El decepcionante retorno de Lisbeth

Lo que no te mata te hace más fuerte

Por David Lagercrantz
Destino. 651 páginas

Así como se contrató al gran John Banville para revivir a Philip Marlowe, deberían haber pensado en un narrador de la talla de John Irving para continuar la saga Millennium después del ataque cardíaco que fulminó a Stieg Larsson. Pero, al parecer, prevaleció el nacionalismo sueco (estúpido como todos los nacionalismos literarios) y se eligió a un tal David Lagercrantz, biógrafo de Zlatan Ibrahimovic. Su prosa es de tercera categoría.

Fiel a la serie, Lo que no te mata... narra una gran conspiración que apunta en dos direcciones. El periodista estrella Mikael Blomkvist tropieza con el asesinato de un científico de renombre internacional; y el as de la República Hacker, Lisbeth Salander, se enfrenta con la orwelliana NSA. La idea es buena, pero la ejecución mediocre. Es que el libro incluye casi todos los vicios de la literatura de supermercado.

Por ejemplo, el didactismo, que deviene de la boba premisa de que al lector siempre hay que enseñarle algo. Lagercrantz ha heredado de Larsson, además, la propensión a la redundancia, no sea cosa que al más retardado de los lectores se le escape algún pormenor. Los niveles de corrección política del texto apestan, por cierto. Ya deberían saber los fabricantes de bestsellers que el maniqueísmo era decrépito en tiempos de Jesucristo.

Lo mejor del libro son ciertos asuntos tangenciales muy bien tratados, como la crisis en general de la industria gráfica -¡ay!-, y en particular la lucha del héroe para hacer periodismo de investigación independiente contra las apetencias de un poderoso grupo mediático, extranjero para colmo. No obstante, difícilmente el IV tomo de Millennium pueda satisfacer a la persona que busque, sino densidades temáticas o estilísticas, al menos un diálogo sagaz o una descripción competente. Literatura para adolescentes es otro rótulo que no le sienta mal a un híbrido innecesario y aburrido.