Medicamentos de venta libre: ¿una cura o un problema?

Permiten resolver fácilmente malestares cotidianos sin la necesidad de acudir al médico. Las prácticas publicitarias para promocionarlos han generado descontento y el reclamo de mayores controles para que la sociedad no sea víctima de engaños y efectos adversos. Las dos caras de un mismo remedio.

En la Argentina se venden por año alrededor de 600 a 700 millones de unidades de medicamentos, de los cuales un tercio son "de venta libre", es decir que pueden comprarse en cualquier farmacia sin la necesidad de que los haya prescripto un médico. En este grupo, los analgésicos -tales como el ibuprofeno y el paracetamol- ocupan el podio de los más vendidos.

Sobre las características que tiene que cumplir un fármaco para que pueda venderse sin receta, los beneficios de esta modalidad de comercialización y los posibles riesgos asociados con el consumo indiscriminado de medicamentos de venta libre se refirieron dos expertos en una entrevista con La Prensa.

"El medicamento de venta libre, conocido también por la sigla OTC (del inglés, over the counter) es una alternativa que tiene el usuario para disponer de un tratamiento para aquellas afecciones muy simples, en las que lo único que se maneja no es la enfermedad sino el síntoma", señaló el doctor José Carlos Pico, jefe de la Unidad de Farmacología Clínica del Hospital Clínicas José de San Martín y profesor titular de Farmacología en la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador.

"El que compra un medicamento de venta libre no lo hace conociendo la enfermedad que tiene, sino evaluando lo que siente en ese momento, por ejemplo, problemas respiratorios, digestivos, dolores... pero ese síntoma puede deberse a muchas etiologías u orígenes y uno no puede olvidarse de eso porque puede caer en errores terapéuticos muy serios", advirtió el experto.

Respecto de cómo se determina que un fármaco sea "de venta libre", Pico detalló que las razones son varias: "En primer lugar, estos medicamentos tienen un nivel de toxicidad mucho menor que el de otros tipos. Es decir, que tienen un margen de seguridad amplio, que es la relación que hay entre la dosis tóxica y la dosis terapéutica. Por lo tanto, no es fácil llegar a la toxicidad consumiéndolos". 

"La segunda razón -prosiguió- es que son medicamentos muy probados en el tiempo, que han sido comercializados durante años, que ya no están protegidos por patentes, es decir que tienen la prueba del tiempo en el que se conocen casi todos sus efectos colaterales y es obligatoriedad de quien los comercializa informarlos en el prospecto".

BENEFICIOS

En opinión de Pico, los medicamentos de venta libre tienen el beneficio de que los pacientes pueden adquirirlos sin necesidad de una receta, por lo cual "llenan un vacío". "Pensemos por ejemplo en los lugares donde no hay asistencia médica permanente o los centros de atención están muy alejados de la población; es una solución que exista una farmacia donde se pueda comprar el medicamento y tomarlo, sin tener que conseguir una prescripción. Llenan un vacío y la prueba es que han sido aceptados en el mundo. Creo que cumplen una función desde el punto de vista social", argumentó.

En esa misma línea, la doctora Jimena Worcel, asesora científica de la Cámara Argentina de Especialidades de Venta Libre (CAPEMVeL) subrayó: "Para dolencias menores, como dolores de cabeza, dolores menstruales o malestares estomacales, es muy factible que uno no necesite acudir el médico y, en el marco de un uso razonable y responsable, vemos beneficioso que la persona pueda acceder el medicamento sin la necesidad de que sea recetado por un profesional".

Consultado acerca de los posibles riesgos asociados con la venta libre de medicamentos, Pico afirmó que "como muchos no conocen la etiología de la enfermedad, pueden estar tratando el síntoma con lo cual en vez de curar el origen de la afección se trata de curar las consecuencias y así nunca se termina curando realmente".

Por su parte, Worcel hizo hincapié en que los medicamentos de venta libre ante todo son medicamentos y por lo tanto "implican situaciones de precaución o condiciones de uso que deben tenerse en cuenta y respetarse". No obstante, la asesora científica de CAPEMVeL expresó que en la Argentina los medicamentos de venta libre "están muy controlados y se encuentran destinados a situaciones concretas, para usos muy específicos".

En ese sentido, la profesional insistió en que frente a un uso razonable y responsable, no existe ningún motivo para que estén relacionados con peligrosidad.

EL PANORAMA

Según explicó Pico, la comercialización de medicamentos actúa como un indicador más del escenario económico de los países: "Cuando la situación económica es difícil, caen tanto las ventas de medicamentos prescriptos como los de venta libre".

En cuanto al panorama local, el especialista en Farmacología Clínica precisó que en la Argentina hoy se comercializan 600 a 700 millones de unidades de medicamentos por año y que, de ese total, un tercio son de venta libre. De acuerdo con el experto, se trata de una proporción alta en comparación con la que se evidencia en otros países y consideró que el hecho de que la gente esté informada -a través de las publicidades o mediante las búsquedas en Internet- contribuye a un mayor consumo de medicamentos de venta libre.

"Entre los fármacos de venta libre más vendidos se encuentran los ligados a síntomas muy comunes como los trastornos respiratorios, las alergias, las rinitis, los problemas digestivos, cefaleas y dolores musculares", consignó Pico.

PUBLICIDAD: ¿SI O NO?

La Asociación de Agentes de Propaganda Médica ha denunciado enfáticamente en los últimos años la proliferación en medios masivos de publicidades de medicamentos de venta libre, en las que se utilizan personajes mediáticos para recomendarlos y no se informa sobre los posibles efectos adversos de esta clase de productos.

Al respecto, Worcel sostuvo que "la publicidad en la Argentina está fiscalizada y controlada a través de un programa" y que "la autoridad sanitaria está monitoreando permanentemente el contenido de cada publicidad de los medicamentos que regula, llegando a analizar hasta el más mínimo detalle, cuidando que no se sobreprometa ni engañe al potencial usuario".

También recordó que la mención específica de los efectos adversos, que en dosis y frecuencia de uso adecuadas son prácticamente inexistentes, "está muy bien detallada en los prospectos de todos los medicamentos de venta libre".

Sin embargo, Pico mostró discrepancia sobre esta cuestión al considerar que "la publicidad ha invadido el consumo de este tipo de fármacos" y que "a veces son publicidades no muy bien dirigidas, que confunden al usuario y pueden generar problemas".

A diferencia de Worcel, el profesor de Farmacología Clínica dijo que mientras en otros países la publicidad de los medicamentos de venta libre está medianamente restringida u observada, en la Argentina tiene bastante libertad.

"No existe ninguna regulación de la publicidad de los medicamentos de venta libre. El vendedor no necesita presentar a la ANMAT un informe de cómo va a ser su publicidad. Inclusive se utilizan "ganchos", como usar personajes conocidos para que la publicidad sea más fuerte. Esto es un problema y hay otros países, como Estados Unidos, donde pasa lo mismo", sintetizó.

Para ejemplificar las consecuencias que pueden traer aparejadas las publicidades que no responden a ninguna regulación y que carecen de advertencias sobre los posibles efectos colaterales, Pico mencionó el caso de la aspirina: "Hoy es bien conocido que la aspirina interfiere con el sistema de coagulación y a veces una simple extracción dentaria para una persona que estuvo consumiendo aspirina, termina en una hemorragia sin necesidad, porque pensó que porque le dolía la cabeza podía tomar aspirina en lugar de paracetamol y no era exactamente lo mismo".

AUTOMEDICACION

El aumento de la "automedicación" es una fenómeno mundial, según reconoció Pico, quien evaluó que "esto forma parte de las desventajas de la generalización del conocimiento a través de los sistemas informáticos: hoy la gente tiene un síntoma, ingresa a Internet, averigua que supuestamente tiene tal cosa y entonces toma tal medicamento".

Además, apuntó que muchos de los medicamentos que deberían administrarse por prescripción se venden sin prescripción o incluso las personas se los pasan a familiares o amigos para que los tomen.
Sobre esta temática Worcel enfatizó que es importante hacer una distinción entre automedicación, entendida como administrarse un medicamento de venta libre ante una dolencia menor -como un dolor de cabeza-, y un acto de "autoprescripción", en el que uno adquiere e ingiere medicamentos de venta bajo receta, sin la supervisión y acto de prescripción del médico.

"En este último caso estaríamos hablando de medicamentos para condiciones más complejas, como pueden ser infecciones, hipertensión o colesterol y esta sí es una situación que genera potencialmente un riesgo sanitario y a la que todavía no se le ha encontrado una solución", aseveró la experta de CAPEMVeL, quien sugirió que la comunidad debería cumplir un rol maduro y adquirir sólo los medicamentos de venta bajo receta que un médico le ha prescripto, y por el tiempo que éste lo ha sugerido.

"Muchos farmacéuticos, como profesionales sanitarios, -continuó- deberían cumplir un buen ejercicio profesional, cuidando a la gente, y dejar de dispensar medicamentos de venta bajo receta o inclusive que requieren dos recetas, como es el caso de los antibióticos, cuando una persona acude a la farmacia sin la prescripción correspondiente".

Con el objetivo de fomentar un uso más racional de los medicamentos, en especial los de venta libre, Pico reiteró la necesidad de que exista un mayor control de las publicidades de este tipo de productos y que se incluya información sobre los efectos colaterales en las publicidades, "porque si están en el prospecto, la verdad es que el que lo compra abre el blister y se lo toma, sin leer nada".

En tanto, Worcel remarcó que todos los medicamentos de venta libre tienen información sobre el producto y cómo debe utilizarse. "En todos los medicamentos de venta libre en la Argentina está bien expresado hasta cuándo se debe utilizar, cuántas veces por día, y se aclara que si a partir de cierto momento no se ven resultados o está empeorando el síntoma, se debe consultar a un médico".