El director del Proyecto Educar 2050, Manuel Alvarez Trongé, dialogó con La Prensa sobre las falencias y desafíos de la enseñanza

"Hay un problema de desigualdad educativa"

Dice que es fundamental que las escuelas de zonas más carenciadas tengan los mejores maestros y recursos. También es importante la capacitación docente y de directores.

Corrían los tiempos de la crisis de 2001, cuando Manuel Alvarez Trongé vio uno de los titulares de los diarios que leía de su país, la Argentina, donde se indicaba "hambre en el país de la carne".

El golpe para este hombre que llevaba una vida holgada en España, como director de legales de Telefónica, lo llevó a que en una de sus incursiones por Latinoamérica visitara el Chaco con unos amigos, para corroborar el triste titular.

"Vi como los chicos se desmayaban, padecían hambre, fue terrible", recuerda. Fue así como Trongé primero brindó ayuda urgente a los más necesitados. "Luego entendí que el problema era más estructural y que la mejor manera de combatir la pobreza era peleando por una buena educación".

Tiempo después junto a un grupo de colegas creó el Proyecto Educar 2050, una ONG que busca ayudar a mejorar la educación en todo el país, y concientizar sobre la necesidad de que la gente exija a los políticos y gobiernos que incluyan el tema educativo como prioridad en la agenda.

En diálogo con La Prensa, Trongé, quien hoy divide su vida de vuelta en la Argentina entre la docencia, su trabajo como abogado, y su labor al frente de la fundación, habla sobre los problemas en la enseñanza actual, los desafíos que plantean las nuevas tecnologías y la importancia de la capacitación docente.

- ¿Que panorama ve hoy en la educación en Argentina?
- La Argentina tiene hoy una serie de falencias en educación que representa un desafío en mayúscula. Tenemos algunos tests de aprendizajes que se hacen en forma internacional, regional o nacional. Y los tres coinciden en la calidad de desafíos que tiene la Argentina. El test más conocido es el Pisa, que se toma a los chicos de 15 años de escuelas secundarias, y que se vienen evaluando desde el año 2000. Este test nos muestra que la Argentina desde ese tiempo no ha avanzado. Estamos muy estancados con datos que nos tienen que llamar a la acción. Que más del 50 por ciento de los chicos no comprenda lo que leen o que no puedan resolver un ejercicio de ciencias sencillo, o el 70 por ciento no lo puede hacer en matemáticas, son números muy altos sobre todo en chicos que están en las puertas de terminar sus estudios secundarios. A esto hay que ponerle otros datos. Por ejemplo, si uno analiza los resultados de primaria, que son más regionales, y se toman en Latinoamérica. Son de la Unesco, se llamaron perce (primera evaluación regional y comparada), y hoy ya es la tercera, terce. En la primera evaluación, en el 97, Argentina se ubica segunda, detrás de Cuba. En la última pasamos en lectura, una habilidad básica, de tercer grado que es cuando tienen que empezar a leer, a noveno puesto en Latinoamérica. Evidentemente tenemos una serie de problemas, más allá de que hubo algunas mejoras puntuales en ciencias naturales o matemáticas. Estamos entre sextos o séptimos en el nivel latinoamericano cuando Argenina siempre estuvo arriba. Esto nos da ciertas pautas de las cosas en las que debemos prestar atención. Después tenemos evaluaciones de desempeño nacionales, que los hace el ministerio de educación que se llaman One, operativo nacional de evaluación de estudiantes. Estos operativos empezaron en el año 93 y eran anuales. En el 2003 pasaron a ser bianuales. Y en el 2010 trianuales. O sea que estamos cada vez con menos información e inclusive se publica casi dos años después. O sea que recién nos enteramos de parte de los resultados del año 2013, comparable 2015 con 2010. Son cinco años atrás. Y esta evaluación nos confirma e indica muchos de estos problemas. Tenemos problemas en los secundarios donde muchos alumnos no reúnen las habilidades mínimas, y que también tenemos problemas en primaria.

- Muchas veces desde el ministerio se da la discusión de que hay parámetros propios que no están mal que tienen que ver con realidades propias
- Si, pero fíjese que desde educar2050 hicimos un análisis sobre todas las One porque creemos que la información es clave para tomar medidas adecuadas. Es como cuando nos hacemos un chequeo de salud. La información la tenemos que tener antes del tratamiento que haya que hacer. Es bueno que Argentina se evalúe tanto nacional como internacionalmente. Es un informe que llamamos termómetro educativo, que reúne todos estos exámenes, sobre todo los comparables entre 2005 y 2013.

- ¿Y que resultados observan?
- Los resultados indican una enorme falta de habilidades en matemáticas y lectura. Las matemáticas marchan adelante, la comprensión lectora es grave, sobre todo en los exámenes de segundo y tercer año. Tenemos un problema que es la desigualdad educativa. Hay ciertos parámetros que cumplir por la ley de educación nacional, donde está establecido justamente que la calidad educativa es un derecho para que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades, independientemente de su condición geográfica o socioeconómica. Si uno ve los resultados, por ejemplo al observar los de evaluación del noreste del país son muy diferentes a lo que es el centro o la ciudad de Buenos Aires, que marcha adelante en casi todas las pruebas. Hicimos un informe que se llama aprendizaje desigual donde comparamos la información que viene de Pisa que es de las regiones. Ahí se ven grandes diferencias, sobre todo de las provincias del norte, incluso la zona de Cuyo. Ahí empezamos a tener presente para definir esta pregunta del estado de situación si estamos cumpliendo la ley de educación. Nosotros tenemos una ley buena que es de este gobierno y que la supo poner sobre la mesa, se discutió en el parlamento y opinó mucha gente antes de llevarla. Se hizo bien, con muchas consultas, cuyo texto es muy bueno. Pero tenemos enormes distancias entre lo que dice la ley y lo que se cumple.

- ¿En que cuestiones?
- Por ejemplo la ley dice que la secundaria es obligatoria, y tenemos solo un 44 por ciento de chicos que se reciben en tiempo y forma en la secundaria. Hay un 56 por ciento que no la está cumpliendo. O la necesidad de que las escuelas de mas bajos recursos tengan los mejores maestros con los mejores recursos. Esto es algo que marca una diferencia de estándares entre la escuela pública y privada, urbana y rural. La escuela estatal que tiene mayores inconvenientes. Hay muchas familias que deciden pagar unos pesos para llevar a los chicos a esuelas parroquiales. Muchas veces los padres lo hacen un poco obligados porque tienen que salir a trabajar y no hay clases por problemas de huelga y ausentismo. Hay que reconocer que hay gente muy buena que ha hecho enormes esfuerzos tanto desde los ámbitos provinciales como nacionales. Y eso hay que destacarlo

- Por ejemplo, la ley de financiamiento educativo es un avance
- Sí, fue un enorme avance en cuanto a que se pusieron pautas en lo que se tenía que invertir, e inclusive metas. Y se aumentó mucho la inversión educativa. Lamentablemente los últimos informes muestran que no se llegó al seis por ciento del PBI que era el objetivo. Cuando se ajustó el indec las cifras no llegaron al 6 por ciento o más del seis, sino al 5 y pico. Igual pasamos del dos a más de cinco. La ley también establecía la jornada extendida al 30 por ciento de las escuelas y se llegó a un 7 u 8 por ciento. Hay esfuerzos y buenas medidas pero que tenemos que cerrar con un plan integral, sistémico y bien monitoreado para que la ciudadanía sepa como estamos en educación, como cualquier objetivo que tenemos en la vida.

- ¿Y cómo se completa? ¿Pasa por más presupuesto, más preparación docente?
- Nosotros tenemos que hacer un mayor esfuerzo en educación. Pensamos que el presupuesto debería pasar del 6 al 7 por ciento. Y ver como se distribuye esa inversión. La formación docente también es clave. La Constitución Nacional habla del derecho de enseñar y de aprender. Si nosotros tenemos malos resultados de aprendizaje es porque tenemos también malos resultados de enseñanza. Y toda la doctrina internacional te dice que no podés tener mejor educación si no tenés mejores docentes, mejor formación. Ojo que igual hay docentes que son superhéroes en la Argentina. Hacen de transportistas, psicólogos. Pero también están los que faltan, están en licencia permanente y no están capacitados, no están formados. Una de las grandes revoluciones que necesita la Argentina en este campo es en la formación docente, en jerarquizar esta profesión. Seguramente vamos a tener que tener muy en cuenta los salarios en el futuro como para jerarquizarlos pero también con una formación y jerarquización de su carrera. Y otra de las claves es la formación de directores. El director no llega jerarquizado, profesionalizado. No cursa una carrera para ser director. El director llega por sus años y no por su capacidad de gestión, siendo director de colegio tiene que liderar la nave y tiene que tener capacidad de resolución de conflicto, trabajo en equipo hasta gestión financiera. Tiene que ser además un líder pedagógico, que esté metido en la enseñanza de sus docentes, de su cuerpo docente, que les exija, los monitoree.