El trabajo puede ser una fuente de salud

En la víspera del Día Internacional de los Trabajadores, una revisión científica explica por qué el bienestar que brinda la actividad laboral puede convertirse en motivo para festejar.

Con frecuencia escuchamos frases como "el trabajo me está matando", "no veo la hora de jubilarme" o "¡qué ganas de vivir de rentas!". Mientras hay quienes se definen como adictos al trabajo o amantes de la labor que hacen, para muchos las obligaciones laborales suponen una carga casi insoportable, que solo vale la pena tolerar para llegar a fin de mes.

Aborrecido por algunos, amado por otros, lo cierto es que el trabajo puede -según la ciencia- ser una fuente de salud.

"Se ha probado que las características de un trabajo -la actividad, la interacción social, la identidad y el estatus- son beneficiosas para nuestra salud física y mental", aseguran los autores de un documento publicado por el National Health Service (NHS) de Reino Unido.

De acuerdo con la publicación, estudios recientes muestran que las personas que trabajan tienden a disfrutar de una vida más feliz y saludable que la de aquellas que están desempleadas.

"Incluso más: las personas que sufren alguna patología, como dolor de espalda, estrés, depresión o presión arterial alta encuentran que volver al trabajo es a menudo la mejor manera de recuperarse", añade el texto.

En concreto, el NHS cita las conclusiones de un estudio publicado en 2006 en el que se hizo una revisión de más de 400 trabajos científicos sobre la relación entre el trabajo y la salud.

Bajo el título "¿Es el trabajo bueno para la salud y el bienestar?", Gordon Waddell, del Centro para la Investigación Psicosocial y Discapacidad de la Universidad de Cardiff, y Kim Burton, del Centro para la Investigación de la Salud y el Cuidado Social de la Universidad de Huddersfield, se enfocaron sobre los trabajadores con problemas de salud comunes: patologías de salud mental leves, dolor muscular y articular, y enfermedades del corazón o pulmones.

Así comprobaron que las personas con dolores musculares o de articulaciones que son ayudados por un profesional de la salud y empleador a regresar al trabajo, tienden a tener una mejor salud en términos del nivel de dolor, funcionalidad y calidad de vida que aquellos que se mantienen sin trabajar.

"Cuando su condición de salud lo permite, las personas que están enfermas o discapacitadas deben mantenerse trabajando o regresar a sus trabajos lo antes posible porque esto es terapéutico, ayuda a impulsar la recuperación y la rehabilitación y reduce el riesgo de discapacidad a largo plazo", enfatizan Waddell y Burton.

De acuerdo con los autores, el riesgo de que condiciones tales como el estrés o la depresión empeoren en el trabajo es sopesado por los efectos beneficiosos del empleo sobre el bienestar y el impacto negativo que supone una licencia por enfermedad a largo plazo.

La revisión de los trabajos científicos halló que mantenerse sin trabajar por largos periodos fue, en general, malo para la salud al traducirse en:

* Más consultas médicas, mayor uso de medicamentos y tasas más elevadas de admisiones hospitalarias que para la población promedio.

* Dos a tres veces mayor riesgo de presentar peor salud general.

* Dos a tres veces mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental.

* 20% más riesgo de muerte.

"Muchas personas que se mantienen alejadas de sus trabajos pierden contacto con quiénes son y qué son", sostiene el profesor Burton, quien pone como ejemplo: "Cuando conocemos a alguien en un bar solemos empezar por preguntarle su nombre y luego a qué se dedica. El trabajo nos define. Le da a las personas una estructura de sus vidas".

En ese sentido, insiste en que si se le saca el trabajo a la gente, se pierde la interacción con amigos y colegas, el estímulo mental y la actividad diaria.

"La falta de trabajo es un decomiso tanto mental como físico", remarcó.

FRASES CELEBRES

Según recuerda el NHS de Reino Unido, la idea de que el trabajo es bueno para el bienestar no es nueva. A modo de ejemplo cita una frase del filósofo chino Confucio referida a la estrecha relación entre la satisfacción laboral y el bienestar: "Elige un trabajo que ames y no tendrás que trabajar ni un solo día más de tu vida".

También incluye las palabras de la activista norteamericana de derechos humanos Eleanor Roosevelt, quien hacía hincapié en el vínculo entre el trabajo y nuestra percepción de un propósito en la vida al afirmar: "Cuando dejas de hacer una contribución, empiezas a morir".

Incluso el célebre John Lennon mencionó la importancia del trabajo para la salud mental durante una entrevista en el canal BBC, en 1969: "El trabajo es vida y sin él no hay nada más que temor e inseguridad".

"Mediante la publicación de estudios como ¿Es el trabajo bueno para la salud y el bienestar?, ahora las palabras de estas luminarias encuentran sólida evidencia que las respalda", expresa el documento del NHS.

CONSENSO

En la "Declaración de consenso de los profesionales del cuidado de la salud sobre salud y trabajo", firmada en Reino Unido por trabajadores sanitarios -incluyendo la Asociación Médica Británica y el Consejo Médico General-, se establece que: 

* El trabajo es generalmente bueno para la salud y el bienestar.

* El desempleo es en general malo para la salud y el bienestar.

* Regresar al trabajo puede llevar a rápidas mejorías de la salud.

* No es necesario estar 100% sano para trabajar.

"El trabajo es a menudo parte del tratamiento y volver a trabajar es parte del proceso de recuperación", reitera Burton, al tiempo que indica que para que esto sea posible puede ser necesario hacer algunas modificaciones sobre el esquema de trabajo en conjunto con el empleador.

BASE NECESARIA

Por supuesto, la revisión de Burton y Waddell aclara que el trabajo es bueno para la salud y el bienestar "siempre que uno tenga un buen trabajo".

Los autores definen "buen trabajo" como aquel que es seguro, justo, estable, gratificante, comprensivo y condescendiente.

"No todos los trabajos son buenos y algunos pueden causar riesgos para la salud", reconocen.
Del mismo modo, apuntan que no todo desempleo es malo: según la revisión de trabajos científicos, "para una minoría -entre el 5 y 10% de las personas- el desempleo puede ser mejor para su salud".

Por otra parte, los investigadores hacen referencia a un cambio de paradigma en cuanto a la visión tradicional del "apto laboral".

"El abordaje antiguo de tratamiento de problemas de salud comunes partía de la suposición de que este tipo de problemas son incompatibles con el estar en el trabajo. Como resultado, muchas personas buscaban que su médico les prescribiera quedarse en casa mientras durara el tratamiento, mientras la ausencia prolongada e innecesaria aumentaba el riesgo de perder el trabajo", argumentan Burton y Waddell.

Sin embargo, los autores señalan que no es necesario estar 100% "bien" o "mejor" para cumplir con parte o todo el trabajo.

"Cuanto más tiempo uno se mantiene sin trabajar, más difícil es volver. Las ausencias por enfermedad prolongadas pueden tener efectos devastadores sobre la vida de los pacientes y sus familias", remarcan.

CULTURA DEL TRABAJO

En opinión de Burton, es necesario introducir un cambio en la cultura del trabajo y la salud para reflejar la nueva evidencia científica que demuestra que el trabajo puede promover la recuperación.

"Necesitamos dar un giro fundamental en el modo en que se piensa sobre los problemas de salud comunes tanto en el lugar de trabajo como entre los profesionales sanitarios y en la sociedad", insta el investigador, quien apoya la tendencia a reemplazar el "certificado de enfermedad" por un "certificado de aptitud" en el que se haga foco sobre lo que las personas con algún problema de salud pueden hacer en vez de lo que no pueden.