bien, salvo por lo de la crisis brasileña. Espero que vuelva a abrirse el mercado mexicano, pero allí hay un problema de competitividad. Si se abre también Europa, donde hay un problema con un acuerdo, entonces el pronóstico puede ser mucho mejor.

-Durante la última década hubo un récord de patentamientos. ¿El sector pudo hacer un colchón para enfrentar este momento de menor demanda?

-En las cuentas no existe colchón alguno. Cuando perdés estás desesperado y cuando ganás estás contento. No hay colchón. El tema es que el mercado interno está levantando, ha mejorado, pero Brasil es una tragedia para el sector automotriz.

-¿Espera que Brasil se recupere pronto?

-En algún momento se va a recuperar. Pero esperemos abrir también otros mercados para no depender exclusivamente de Brasil.

-¿Cómo ha impactado en el empleo la caída de las ventas?

-Nosotros normalmente tenemos suspensiones, no tenemos despidos. Cuando la máquina funciona a media máquina, puede sufrir algo el empleo y bajar. Pero la idea es que cuando lancemos los nuevos productos el año que viene, como parte de los 500 millones de dólares que estamos invirtiendo, a mediados del año que viene podamos reabsorber todas las suspensiones.