Córdoba: procesaron a un sacerdote y tres arquitectos procesados por "daño agravado" al excavar un templo del siglo XVII

El sitio fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y los daños fueron provocados cuando intentaron instalar un sistema de calefacción y rompieron con pico y pala un piso bajo el cual había esqueletos.

CORDOBA - Un sacerdote de Alta Gracia y tres arquitectos de la Universidad Católica de Córdoba fueron procesados por "daños agravados" contra un templo jesuítico del siglo XVII, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, provocados cuando intentaron instalar un sistema de calefacción y rompieron con pico y pala un piso bajo el cual había esqueletos.

El juez federal Ricardo Bustos Fierro procesó al párroco de la iglesia Nuestra Señora de la Merced de Alta Gracia, Marcelo Siderides, y a los arquitectos Melina Malandrino, Pedro Cufre y Juan Pablo Orozco del "Instituto Marina Waisman" de la UCA cordobesa, por las obras que eran parte de un convenio entre la parroquia y la universidad para la puesta en valor del templo.

Además, les impuso un "embargo por 15 mil pesos" y dispuso "girar los antecedentes de la causa al Tribunal de Etica del Colegio de Arquitectos de la provincia" para que analice el caso, dado que no estaba matriculado uno de los profesionales. 

En el fallo del 10 de agosto el juez citó una declaración del arqueólogo Rodolfo Herrero, asesor de la Agencia Córdoba Cultura, quien advirtió que para instalar la calefacción levantaron un piso con "una excavación asistemática, sin sistema alguno, burda y torpe".

Asimismo, apuntó que "los arquitectos que coordinaban la obra sabían que estaban interviniendo un bien que cuenta con la declaración de patrimonio mundial", pese a lo cual permitieron el uso de "pico y pala" para romper el piso bajo el cual había restos de personas que habían sido sepultadas en el templo.

Bustos Fierro dispuso los procesamientos por el delito de "daño agravado" al señalar que fue perpetrado contra "un monumento histórico" y que resulta "irreparable".

Los destrozos fueron producidos durante la restauración de la iglesia, al levantar el solado subyacente, es decir el piso histórico del templo, para instalar un sistema de calefacción.

Basándose en testimonios de expertos y personas que estuvieron involucradas en las obras, el fallo señaló que los ladrillos del piso "eran históricos, auténticos y formaban parte de la Iglesia en su totalidad y como tales constituían su patrimonio histórico y cultural".

La remoción del solado provocó, además, la destrucción de sepulturas antiguas, la pérdida y destrucción de restos óseos y esqueléticos "que se encontraban diseminados por la superficie de todo el lugar, tanto enteros como fragmentados, que estuvieron allí sepultados desde tiempo inmemorial".

Según el expediente, parte de los escombros fueron trasladados y utilizados para la "nivelación de una cancha de fútbol" del barrio Liniers de Alta Gracia.

El abogado del párroco, Ernesto Gavier, aseguró hoy que presentó una apelación al procesamiento "para ir a la Cámara Federal a los fines de que revean la situación".

"Es una injusticia porque el cura en vez de ser procesado debió haber sido premiado porque la labor que ha hecho en pos del arte y la cultura no tiene parangón", dijo a radio Cadena 3.

El proyecto de restauración se dio en el marco de un acuerdo de colaboración firmado en 2009 entre la UCA y la parroquia Nuestra Señora de la Merced de Alta Gracia.

El 5 de enero de 2011 la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos autorizó las obras, pero el permiso no incluía en ninguna etapa remover el solado histórico.
Las obras comenzaron a realizarse en 2012.