Asumieron la defensa de la causa revolucionaria desaparecidos los ejércitos de línea

Homenaje a los héroes del Alto Perú

Las Intendencias eran La Paz, Potosí, Charcas y Cochabamba. Se destacaban Charcas por el prestigio de su Audiencia y de su Universidad y Potosí por su riqueza minera.

POR ALEJANDRO POLI GONZALVO

Especial para La Prensa

La decisión de la ex presidente Cristina Kirchner de reemplazar la estatua de Cristobal Colón por la de Juana Azurduy fue un capricho personal, en tanto se pudo elegir otro sitio privilegiado de Buenos Aires para rendirle homenaje, sin necesidad de ofender a la colectividad italiana y derrochar millones de pesos. Pero ello no empaña que en la figura de Juana Azurduy se simbolice el reconocimiento a los héroes del Alto Perú. Un reconocimiento que ha sido insuficiente, quizá porque esos territorios no forman parte hoy del país.

Las Intendencias del Alto Perú eran La Paz, Potosí, Charcas y Cochabamba. Se destacaban Charcas por el prestigio de su Audiencia y de su Universidad y Potosí por su riqueza minera.

Precisamente en Charcas (o Chuquisaca, antes La Plata y actualmente Sucre) se produjo la primera revolución americana el 25 de mayo de 1809, que se extendió a La Paz el 16 de julio, encabezada por Pedro Domingo Murillo. La reacción militar del Virrey del Perú fue contundente: el comandante José Manuel de Goyeneche recapturó La Paz en octubre y ajustició a Murillo y sus compañeros, que fueron los primeros patriotas en perder la vida por la causa de la independencia. Entretanto, ante la amenaza militar, la Audiencia Gobernadora de Charcas reconoce al nuevo Presidente de esta Institución y abandona la insurrección.

Ante estos acontecimientos, no extraña que la noticia de la Revolución de Mayo en Buenos Aires tuviera inmediatas repercusiones en el Alto Perú. Tarija fue la primera ciudad en sumarse a la causa patriota el 25 de junio. A la que siguieron Cochabamba (23 de septiembre), Santa Cruz de la Sierra (24 de septiembre) y Oruro (6 de octubre). El 7 de noviembre de 1810 el ejército expedicionario enviado por la Junta de Buenos Aires triunfa en Suipacha, provocando la sublevación de Potosí (10 de noviembre) y Chuquisaca (13 de noviembre). La Paz permanece en manos realistas pero una fuerza militar enviada para reducir a Oruro es derrotada en Aroma.

Sin embargo, la derrota el 20 de junio de 1811 del ejército combinado de porteños y altoperuanos en Huaqui, a orillas del lago Titicaca, significó el inicio de un extenso período de marchas y contramarchas bélicas. El desenlace se produjo con la grave derrota del tercer ejército expedicionario al mando de Rondeau en Sipe Sipe el 26 de noviembre de 1815. En esta batalla y en la decisión de Pueyrredón de apoyar al plan libertador de San Martín se perdió la posibilidad de mantener el Alto Perú dentro de las Provincias Unidas.

Pero que ese fuera el derrotero histórico no invalida la heroica actuación de las republiquetas altoperuanas, que asumieron la defensa de la causa revolucionaria desaparecidos los ejércitos de línea.

EL ESPEJO DE GUEMES

El término republiqueta podría parecer peyorativo pero no es así: en la historiografía se lo ha consagrado para distinguir a los grupos de civiles, militares, campesinos y miembros de pueblos originarios que pelearon por la independencia de sus tierras y dificultaron la consolidación del dominio realista en toda la región. Son el espejo altoperuano de la guerra gaucha de Güemes.

La mayoría de estas republiquetas sucumbieron antes de que Sucre derrotara a los ejércitos españoles. Aquí las mencionamos para homenajearlas.

Republiqueta de Ayopaya (Intendencia de La Paz): su teatro de operaciones fue el triángulo que forman La Paz, Oruro y Cochabamba. Peleó liderada por José Miguel Lanza desde 1816 hasta 1825 en que logró ocupar La Paz antes de la llegada de las fuerzas de Sucre. Fue la única republiqueta que sobrevivió hasta esa fecha.

Republiqueta de La Laguna (Charcas): actuó desde 1813 hasta 1817, con epicentro en el pueblo de La Laguna (actual Padilla) y desde la región sudeste de Chuquisaca hasta las selvas de Santa Cruz. Su héroe máximo es Manuel Ascensio Padilla, quién junto a su esposa Juana Azurduy libraron una guerra sin cuartel, en la que perdieron cuatro de sus cinco hijos enfermos de paludismo por las privaciones en que vivían.

Luego de Sipe Sipe, el ejército del Norte se retira a Tucumán: los guerrilleros de Padilla sostienen la lucha en gran inferioridad de condiciones. Logran sitiar Chuquisaca pero en septiembre de 1816 son derrotados en la batalla de La Laguna. Al retirarse, Padilla es perseguido por los realistas; su esposa se retrasa y al regresar para ayudarla muere combatiendo con heroísmo y es decapitado. Juana Azurduy se reúne con los comandantes dispersos, se nombra como jefe al chuquisaqueño Jacinto Cueto y se repliega a Tarija. Bajo la presión del enemigo, se retira a Salta donde vivió hasta 1825 en que vuelve a Chuquisaca. Fallece en 1862 a los 81 años en la indigencia.

Republiqueta de Santa Cruz (Cochabamba): Ignacio Warnes, nacido en Buenos Aires, es designado por Belgrano gobernador de Santa Cruz de la Sierra, cargo que asume en septiembre de 1813. Como en otras republiquetas, la retirada del ejército del Norte dejó Santa Cruz a merced del contraataque realista, el que lleva a la sangrienta batalla de El Pari, en noviembre de 1816 donde Warnes es derrotado y muere heroicamente.

Republiqueta de Vallegrande (Cochabamba): en esta localidad ubicada al sudoeste de Santa Cruz tuvo su cuartel, Juan Antonio Alvarez de Arenales, considerado el jefe principal de todas las republiquetas. No existe certeza sobre su nacimiento en España o en Salta, pero esta ciudad lo considera un hijo dilecto. Tras la derrota de Ayohuma, resiste el avance español y obtiene la victoria en la batalla de la Florida (mayo de 1814) que permite ocupar Santa Cruz. En homenaje a esta batalla, el Director Supremo Posadas ordena el cambio de nombre de la calle Empedrado por la actual Florida. Como consecuencia de Sipe Sipe resiste varias semanas pero se ve forzado a replegarse a Salta. En 1819 se une al ejército de los Andes, donde se distingue en varias campañas. En 1824 es gobernador de Salta. Muere en 1831en Bolivia pero en 1959 sus restos son repatriados a Salta.

Republiqueta de Larecaja (Lago Titicaca): se inicia como derivación de la revolución de Cuzco en agosto de 1814, donde participa el sacerdote Ildefonso de las Muñecas, nacido en Tucumán. Se le encomienda dirigirse a La Paz donde ingresa en septiembre. La cercanía de tropas realistas lo obligan a huir a la región de Larecaja, al norte de La Paz, donde inicia su republiqueta. La geografía montañosa le permite sobrevivir a los ataques enemigos hasta que dos poderosas columnas lo cercan al pie de la cordillera de Sorata y lo baten en la batalla de Choquellusca en febrero de 1816, donde muere su segundo Juan Esquivel. Muñecas es asesinado mientras era conducido a Lima en julio de ese año.

Republiqueta de Tarija (Potosí): después de la derrota en Sipe Sipe, Tarija es ocupada en abril de 1816, muriendo el caudillo que la defendía, Ramón Rojas. En abril de 1817, Lamadrid ocupa la villa con la ayuda de guerrillas locales, pero en julio es reocupada por los realistas, quienes la mantienen en su poder hasta 1825, a pesar de los esfuerzos de caudillos como Eustaquio Méndez y Francisco Pérez Uriondo, que se unen a los gauchos de Güemes.

Republiqueta de Porco y Chayanta (Potosí): al este de Potosí, con cabecera en ciudades como Puna y Ticoya, en una región clave para las comunicaciones con Oruro y Chuquisaca. Se destaca su líder José Ignacio de Zárate.

Republiqueta de Cinti (Potosí): localizada entre Tarija y Potosí, amenazaba la fortaleza de Cotagaita, con eje en la actual ciudad de Camargo, denominada así en homenaje a José Vicente Camargo. Su ejecución en abril de 1816 pone fin a la republiqueta.

Murillo, Padilla, Cueto, Warnes, Esquivel, Muñecas, Rojas, Camargo murieron combatiendo. Lanza, Azurduy, Arenales, Méndez, Uriondo, Zárate, vivieron combatiendo. Ellos y docenas de líderes guerrilleros fueron los héroes del Alto Perú.